dolor que transmitian aquellas palabras. ?Que fue lo que le hizo ser desgraciado? Ella habia pasado incontables horas deseando lo que el tenia -una familia normal, una vida respetable, ser alguien decente. ?Por que todo eso no habia sido suficiente para el?
– Yo… lamento mucho que no hayas sido feliz, Philip.
– Y veo que te has sorprendido mucho de que no lo fuera. Te estaras preguntando como puedo haber crecido en un entorno como este y sentirme triste -dijo abarcando con un gesto la opulenta habitacion.
– No puedo negar que me parece dificil de imaginar.
Apartando su plato y su copa, el se echo hacia delante, apoyando las manos en las rodillas.
– ?Alguna vez te has sentido sola, Meredith? ?Tan sola que no… podias soportarlo? ?Te has sentido sola, incluso cuando estabas rodeada de gente?
Los recuerdos y los sentimientos que ella habia enterrado hacia mucho tiempo salieron a la superficie. Por el amor de Dios, habia pasado la mayor parte de su vida sintiendose exactamente asi. Incapaz de responder, pero incapaz tambien de esquivar la mirada de dolor que sentia florecer en los ojos de el, se quedo simplemente mirandole a los ojos, esperando que el pudiera leer la respuesta en los suyos.
– Cuando era nino, siempre me sentia como si me hubiera quedado fuera, mirando por la ventana con la nariz pegada al cristal -dijo el en voz baja-. Era timido y torpe, fofo y asustadizo, obligado a llevar unas gafas de gruesos cristales; todos esos rasgos se hacian mas presentes cuando estaba con los demas ninos, a los que veia como algo que yo no podria llegar a ser jamas. Veia poco a mi padre, ya que el pasaba la mayor parte del tiempo viajando por sus propiedades. MI madre era muy hermosa, pero tenia una salud muy fragil; murio cuando yo tenia doce anos, y la relacion con mi padre fue haciendose poco a poco cada vez mas fria… -Su voz se apago y sus ojos mostraron un brillo angustiado y distante.
Sin pensarlo, ella se acerco y le agarro una mano. Como si acabara de salir de un trance, el miro hacia abajo, hacia aquella mano que descansaba sobre la suya. Luego alzo la vista, y a ella se le corto la respiracion al ver la absoluta desolacion que habia en sus ojos.
– Fue culpa mia -dijo el con una voz temblorosa y emocionada, en franca contradiccion con el tormentoso fuego que ardia en su mirada-. Le habia prometido a mi padre que cuidaria de mi madre, y que la mantendria ocupada hasta que el volviera de una visita que habia ido a hacer a su contable. Aquel dia, ella se sentia algo mejor, como le pasaba a veces, y como siempre que se sentia fuerte, quiso salir de casa. Mi padre me pidio que no la dejara salir hasta que el volviera. Le di mi palabra… -Philip trago saliva y continuo hablando-: Le di mi palabra, pero entonces… me quede dormido. -Sacudio la cabeza, y un sonido amargo escapo de su garganta-. Me quede dormido mientras mi madre me leia un libro. Luego ella salio de casa y se fue al parque. La pillo la lluvia y se resfrio. Murio tres dias despues.
– Oh… Philip. -Se sintio conmovida por el al imaginarse a aquel muchacho culpandose a si mismo y a su padre haciendo lo mismo-. Tu solo eras un nino.
– Que no mantuvo su palabra. -Levanto la vista de sus manos entrelazadas y su mirada se cruzo con la de ella-. Si yo hubiera mantenido mi palabra, ella no habria salido de casa.
– Pero tu madre era una mujer madura, que fue victima de una decision equivocada; de una decision que tomo ella misma.
– Una decision que no habria tomado si yo hubiera mantenido mi palabra. -Los ojos de Philip parecian arder dentro de los de ella-. Cuando mi padre supo que le habia fallado, que ella habia salido de casa, me dijo que un hombre vale tanto como vale su palabra. Que un hombre que no hace honor a su palabra no es nadie. Hasta aquel dia nunca habia fallado al mantener mi palabra. Habria fallado de otras maneras, pero no de ese modo. Y no quiero volver a hacerlo nunca mas.
En ese momento, ella comprendio de repente en que se basaba la determinacion de aquel hombre por romper el maleficio y por casarse antes de que falleciera su padre. Era una simple cuestion de cumplir la palabra que le habia dado a su padre. Philip le habia dado su palabra de que lo haria.
