La joven cerro los ojos y respiro hondo y despacio varias veces. La mirada de lord Sutton bajo hasta detenerse en el delicado hueco de su cuello, que se hacia mas profundo con cada inhalacion. El pecho femenino subia y bajaba despacio, y el se encontro siguiendo el ritmo, esperando que la piel color crema situada encima del cuerpo del vestido se hinchase con la siguiente inspiracion. Demonios, aquella mujer tenia un efecto muy extrano en su propia respiracion.

Alzo los ojos y clavo la mirada en sus labios entreabiertos. El hombre apreto sus propios labios para reprimir la espiral de deseo que serpenteaba en su interior con creciente intensidad. Por desgracia, su esfuerzo fracaso por completo. Sobre todo cuando le asalto el impulso abrumador de seguir el perfil de su provocativa boca con los dedos. Luego con la lengua…

Ella abrio los ojos y lo miro. Una vez mas, el impacto de aquella mirada clara de color chocolate lo golpeo como un punetazo.

– ?Cual es su pregunta, senor?

El fruncio el ceno.

– ?Pregunta?

– ?Ha decidido que desea preguntarme?

?Puedo besarla? ?Tocarla? ?Hacerle el amor…?

Lord Sutton apreto la mandibula. Demonios. Esa clase de pregunta, no. Alguna otra pregunta. Una que no implicase los labios de ella, su propia lengua, cuerpos desnudos y fantasias ridiculas e inapropiadas.

– Pues… deseo saber quien se convertira en mi prometida.

Si. Una pregunta perfecta. Concentrate en otra mujer. Alguna que sea hermosa, joven, de buen ver, de noble cuna, no una ladrona.

Alex asintio. A continuacion, con gesto energico, mezclo las cartas y corto.

– Corte una vez -dijo mientras dejaba la baraja sobre la mesa-, con la mano izquierda.

El hombre decidio preguntarle mas tarde por que tenia que utilizar la mano izquierda. Cuando el termino la tarea, la muchacha cogio la baraja con la mano izquierda y empezo a volver cartas.

Las cartas aparecian viejas y descoloridas, y representaban personas y cosas que a Colin le resultaban desconocidas. Al terminar, la joven contemplo la tirada y se quedo inmovil. Colin levanto los ojos. La muchacha adopto por un momento una expresion extrana y luego fruncio el ceno. El hombre resistio a duras penas el impulso de alzar la vista hacia el techo. Estaba claro que aquella mujer pretendia representar su comedia hasta el final y ofrecerle un espectaculo digno del dinero que habia pagado. Aliviado ante la posibilidad de dedicar su atencion a las cartas, lord Sutton se preparo para divertirse.

– ?Ocurre algo? -pregunto tratando de hablar con seriedad, al ver que ella permanecia en silencio.

– Pues… no -respondio ella, antes de respirar despacio unas cuantas veces-. Estas representan su pasado - explico, senalando un grupo de cartas-. Disfruto de una infancia privilegiada y de una estrecha relacion con alguien mas joven que usted. Un hermano.

De nuevo Colin tuvo que reprimirse para no mirar hacia el cielo. El mismo le habia contado que tenia un hermano…

– Pero pese a esa estrecha relacion -siguio-, usted se sentia… solo. Abrumado por la responsabilidad -anadio, mientras rozaba las cartas con los dedos enguantados-. Responsabilidad primero hacia su familia y su titulo, pero luego hacia otra cosa. Algo que significaba mucho para usted pero que causo un doloroso distanciamiento respecto a alguien a quien queria mucho. Experimento un profundo dolor y un gran sentimiento de culpa debido a ese distanciamiento. Veo traicion y mentiras. Sus acciones le avergonzaron, y aun se siente culpable debido a esas acciones.

Una sensacion incomoda invadio a Colin, como si de pronto el panuelo de cuello le apretase demasiado. Se obligo a permanecer impasible y a mantener los dedos unidos y relajados entre sus rodillas separadas. La atencion de ella seguia centrada en las cartas, y sus manos indicaban el siguiente grupo.

