Julianne levanto la barbilla.

– Pues a mi me parece apuesto, peligroso y excitante.

– Desde luego que es peligroso -intervino Sarah-. Al menos su profesion lo es.

Carolyn dio unas palmaditas en la mano de Julianne.

– No hay duda de que el senor Mayne es atractivo, pero no seria nada inteligente tener pensamientos romanticos con un hombre con quien nunca podrias tener un romance. -Realizo una mueca interior por la ironia de que fuera precisamente ella quien le diera este consejo-. Personalmente, creo que es la lectura de las Memorias la que nos tiene a todas tan nerviosas. En mi opinion, el proximo libro que elijamos deberia ser menos lascivo.

Sarah sonrio abiertamente.

– ?Donde estara la diversion, entonces?

Carolyn le devolvio la sonrisa, pero no pudo evitar sentir que la lectura de las Memorias la habia conducido al desastroso camino que llevaba directamente al sufrimiento.

Una oleada de cansancio agravado por la falta de sueno y las emociones que habia experimentado durante el dia la invadio. Se levanto y declaro:

– No querria dejar la reunion, pero estoy exhausta.

Sarah la miro y fruncio el ceno.

– Se te ve cansada. ?Estas bien?

«No. Me duele todo. Especialmente, el corazon.»

Esbozo una sonrisa forzada.

– Estoy bien. Solo necesito dormir. ?Os vere manana en la velada de lady Pelfield?

– Matthew y yo iremos -contesto Sarah.

– Yo tambien -contestaron Julianne y Emily.

Despues de abrazarlas y besarlas, Carolyn salio de la habitacion y bajo las escaleras. Cuando llego al vestibulo, Graham le dijo:

– El senor esta en el salon, lady Wingate. Por aqui, por favor.

Carolyn esperaba que el mayordomo, simplemente, avisara a Mathew de que estaba preparada para irse, pero era evidente que queria que lo siguiera. Carolyn se apreto la sien para aliviar el dolor de cabeza que le estaba viniendo y siguio a Graham por el pasillo. El mayordomo la anuncio desde la puerta del salon y Carolyn entro en la habitacion. Vio a Matthew y sonrio deseando no parecer tan cansada como en realidad se sentia.

– Sarah me ha contado la buena noticia -declaro alargando las manos hacia su cunado e inclinandose para besarlo en la mejilla-. ?Me alegro tanto por vosotros…!

– Gracias.

Matthew miro por encima del hombro de Carolyn y ella se volvio. Al ver a Daniel delante de la chimenea, Carolyn se quedo paralizada.

– Hola, Carolyn -la saludo Daniel con voz y expresion graves.

El corazon de Carolyn dio un vuelco, como hacia siempre que veia a Daniel.

– Daniel, ?has venido para celebrar la noticia del embarazo de Sarah?

– No, he venido para hablar contigo.

Antes de que ella pudiera expresar su sorpresa, Matthew declaro:

– Si me disculpais, ire a ver si mi querida esposa necesita algo. Daniel se ha ofrecido para acompanarte a casa. ?Te parece bien? Asi yo podria quedarme con Sarah.

– Si, claro. -Carolyn le ofrecio la mejor sonrisa que pudo esbozar-. Pero no tienes por que preocuparte. Lo mas extenuante que esta haciendo Sarah en estos momentos es hablar con Julianne y Emily.

– Bien. Eso significa que puedo dejar de preocuparme durante unos treinta segundos.

Matthew salio de la habitacion y cerro la puerta tras el.

Daniel se acerco a Carolyn y, ante la perspectiva de recibir un beso, a ella se le acelero el corazon. Hasta que el no estuvo cerca, Carolyn no noto las arrugas de cansancio y preocupacion que rodeaban sus ojos. Recordando la experiencia tan emotiva que vivio antes, Carolyn sintio una gran empatia hacia el.

– ?Te encuentras bien? -le pregunto.

El nego con un movimiento de la cabeza.

– No. Tenemos que hablar.

Daniel cogio a Carolyn por la mano y la condujo al sofa. Ella disfruto del contacto de su calida mano y se esforzo por apagar el terrible dolor que amenazaba con embargarla al saber que pronto dejarian de cogerse de la mano.