– La muerte de mi madre abrio un profundo abismo entre mi padre y yo. El se echaba la culpa a si mismo y me la echaba a mi. Yo me echaba la culpa a mi mismo, y ninguno de los dos podia salvar el profundo abismo que nos separaba. Catherine nos intento ayudar recordandonos que, incluso antes de aquel dia fatidico, la enfermedad de mi madre habia empeorado tanto que ya no habia ninguna esperanza. Mi padre y yo lo sabiamos, pero los dos estabamos a su lado cuando murio, y los dos la vimos sufrir y luchar por cada bocanada de aire. Seguramente no le habrian quedado muchos mas meses de vida, pero murio antes de lo que le tocaba. -Philip dejo escapar un largo suspiro-. Mientras mi padre pasaba la mayor parte de su tiempo cuidando sus propiedades, yo pasaba el mio en compania de una sarta de desinteresados profesores privados. La situacion empeoro cuando me enviaron a Eton, donde aprendi que los chicos, no importa lo bien educados que se les suponga, pueden infligir grandes dolores, no solo con sus punos, sino tambien con la crueldad de sus palabras. El hecho de que yo fuera un fracaso en la escuela en todos los sentidos (excepto en el academico) no ayudo a mejorar la relacion con mi padre. Ver a Catherine durante mis vacaciones escolares fue el unico rayo de sol durante aquellos oscuros anos. Ella y el placer que encontraba en los estudios cuando me perdia en el pasado investigando las vidas de otras personas a las que no habia conocido.
Hizo una pausa de varios segundos, y entonces parecio sacudirse los recuerdos del pasado y su mirada volvio a fijarse en ella.
– Dado que tanto mi padre como yo necesitabamos escapar de la tension que crecia entre nosotros, el me ofrecio la oportunidad de que continuara mis estudios en el extranjero, y yo me agarre a aquella oportunidad. Hicimos el trato de que, a cambio de su ayuda financiera, deberia regresar a Inglaterra y casarme. Por mucho que yo deseara marcharme, estaba asustado por salir de casa. Era obsesivamente timido, y todavia era torpe y asustadizo. -El fantasma de una sonrisa rozo sus labios-. Pero una vez que sali de Inglaterra y llegue a lugares donde nadie me conocia ni habia tenido noticias de mis pasados fracasos, me di cuenta de que la libertad me hacia ser mas fuerte. La fatigante actividad fisica que requerian mis viajes, junto con el aire libre, me fortalecio, y por primera vez en mi vida senti que pertenecia a algun lugar. Conoci a Bakari y despues a Andrew, quien no solo es un boxeador entusiasta, sino tambien un experto esgrimista. El me enseno el arte del boxeo y de la esgrima, y yo le ensene a descifrar escritos antiguos. Cuando nos conocimos, el tenia tan pocas ganas de hablar de su pasado como yo, y enseguida nos hicimos amigos. De hecho, Catherine, Bakari y Andrew son los unicos amigos de verdad que tengo.
Su voz se fue apagando, y el silencio los envolvio. Ella queria decir algo, pero ?que podia decirle a un hombre que acababa de abrirle el alma? ?Un hombre al que ella no le habia ofrecido nada mas que una sarta de mentiras? «No seas ingenua; la honestidad solo funciona cuando no tienes nada que esconder», le dijo su voz interior.
Sentimientos contradictorios la bombardeaban con tal rapidez y tal fuerza que no era capaz de separarlos unos de otros para distinguirlos mejor: simpatia, culpabilidad, compasion, conmiseracion.
Profundas y perdurables emociones.
La abrumaba la necesidad de tocarlo y de consolarlo, y necesito toda su fuerza de voluntad para no caer en sus brazos. En lugar de eso, le apreto con fuerza la mano.
– Lo siento Philip -dijo con unas palabras y un gesto que eran insuficientes para expresar la profundidad de sus confusos sentimientos.
– Gracias. -La tension que embargaba la expresion de su semblante se relajo un poco-. Durante anos mantuve correspondencia regular con mi padre. Al principio nuestras cartas eran frias, pero con el tiempo fue desapareciendo parte de aquella tension y ambos vimos claramente que nos era mas facil comunicarnos por escrito que cara a cara. Aunque toda aquella tension volvio a aparecer de nuevo hace tres anos, cuando el me escribio pidiendome que regresara a Inglaterra y me concerto un matrimonio. Yo me negue. En parte porque todavia no estaba preparado para regresar a casa, pero tambien porque me habia hecho bastante obstinado al respecto de mi mismo y no me gusto nada su autoritaria orden. Como puedes imaginar, nuestra relacion sufrio un fuerte reves a causa de eso. Nos seguiamos escribiendo, pero todo era diferente. Y de repente recibi una carta en la que decia que se estaba muriendo. Por supuesto, aquello me hizo pensar que habia llegado el momento de regresar a casa. Esperaba que mi regreso y mi intencion de casarme pudieran cerrar la grieta que se abria entre nosotros. Pero entonces tope con la «Piedra de lagrimas».
– Si. Y la verdad es que fue un desafortunado encuentro. -Otra oleada de simpatia la arrebato.
– En cierto modo si, sobre todo despues de la muerte de Mary Binsmore. Pero el maleficio no me ha traido solo mala suerte.
– ?Como puedes decir eso? -pregunto ella levantando las cejas-. El maleficio te ha hecho perder a lady