– ?Que? -preguntaron Daniel y Mayne al unisono.
Samuel asintio con la cabeza.
– Eso es lo que me dijo. Cuando le pregunte como lo sabia, me contesto que lady Wingate habia recibido una nota de lord Surbrooke contandoselo.
El suelo parecio esfumarse debajo de los pies de Daniel.
– Yo no le he enviado ninguna nota. ?Donde esta ahora lady Wingate?
– Katie no estaba segura, solo sabia que habia salido. Le dije que hablara con Nelson y buscaran la nota y vine corriendo a contarselo a uste.
Daniel cogio su pistola de la mesa que habia en el vestibulo, donde la habia dejado cuando llego, y miro, alternativamente, a Samuel y Mayne.
– ?Vamos!
Carolyn avanzo por el camino serpenteante de Hyde Park y se cino el chal con el que se cubria los hombros para protegerse de la humedad y del frio aire. Los dedos fantasmales de una neblina gris se elevaban desde el suelo mientras el lugubre cielo, entristecido por unas nubes bajas, amenazaba con escupir lluvia de un momento a otro. El parque estaba desierto.
Carolyn apreto el paso, ansiando llegar al lugar donde, segun la nota de Daniel, se encontraria con el y el senor Mayne. ?Gracias a Dios que habian cogido al asesino! Estaba deseando darle al detective una buena reprimenda por sospechar de Daniel.
El camino viraba un poco mas adelante y pasaba junto a una pequena zona en forma de U que estaba rodeada por un espeso bosquecillo de olmos y setos altos donde Daniel queria que se reuniera con ellos. Carolyn salio del camino y entro por la abertura que habia en los altos setos. Una figura solitaria estaba en el extremo mas alejado del claro cubierto por la niebla y Carolyn la saludo.
La figura se acerco y Carolyn parpadeo sorprendida.
– ?Que hace usted aqui?
Una luminosa sonrisa. Y un extrano destello en aquellos ojos verdes paralizo a Carolyn enviando un escalofrio helado por su espalda.
Una mano enguantada en negro apunto la pistola que sostenia hacia su pecho.
– He venido para encontrarme con usted, lady Wingate.
Carolyn miro fijamente la pistola intentando encontrarle el sentido a lo que estaba ocurriendo. Inhalo con vacilacion y volvio a levantar la mirada hacia aquellos ojos que, por lo que vio ahora, despedian destellos de locura.
– Estoy segura de que esta arma no es necesaria.
– Pues yo me temo que si que lo es. Si coopera, solo morira, pero si se mueve o grita, la matare y, despues, me asegurare de que su hermana tambien muera. ?Me ha entendido?
Con el corazon latiendole con tanta fuerza que Carolyn oia sus latidos en las orejas, Carolyn consiguio asentir.
– Si.
?Santo cielo! Seguro que alguien, Nelson, Katie, Daniel… alguien se daria cuenta de que la habian atraido a aquel lugar con falsos pretextos. Solo tenia que mantener la calma y seguir con vida hasta que la encontraran. Volvio a mirar la pistola, que no temblaba en absoluto.
Carolyn levanto la barbilla.
– Esta claro que la nota no era de Daniel y que voy a ser su tercera victima… ?o ha habido mas, lady Walsh?
Una sonrisa maliciosa curvo los labios de Kimberly Sizemore.
– Solo lady Crawford y lady Margate. Despues de que usted desaparezca, tendre lo que quiero.
– ?Y que es, exactamente, lo que quiere?
La sonrisa se desvanecio y un odio frio y total aparecio en los ojos de lady Walsh.
– Quiero ver a Daniel en la ruina. Igual que el me arruino a mi.
Carolyn asintio lentamente con la cabeza, como si lo que decia lady Walsh tuviera mucho sentido.
– Comprendo. ?Y como la ha arruinado el?
El odio de sus ojos crecio en intensidad.
