«Perfecta.»
– Agradable -murmuro Daniel. Como no queria responder mas preguntas acerca de aquella cuestion, declaro-: Sarah estaba ansiosa por hablar con Carolyn. Supongo que no ha ocurrido nada malo.
– Al contrario. Todo es maravilloso. Voy a ser padre.
A juzgar por su expresion, sin duda Matthew estaba en estado de extasis. Daniel sonrio y le tendio la mano. Se sentia feliz por su amigo, pero tambien era consciente de un vago sentimiento de vacio interior propio que lo entristecia.
– ?Felicidades!
– Gracias.
– Pareces muy tranquilo.
– En realidad, he estado hecho un manojo de nervios desde que el doctor nos confirmo el embarazo de Sarah esta manana, pero tanto Sarah como el doctor me han asegurado que esta en perfecto estado y ella me ha prohibido que me preocupe. Me ha dicho que si tengo la intencion de caminar de un lado a otro de la casa hasta que el bebe nazca, me aporreara la cabeza con una sarten.
– Tu esposa tiene un ramalazo bastante violento.
– Eso parece. Claro que ni siquiera la amenaza de danos fisicos impedira que me preocupe. Me temo que preocuparse va implicito con el hecho de amar a alguien. -Matthew contemplo a Daniel por encima del borde de su copa de conac-. Como tu mismo estas descubriendo.
La copa de Daniel se detuvo a medio camino de su boca y Daniel arrugo el entrecejo.
– ?Que quieres decir?
– ?De verdad no lo sabes?
– ?Saber que?
Matthew levanto la vista hacia el techo y, despues, fijo la mirada en Daniel.
– ?Estas enamorado, idiota!
Una negacion inmediata subio hasta los labios de Daniel, pero cuando abrio la boca, ningun sonido salio de ella. ?Enamorado? ?Desde luego que no! Pero cuando intento negarlo, se dio cuenta, con una claridad absoluta, de que era cierto. Esa era la causa de sus profundos anhelos, deseos y necesidades, de aquella pletora de emociones inusual, crispante y desgarradora que lo embargaba y que abarcaba toda la gama desde la felicidad hasta el sufrimiento.
Estaba enamorado.
La idea lo golpeo con la fuerza de un martillo. ?Santo cielo, la situacion era peor de lo que habia pensado! ?Y pensar que habia creido que solo estaba perdiendo un trozo de su corazon en su relacion con Carolyn! ?Que ridiculo! Lo habia perdido todo. Y el alma tambien.
Dejo su copa de conac, se dirigio al sofa y se dejo caer en el con pesadez. Se paso los dedos por el pelo, miro a Matthew y declaro con una voz pasmada que parecia proceder de un lugar muy lejano:
– ?Maldita sea, tienes razon!
– ?De que estas enamorado? Ya lo se.
– De que soy un idiota. -Daniel apoyo la cabeza en las manos y gimio-. ?Como ha podido sucederme? ?Y como consigo que desaparezca?
Matthew solto un respingo.
– Supongo que sucedio de la forma habitual. Encontraste a alguien que… te completa. En cuanto a hacerlo desaparecer, se por propia experiencia que no es posible. Despues de todo no se trata de una indigestion. -Se sento en el sillon orejero que habia delante del sofa-. Ademas, ?por que habrias de querer que desapareciera? Carolyn es una mujer encantadora.
Daniel levanto la cabeza.
– Si, lo es, pero no esta enamorada de mi. Todavia adora a su esposo muerto. Su corazon siempre pertenecera a Edward. Ella misma lo ha reconocido.
Exhalo un suspiro amargo ante aquella ironia. El nunca antes habia deseado poseer el corazon de una mujer y, desde luego, nunca quiso entregar el suyo. Y ?que era lo que habia ocurrido? Habia perdido su corazon con una mujer que no lo queria y que no tenia ninguna intencion de entregarle el suyo a el.
Daniel exhalo un largo suspiro.
– ?Que asco!