– Estas representan su presente -susurro en tono serio-. Indican una fuerte agitacion interior. Esta muy perturbado… preocupado por su futuro. Estas preocupaciones pesan mucho en su mente. Su espiritu esta en guerra consigo mismo, con su mente diciendole una cosa y su instinto insistiendo en otra. Hay que tomar decisiones importantes, y sin embargo, aunque le preocupa escoger bien, tambien siente la necesidad de hacerlo con urgencia, de tomar estas decisiones con rapidez. Una sensacion de terror le rodea, empujandole a actuar… tal vez de una forma que no desee.

Ignorando el extrano hormigueo que se deslizaba sobre su piel, Colin permanecio inmovil, observandola con atencion mientras la mirada de ella se dirigia hacia el grupo final. La joven fruncio el ceno mas aun y apreto los labios.

– Estas muestran su futuro inmediato -dijo por ultimo.

Se creo un silencio entre ellos, durante el cual la muchacha parecio cada vez mas trastornada. Algo en su actitud le provoco a Colin un escalofrio. Por el amor de Dios, ?que le ocurria?

– Dadas sus altisimas tarifas, espero que me diga cual es antes de que me cobre un cuarto de hora mas, madame -apunto, introduciendo una forzada nota de diversion en su voz.

La joven alzo la mirada, y Colin se quedo en silencio al ver su expresion perturbada.

– Las cosas que indican las cartas… No deseo alarmarle.

El hizo un gesto con la mano.

– No tenga miedo. Soy duro de pelar, se lo aseguro.

– Muy bien -respondio ella, visiblemente incomoda-. Veo peligro.

Colin asintio con gesto alentador.

– La mayoria de los hombres considera el matrimonio una ocupacion peligrosa. ?Que mas?

Ella sacudio la cabeza.

– Este peligro no se relaciona con el matrimonio, al menos no mucho. Es otra cosa. Algo que no esta claro. Hay una mujer…

– Pero sin duda eso es una buena noticia. ?Mi futura esposa? ?Ha adivinado su nombre o al menos su color de pelo? ?Es rubia o morena?

Alex sacudio de nuevo la cabeza, mirandolo a los ojos.

– No. Esta mujer no es lo que parece. Debe tener cuidado, con ella y con su propio entorno. Las cartas indican con claridad traicion, engano, enfermedad. -Su voz se convirtio en un susurro-. Muerte.

El silencio cayo sobre ellos una vez mas. A Colin le invadio un irritante desasosiego que se nego a reconocer. Y su irritacion le devolvio el sentido comun.

– Bien hecho -dijo, asintiendo en senal de aprobacion-. Debo decir que es usted muy buena. Tiene estilo de gitana y sabe crear ambiente. Yo diria que unas predicciones tan siniestras podrian ensombrecer alguna de las fiestas elegantes para las que la contratan, pero supongo que no se puede ignorar el aspecto morboso de la naturaleza humana.

Una colera inconfundible destello en los ojos de Alex antes de que se retirase tras la mascara que tan bien llevaba. Era el primer atisbo de verdadera emocion que mostraba, y Colin se sintio fascinado.

– Se esta burlando de mi, senor -dijo ella con un atisbo en la voz de la misma colera que Colin habia detectado en sus ojos.

– Sencillamente no me tomo demasiado en serio un divertido pasatiempo. No me ha dicho nada que no haya podido averiguar conversando con cualquiera de mis amistades, o incluso directamente conmigo. Sus afirmaciones son vagas y podrian aplicarse a cualquier persona, asi como a muchas situaciones. Ha investigado, lo ha adornado un poco y ha interpretado su papel de forma impecable. La aplaudo.

La joven adopto una expresion glacial y levanto la barbilla.

– No he conversado con nadie sobre usted. No he investigado nada ni he adornado nada. Solo he interpretado lo que las propias cartas me decian.

– No pretendia ofenderla, madame. No discuto su talento para brindar un cuarto de hora de diversion. Solo afirmo que no hacia falta «conectar con las energias sutiles» para adivinar que disfrute de una infancia privilegiada. Mi posicion en la sociedad ya lo indica. Tambien mencione que tenia un hermano.

Colin se apoyo en el respaldo y la observo con mirada firme, reprimiendo el impulso de informarla de que la mujer que «no es lo que parece» y de la que tenia que protegerse estaba sentada justo delante de el.

– En cuanto a sus demas afirmaciones, me costaria mucho nombrar a una persona que llegue a la edad

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