– Habia planeado recuperar su amor cuando regresara a Londres, pero, cuando volvio, era un hombre distinto. Cada vez que me acercaba a el, me rechazaba. Entonces me di cuenta de que tenia otra amante. Lo unico que tenia que hacer era descubrir quien era y despues encontrar la mejor forma de recuperarlo.
Deslizo la mirada hacia Carolyn con un desprecio mal disimulado.
– Los vi la noche del baile de disfraces que celebre en mi casa. En la terraza. No podia creer que la hubiera elegido a usted, a una viuda timida y aburrida que nunca podria complacerlo como yo lo habia hecho. ?No creeria usted que podria satisfacer a un hombre como Daniel!
La rabia por la destruccion que aquella demente habia causado empujo a un lado parte del miedo que Carolyn sentia y, tras enarcar las cejas, declaro:
– Quiza no sea tan timida ni tan aburrida como usted cree.
Los ojos de lady Walsh se volvieron meras rendijas.
– De no ser por usted, el habria vuelto a mi. Intente tentarlo, pero el me rechazo con terquedad. Entonces mi amor se convirtio en odio y decidi que, si yo no podia tenerlo, nadie lo tendria.
– ?Y por que no, simplemente, lo mato a el?
Los labios de lady Walsh se curvaron en una parodia de sonrisa.
– Eso es, con exactitud, lo que estoy haciendo. Matarlo a balazos o cuchilladas seria demasiado rapido y Daniel tiene que sufrir. Quiero arruinarlo. Por eso decidi incriminarlo en los asesinatos. Los asesinatos de sus anteriores amantes.
– ?Como las mato? -pregunto Carolyn, agudizando el oido y rezando para que se oyeran los pasos de alguien acercandose por el camino.
Ahora fue el orgullo el que resplandecio en la mirada de lady Walsh.
– Consegui matarlas citandolas con el tipo de nota que envian ahora los amantes, indicando una hora y un lugar, y que esta muy de moda. Imite la escritura de Daniel y les pedi que llevaran puestas las joyas que el les habia regalado. Cuando la encuentren muerta a usted, el destino de Daniel estara sellado. Sobre todo cuando deje las notas que envio a lady Crawford y a lady Margate donde las autoridades puedan encontrarlas.
– ?Por que no dejo, simplemente, las notas junto a los cadaveres?
– Tenia planeado enviarle una a usted la noche de su muerte y no queria que le diera miedo acudir a la cita. -Su expresion se volvio maligna-. Eso si no moria antes.
– ?Se refiere al disparo que me hizo?
Una sonrisa maliciosa curvo los labios de lady Walsh.
– Es posible.
– ?Y por que este cambio de planes?
Lady Walsh fruncio el ceno.
– Porque Daniel supuso que tanto usted como yo estabamos en peligro. ?Sabia que, ayer por la noche, vino a advertirme de que fuera con cuidado? Casi me arrepenti de mi plan para arruinarlo y, si el hubiera aceptado mi invitacion a pasar la noche en mi casa, podria haber cambiado de idea. Pero el decidio irse.
– Lanzo una mirada cargada de odio a Carolyn-. Para estar con usted. Estoy segura.
– Asi es.
– Este ultimo rechazo sello su destino y me obligo a actuar mas deprisa de lo que tenia pensado. Sabia que Daniel se encargaria de tenerla vigilada continuamente. -Esbozo otra sonrisa malevola-. Pero yo lo engane. Y a usted tambien. Y ahora estamos aqui y usted va a morir.
Una furia helada, distinta a todo lo que habia experimentado hasta entonces, invadio a Carolyn.
– Usted ya fallo cuando me disparo la otra noche -declaro con desden.
– Esta vez no fallare.
Carolyn se dio cuenta de que era ahora o nunca y se lanzo contra su atacante profiriendo un fiero grito que corto el aire helado. Los ojos de lady Walsh reflejaron sorpresa y, despues, un odio profundo mientras luchaba para conservar la pistola. Carolyn lucho con todas sus fuerzas para mantener el canon apuntando en otra