– Quizas ella cambie de opinion -declaro Matthew.
Daniel nego con la cabeza.
– No. Edward fue el amor de su vida. Ella lo adoraba. Y todavia lo adora. Ningun hombre podria aspirar a subir al pedestal en el que ella lo ha puesto.
– Es obvio que ella se preocupa por ti.
– Si, estoy seguro de que es asi, pero de una forma muy superficial en comparacion con lo que siente por Edward.
Y Daniel sabia, en el fondo de su corazon, que eso nunca seria suficiente para el. Podia aceptar que Carolyn recordara el amor que habia compartido con Edward. No podia negarle nada que la hiciera feliz. Pero no podia soportar no ser el primero en sus sentimientos. No podia soportar saber que el fantasma de Edward siempre estaria entre ellos. Que ella siempre los compararia y que el siempre saldria perdiendo.
Por su propio bien, tenia que terminar su relacion con ella. Enseguida. Antes de que hiciera algo estupido y se dejara a si mismo en ridiculo. Como decirle a ella que la amaba. O pedirle que se casara con el. O, peor aun, rogarle que se casara con el. Lo unico que se le ocurria que fuera peor que no ver amor en los ojos de Carolyn, era ver lastima en ellos.
– ?Maldita sea! ?Por que habria de querer alguien enamorarse? -pregunto Daniel.
– Cuando encuentras a la persona adecuada, es algo increible -contesto Matthew en voz tenue.
Si, y la persona adecuada era alguien que te amaba tanto como tu la amabas a ella. Por desgracia, ese no era el caso de Daniel. Y aquel infierno emocional, unilateral y no correspondido era una autentica tortura.
– Tendremos que rebautizar a nuestro grupo como «La Sociedad Literaria de Damas y un Bebe» -declaro Carolyn tras abrazar a Sarah cuando ella anuncio que estaba embarazada.
La feliz noticia permitio a Carolyn apartar a un lado la tristeza que experimentaba por haberse permitido, de una forma absurda, enamorarse de un hombre que no queria saber nada del amor.
– Estoy impaciente por ser tia.
– Yo tambien -declararon Julianne y Emily al unisono.
– Tendreis que ayudarme a tener controlado a Matthew -declaro Sarah, subiendose las gafas por el puente de la nariz-, porque me veo venir que nos va a volver locos a los dos. ?Ni siquiera me ha dejado subir las escaleras sola! -Levanto la vista hacia el techo-. Si no mantengo a raya su panico masculino desde ahora mismo, os aseguro que sera un embarazo muy, pero que muy largo.
Carolyn le apreto la mano.
– Debes sentirte feliz de que el hombre al que amas sea tan carinoso y se preocupe tanto por ti, Sarah. No hay mejor regalo que este.
«Ni peor sufrimiento que amar y no ser correspondida.»
– Hablando de grandes regalos -declaro Julianne-, ?os habeis dado cuenta de que el senor Gideon Mayne, el detective, asistio a la velada de ayer por la noche de lord y lady Exbury?
– Si -contesto Emily-. Estaba alli con el senor Rayburn.
– Estan buscando pistas en relacion con el asesinato de lady Crawford -anadio Carolyn-. Pero ?que tiene que ver el senor Mayne con los grandes regalos?
Julianne miro a su alrededor, como si quisiera asegurarse de que nadie mas oiria lo que iba a contar. Entonces, con los ojos brillantes, declaro:
– Desde que vino a casa a interrogarme a mi y a mi madre, despues de la fiesta de disfraces, yo…, bueno, no he podido dejar de pensar en el.
– ?En un detective de Bow Street? -pregunto Emily con los ojos desorbitados por la impresion-. ?Santo cielo, Julianne! A tu madre le va a dar un ataque de apoplejia. Y, por una vez, tendre que estar de acuerdo con ella. ?Un detective? ?Es totalmente inaceptable! ?Un hombre tan vulgar, tan tosco y de aspecto tan duro! Es casi tan horrible como el senor Jennsen.