estar furioso, pero espero que sepas comprender que, aunque mis acciones hayan sido deshonrosas, no lo eran mis intenciones. A pesar de que mi salud sigue siendo buena, mientras que la de la mayoria de mis contemporaneos no lo es, deseaba que tuvieramos la oportunidad de normalizar nuestras relaciones antes de que fuera demasiado tarde, y tu no dabas muestras de querer regresar. -Alzo las cejas-: Si no te hubiera mentido, ?habrias vuelto a casa?

– Lo mas probable es que no -admitio Philip dejando caer los brazos.

– Eso habia supuesto. Espero que sepas perdonarme por haber ideado este truco, pero me parece que no tenia otra eleccion. Lamento haberte mentido. Pero no lamento que hayas vuelto a casa. Te he echado de menos, Philip. Hubo un tiempo en que tuvimos una magnifica relacion…

Los recuerdos de los dias pasados caminando juntos por los terrenos de la finca de Ravensley, de las tardes pasadas leyendo juntos en la biblioteca y de las noches jugando al ajedrez recorrieron la mente de Philip, dejando tristeza y arrepentimiento a su paso.

– Si. -Philip dejo que esta palabra resbalara por su garganta-. Antes de que un dia yo no cumpliera mi palabra. Antes de que muriera mama. Y tu…

Un musculo se tenso en la mandibula de su padre.

– He esperado muchos anos para poder decir esto, Philip, y ahora que ha llegado el momento, las palabras son dificiles… -Dejo escapar un largo suspiro-. Yo os perjudique mucho a los dos el dia en que tu madre salio a pasear bajo la lluvia y cayo enferma. Es verdad que yo estaba enfadado y alterado, pero no contigo. Estaba enfadado con el destino que me la estaba quitando. Ella habia sido tan fragil durante tanto tiempo… y sabiamos desde hacia meses que el final estaba cerca. Aquel dia te dije cosas muy enojado. Cosas horribles respecto a tu sentido del honor que en realidad no pensaba. Pero fueron cosas que, una vez dichas, levantaron un muro entre nosotros dos que desde entonces no he sabido como escalar… un muro que espero que ahora, como adultos, podamos de alguna manera escalar juntos. Tu eres un hombre maravilloso, hijo. Se que deberia haberte pedido perdon hace muchos anos. Pero ya que no lo hice antes, solo puedo rezar para que no sea demasiado tarde. Lo siento.

Su padre extendio las manos. Philip se quedo mirando aquel gesto de disculpa, amistad y respeto, y trago saliva para deshacer el nudo que sentia en la garganta. Sintiendo que se le habia quitado un gran peso de encima, se acerco a su padre y le estrecho las manos con gesto decidido. Philip no estaba seguro de quien de los dos se movio primero, pero al cabo de un momento ambos estaban abrazados. Cuando se separaron tuvieron que sacar el panuelo de seda de sus respectivos bolsillos. Secandose los ojos, su padre dijo:

– Maldita sea, Philip, este lugar esta lleno de polvo. Creo que tienes que contratar a mas criados. Especialmente ahora que vas a casarte. -Volvio a guardar el panuelo en el bolsillo-. Me has dicho que querias hablar conmigo de algo.

– Si. En realidad, queria darte las gracias. Han sido tus esfuerzos por asegurarme una esposa los que han hecho que me viera envuelto en la serie de acontecimientos que han conducido a este momento: en el que espero hacer de Meredith mi esposa.

– Ya lo veo -dijo su padre alzando las cejas-. ?Eso quiere decir que me perdonas por haberte enganado para que volvieras a casa?

– Creo que debo hacerlo, porque si no me hubieras enganado, posiblemente no habria vuelto. Y si no hubiera vuelto, no podria haber conocido a Meredith. De manera que creo que debo estar agradecido a tu engano.

– En cuanto a miss Chilton-Grizedale. Philip… Aunque no sea de nuestra clase, he de reconocer que me gusta bastante. Y Catherine me ha asegurado que tiene todo su apoyo, y dice que esta segura de que se convertira en una perfecta vizcondesa.

– Lo sera, padre. Te doy mi palabra de honor de que lo sera.

– Bueno, eso es suficiente para mi.

