pienso quedarme a tu lado.
Como vio que estaba decidida a quedarse a su lado, Philip no discutio. La condujo hasta su estudio privado, donde abrio todas las cortinas para que entrase mas luz en la habitacion. Enseguida comenzaron a encajar los fragmentos de la piedra.
– Me gustaria escribirles una nota a Charlotte y Albert para informarles de nuestro compromiso y avisarles de que me quedare aqui para ayudarte a recomponer la piedra -dijo Meredith-. No les dire que me he visto afectada por el maleficio hasta que no sea completamente necesario. Si manana por la tarde no hemos conseguido nada, me gustaria que vinieran aqui, y tambien Hope. Yo… me gustaria verlos, hablar con ellos antes de… -Su voz se fue apagando a la vez que apartaba la mirada.
Philip la asio de las manos y se las apreto.
– Lo entiendo. Pero cuando les mandes llamar sera para invitarlos a nuestra boda.
Espero a que ella le mirara y acto seguido se acerco y la beso, con un beso rapido y suave.
Mientras ella escribia a sus amigos, el preparo una nota corta para Catherine y para su padre diciendoles que estaba bien, y otra para su abogado. Tras dar instrucciones a James para que enviara las cartas sin dilacion, Meredith y el se sentaron y se dedicaron concienzudamente a intentar poner juntas las varias docenas de fragmentos de piedra.
Tras unas cuantas horas de trabajo, la luz empezo a declinar y Philip encendio las velas y la chimenea. No sabia con seguridad si a Meredith le dolia aun la cabeza, pero la suya en cualquier caso estaba a punto de estallar, tras haber pasado tantas horas intentando sacar algo en claro de la reconstruccion de los fragmentos de aquella piedra escrita en lengua antigua. Llegaron Andrew y Bakari, y se ofrecieron a ayudarles, pero Philip no se lo permitio.
– No quiero que os expongais al maleficio. Si no podemos romperlo, eso podria ser de fatales consecuencias para cualquiera de los dos si decidis casaros en un futuro.
Ellos le discutieron, pero Philip se mantuvo firme en su decision. Despues de tomar una comida rapida, Philip insistio a Meredith para que descansara un rato. Bakari le preparo una tisana, y en cuanto se la tomo, Meredith se quedo arrellanada en el sofa del estudio, con Prince tumbado entre sus brazos, y enseguida se durmio.
Philip estuvo trabajando toda la noche, con los ojos enrojecidos por la poca luz y los musculos agarrotados por el cansancio. Poco a poco las palabras iban tomando forma, y el sentia renovarse asi su determinacion, mientras observaba a Meredith dormida y envuelta por la rojiza luz de la chimenea.
Cuando ya empezaba a amanecer habia conseguido reconstruir todas las piezas. Ahora no habia duda de que la perla habia sido escondida dentro de aquel pedazo de la piedra, pero en lugar de colocarla de nuevo en su sitio la dejo aparte, encima de la mesa. Se habian perdido varios diminutos fragmentos de piedra, pero aun asi ahora era completamente legible.
Con el corazon latiendole a toda prisa, Philip se acerco a su dormitorio con todos los musculos gritando en senal de protesta. Extrajo el otro pedazo de «Piedra de lagrimas» de donde lo tenia escondido, en una cartera de cuero metida en el fondo de su armario. Volvio al estudio, coloco la piedra junto al rompecabezas que acababa de reconstruir y leyo aquella antigua lengua:
Se tomo la cara entre las manos, y su barba incipiente le arano las palmas. Podia entender las palabras. Ahora solo tenia que descubrir que demonios querian decir. Echo una ojeada al reloj.
Le quedaban menos de veintiocho horas para descubrirlo.
Ya solo quedaban doce horas.
Philip se paso los dedos por entre los cabellos, haciendo esfuerzos para que el miedo que amenazaba con estrangularlo no lo venciera. Con la ayuda de Meredith, habia pasado casi todo el dia buscando entre sus diarios alguna clave que le revelara el secreto oculto en aquellas palabras, pero no habia conseguido ningun resultado. Philip no habia querido revelar las palabras exactas a Andrew y Bakari, por su seguridad, pero les habia enviado al museo para que investigaran todo lo que pudieran al respecto de las perlas, de un banquete o del precio del amor verdadero. Le habia sugerido a Meredith que enviara otra nota a Charlotte, pidiendole que viniera a su casa con Albert y Hope, para que pudiera informarles de lo que estaba sucediendo, y prepararlos para lo peor, pero ella se habia negado.
– Todavia no. Hacerlo seria como si ya no tuvieramos esperanzas, y yo todavia las tengo. Tengo la intencion de convertirme en tu esposa.
Apartando la mirada de ella, para que no pudiera ver el miedo que se reflejaba en sus ojos, Philip continuo examinando sus diarios. Intento tragarse su terror mudo, que aumentaba con cada minuto que pasaba. Otro