– Eso es… reconfortante. No hay mucha gente que lo sea.

Antes de que la joven pudiese determinar si habia algun sentido oculto tras las palabras de el, lord Sutton alargo el brazo para coger una pasta de te y volvio a hablar.

– ?A el le gusta vivir con usted aqui en Londres?

La muchacha fruncio el ceno.

– ?A el?

El hombre inclino la cabeza y la miro con expresion de duda burlona.

– A su marido.

Por el amor de Dios, ?que le ocurria?

– Por supuesto. ?Por que lo pregunta? -dijo con brusquedad, irritada consigo misma por perder el hilo de la conversacion y con el por persistir en sus preguntas.

El se encogio de hombros.

– Solo me preguntaba si echaba de menos su Francia natal.

– ?Ah! A veces. Sin embargo, se ha adaptado muy bien.

– ?Cuanto tiempo llevan casados?

– Tres anos. En cuanto a sus cartas…

– ?Tienen hijos?

– No. Sus cartas…

– ?No le acompana a las fiestas a las que asiste?

Si esperaba hacerla reaccionar, la joven no pensaba darle ese gusto.

– No, no le gustan las multitudes.

– ?Tambien es echador de cartas?

– No. Digame, lord Sutton, cuando haya elegido esposa, ?piensa quedarse en Londres?

– No. ?Cual es su ocupacion?

– ?La de quien?

– La de monsieur Larchmont.

La joven apoyo la taza sobre la mesa y levanto un poco la barbilla.

– Es cazador de ratas, senor -declaro en tono desafiante.

En realidad, la joven anhelaba que el hiciese algun comentario sobre tan humilde ocupacion. De ese modo, ella podria irritarse y asi sentir algo, lo que fuese, distinto de aquella conciencia casi dolorosa de la presencia del hombre. Lo dejaria aplastado diciendole que, de no ser por los cazadores de ratas, los bichos invadirian los hogares de los nobles arrogantes como el. Pero lord Sutton se limito a asentir, sin dejar de mirarla a los ojos.

– ?Hace mucho que es cazador de ratas?

– Desde que lo conozco.

Maldicion. ?Por que hacia tantas preguntas? Ninguno de los otros miembros de la nobleza mostraba aquella curiosidad. Y ?como se las habia arreglado para que la conversacion girase otra vez en torno a ella?

– Se hace tarde, lord Sutton -dijo en tono firme, decidida a recuperar, y conservar esta vez, las riendas de la situacion-. Mas valdria que comenzasemos la lectura de sus cartas porque tengo que marcharme pronto.

– ?Tiene otro compromiso esta noche?

– Si.

– ?La fiesta de lady Newtrebble?

Ella asintio, y en ese momento cayo en la cuenta. De pronto se sintio alarmada, pero enseguida la asalto una oleada de calor.

– ?Usted tambien asistira?

– Si. Debo seguir buscando a mi prometida, ?sabe? -respondio el con una sonrisa maliciosa y demasiado atractiva-. Tengo la esperanza de que las cartas puedan decirme de quien se trata.

Fuera quien fuese, Alex le deseo suerte para resistirse a aquel hombre de peligroso atractivo.

– Si. Para acabar con toda esa perdida de tiempo. Entonces ?empezamos?

– Desde luego.

Capitulo 5

Colin acerco su silla a la mesa y luego aparto a un lado el juego de te; se obligo a concentrarse en el asunto que les ocupaba y no en el delicado aroma de naranjas que acababa de percibir.

– ?Tenemos espacio suficiente aqui?

– Si, es perfecto.

La muchacha abrio el cordon de su bolso de redecilla y saco una baraja envuelta en una pieza de seda de color bronce.

– ?Quien le enseno a echar las cartas?

– Mi madre -dijo ella, mirando la baraja que tenia en las manos.

– ?La ve a menudo?

– No. Esta muerta.

Lord Sutton percibio la pena, el dolor en sus bruscas palabras -una pena y un dolor que conocia muy bien- y no pudo refrenar la comprension que broto en su interior.

– Lo siento. Se muy bien cuanto duele esa perdida.

– Estas cartas son todo lo que me queda de ella -murmuro la joven.

Alex alzo los ojos, y sus miradas se encontraron. El hombre contuvo el aliento. Para frustracion suya, la expresion de la muchacha era impenetrable, pero algo en sus ojos, algo que parecia vulnerabilidad, le llamo la atencion. Lord Sutton se sintio confuso.

El silencio crecio entre ellos. ?Sentia ella aquella tension densa y perturbadora, o solo la percibia el? La mirada de la joven se poso en sus labios. El hombre noto el impacto de aquella mirada como si fuese una caricia. Para gran irritacion suya, tuvo de pronto una ereccion, y debio echar mano de toda su concentracion para no removerse en el asiento a fin de aliviar la molestia.

Solo hacia unos cuantos anos que habia abandonado el espionaje, pero era evidente que habia perdido facultades, entre ellas su control, y de forma inexplicable. Demonios, aquella mujer ni siquiera poseia una belleza convencional. Tampoco era una dama de su propia clase. Ademas, se trataba de una ladrona.

Era una ladrona cuatro anos atras, irrumpio su conciencia. La gente puede cambiar y efectivamente lo hace.

Maldijo en su fuero interno a su irritante voz interior. Bien. Cuatro anos atras era una ladrona. Lo mas probable era que aun lo fuese. Eso era lo que se suponia que debia descubrir, y no que a su cuerpo desmandado la simple vision y aroma de ella le resultaban irracional e intensamente excitantes.

Lord Sutton apreto la mandibula, y la joven parpadeo varias veces como si volviese al presente. Mientras dejaba sobre la mesa con gesto rapido la baraja envuelta en seda de color bronce, hablo en tono energico:

– Para que pueda conectar mejor con las energias sutiles y mantener mi concentracion, sera preferible que nos abstengamos de mas conversacion innecesaria hasta que su tirada haya terminado. Su funcion aqui es preguntar. Mientras mezclo las cartas, quiero que piense en la pregunta que mas le gustaria que respondiese.

El hombre se dio cuenta muy a su pesar de que seguia conteniendo el aliento e inspiro con fuerza.

– De acuerdo -dijo.

En la habitacion en silencio solo se oia el tictac del reloj de la chimenea y el crepitar del fuego. Colin observo como la muchacha desenvolvia las cartas y doblaba con gesto cuidadoso la pieza de seda de color bronce. Le extrano que no se quitase los guantes de encaje, pero decidio no preguntar en ese momento, pues sin duda ella juzgaria su pregunta como «conversacion innecesaria». Dios sabia que no deseaba perturbar las «energias sutiles».

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