Despues de sentarse, Carolyn escucho con total incredulidad lo que habia ocurrido despues de que Daniel la dejara en su casa. Cuando Daniel termino su relato, Carolyn permanecio en silencio durante un minuto entero mientras asimilaba aquella informacion.

Dos de las anteriores amantes de Daniel habian muerto. Daniel era sospechoso de haber cometido los asesinatos. El creia que ella estaba en peligro.

– No puedo creer que lady Margate este muerta -declaro por fin Carolyn. Entonces apreto los labios-. Ni que esos dos papanatas crean que puedes ser el responsable de sus muertes.

Una sonrisa cansina elevo una de las comisuras de los labios de Daniel.

– Te agradezco tu indignacion por mi.

Ella le cogio una mano entre las suyas.

– Daniel, aunque te agradezco que intentes mantener mi nombre al margen de todo esto, debes contarle al senor Mayne donde estabas ayer por la noche.

Daniel nego con la cabeza.

– Lo unico que necesita saber es que yo no estaba asesinando a nadie.

Carolyn levanto la barbilla.

– No quiero que tenga ninguna razon para dudar de ti. Si tu no se lo dices, lo hare yo.

Daniel recorrio el rostro de Carolyn con la mirada y ella deseo poder leer sus pensamientos.

– ?Te das cuenta de que, si lo haces, lo mas probable es que se difunda lo de nuestra aventura?

– No me importa. Eso es, sin lugar a dudas, preferible a que el comisario y el senor Mayne te crean culpable de asesinato. Ademas, dada tu determinacion a protegerme, seguramente lo deduciran de todas formas.

– Pero lo unico que sabran es que mi preocupacion por ti deriva de nuestra estrecha amistad. No es necesario que tu nombre se vea involucrado en esto y que seas el centro de los rumores. Rayburn y Mayne no encontraran ninguna prueba que me incrimine en unos asesinatos que no he cometido.

– Quien esta intentando inculparte no dudara en fabricar pruebas en tu contra. El asesino ya ha conseguido que sospechen de ti. -Carolyn sacudio la cabeza-. Tu intencion de protegerme, aunque honorable, resulta inaceptable. Cuando el senor Rayburn y el senor Mayne me interroguen, como seguro que haran, les contare la verdad, Daniel.

Daniel no parecio complacido, pero, para alivio de Carolyn, no discutio su decision.

– Tenemos que asegurarnos de que estas a salvo. Quiero que me prometas que no iras a ninguna parte sola hasta que atrapen al asesino.

– Te lo prometo. -Carolyn se levanto-. Pero quiero marcharme de aqui. Ahora. Si es verdad que estoy en peligro, no quiero involucrar a Sarah.

Daniel tambien se levanto y, durante varios segundos, los dos se miraron a los ojos. Menos de medio metro los separaba. ?Daniel parecia tan cansado y preocupado…! Todo, en el interior de Carolyn, grito pidiendo abrazarlo, acariciarlo. Y ser abrazada y acariciada por el. Habia planeado hacer el amor con el una vez mas, pero en aquel instante se dio cuenta de que no podria, pues, si lo hacia, nunca podria dejarlo ir. No podria separarse de el. Y cometeria una locura, como pedirle que la quisiera. Y que se quedara con ella para siempre.

Su buen juicio le indico que se resistiera a tocarlo, que cualquier caricia solo haria que la despedida fuera mucho mas dificil. Pero la necesidad la sobrecogio y Carolyn se inclino hacia Daniel.

Con un gemido grave que parecia agonico, Daniel tiro de Carolyn y apreto su boca contra la de ella. Su beso sabia a miedo y desesperacion. A preocupacion y frustracion. Y a un deseo ardiente y profundo. Carolyn se agarro a el, se apreto mas contra el, grabando en su memoria la sensacion de su duro cuerpo contra el de ella, del sabor caliente y embriagador de su beso, de la textura espesa y sedosa de su pelo, del aroma delicioso e inolvidable que era unico e inconfundible en el.

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