De pie al lado de Andrew, Philip se quedo mirando a Meredith mientras entraba en la sala, y sintio que le faltaba el aire. Vestia un traje de muselina azul palido, exquisito en su simplicidad, con un talle carente de adornos que hacia resaltar aun mas sus extraordinarios ojos y el brillante color de su piel. Su pelo azabache estaba recogido con un clasico mono griego, y unos collares de perlas niveas -el regalo de bodas que le habia hecho Philip- envolvian sus relucientes trenzas. Sus miradas se cruzaron, y ella le sonrio con un destello de amor y felicidad temblando en sus labios.

Meredith camino lentamente hacia Philip, con sus manos enguantadas descansando suavemente en la manga de la chaqueta de Albert. Un Albert radiante de orgullo por su «miss Merrie» y que iba a casarse con Charlotte Carlyle dentro de un mes.

Albert dejo a Meredith junto a Philip con una solemne inclinacion de cabeza, a la que Philip contesto con una reverencia igual de solemne. Luego miro hacia la mujer que era la duena de su corazon.

– Estas muy hermosa -le susurro.

– Gracias. Tu tambien lo estas -le contesto ella en un murmullo-. Tu padre me ha hablado de vuestra conversacion.

– Menudo tramposo, ?no te parece?

El parroco carraspeo y se quedo mirandolos con el ceno fruncido.

– Si -susurro Meredith sonriendo e ignorando alegremente al parroco-. Le estoy muy agradecida.

– Y yo tambien -contesto el sonriendo.

– Me parece que el parroco esta empezando a ponerse nervioso con vosotros -farfullo Andrew interrumpiendo su charla-. Su cara parece una tormenta a punto de estallar. -Inclino la cabeza hacia Meredith-: Esta usted encantadora, miss Chilton-Grizedale.

– Gracias, senor Stanton, lo mismo le digo -contesto ella con una leve reverencia-. De hecho se le ve tan encantador que me parece que no tendre que esperar mucho para verle 'a usted delante del parroco. De hecho, tengo toda la intencion de verle pronto asi.

Andrew le lanzo a Philip una mirada mordaz, a la que Philip respondio encogiendose de hombros.

– Ella es la Casamentera de Mayfair, ya sabes.

Philip volvio la vista hacia Meredith, quien lo miraba con las cejas fruncidas sobre sus hermosos ojos.

– Pareces muy feliz -le susurro el.

Una leve y hermosa sonrisa ilumino la cara de Meredith.

– ?Feliz? Yo preferiria llamarlo inequivoca, indudable, flagrante y euforica alegria.

Philip rio, ganandose una mirada cortante por parte del parroco.

– Si, estoy seguro de que asi es. Y esta vez, mi querida Meredith, estoy completamente de acuerdo contigo.

NOTA DE LA AUTORA

Querido lector:

Espero que hayas disfrutado con la historia de amor de Philip y Meredith. Yo he pasado muy buenos momentos escribiendo sus aventuras, especialmente durante las investigaciones que lleve a cabo para este libro, y que me condujeron a informaciones fascinantes sobre civilizaciones antiguas. Vale la pena llamar la atencion de manera especial sobre la historia de Cleopatra, y su muy inteligente manera de ofrecer el banquete mas caro de la historia. Esa parte esta basada en la Historia natural de Plinio el Viejo, un trabajo muy extenso que detalla sus observaciones del mundo que lo rodeaba, y dedicado a temas varios como la agricultura, la geografia, la astronomia, la botanica, la zoologia y la medicina, asi como la historia. Gayo Plinio Segundo (conocido como Plinio el Viejo) tenia una gran pasion por observar los fenomenos en persona y tomar nota de ellos. Desgraciadamente, su dedicacion a ese metodo de estudio le llevo, junto con su curiosidad, directamente a la muerte en el ano 79 despues de Cristo, cuando se aventuro a acercarse demasiado al Vesubio durante la erupcion que provoco la destruccion de Pompeya.

Tambien quiero mencionar de forma especial el poema que Philip le recita a Meredith durante la cena mediterranea, que es una version actualizada de un poema encontrado en un antiguo jeroglifico egipcio.

Me encanta conocer la opinion de mis lectores. Puedes contactar conmigo a traves de mi pagina web, en wwTV.JacquieD.com, en la que siempre estan ocurriendo cosas divertidas.

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