aumento. Se acerco mas a el y se puso en jarras.

– ?Sabe cuanto asusto a ese nino, un nino que vive cada dia con miedo, un nino cuyo unico refugio invadio usted?

Un musculo se movio en la mandibula de Colin.

– No queria asustarlo.

– Pero lo hizo. ?Tiene idea del dano que ha causado?

La rabia de Alex se desbordo, y de pronto no pudo quedarse quieta. Se puso a caminar por delante de el con pasos bruscos.

– Robbie no tiene ningun otro sitio seguro -anadio-. Ninguno de ellos lo tiene. Si tiene miedo de venir a mi apartamento… Su padre lo obliga a robar para ganarse el sustento. Si no lleva suficiente dinero a casa, le pega. Ese nino pasa los dias luchando por sobrevivir y rezando para que por las noches su padre beba lo suficiente para desmayarse. Esas son las noches en que viene a mi casa. Para descansar. Para comer. Para curarse. Para sentirse seguro. Y es el unico momento en que de verdad se siente seguro. Ver a un extrano en mi apartamento, a alguien que segun cree podria hacernos dano a el o a mi… podria hacer que dejase de venir. Si se lo cuenta a los demas, quiza tambien dejen de venir ellos.

– ?A los demas? ?Cuantos hay?

Alex tomo aire.

– Mas de los que puedo ayudar. Yo soy todo lo que tienen, junto con Emma, la amiga que vive conmigo. Depositan en nosotras la poca confianza que poseen. Y ninguno de ellos merece mas miedo en su vida, ni que violen su unico lugar seguro. No tenia derecho…

Colin alargo el brazo y le puso los dedos en los labios, interrumpiendo sus palabras.

– Lo siento. No lo sabia. De haberlo sabido…

– Habria hecho exactamente lo mismo -dijo Alex en tono acusador, apartandose de su mano.

– Si.

– ?Por que?

– Queria saber mas de usted.

– Otra vez tengo que preguntarle por que.

Colin la observo durante varios segundos.

– ?Esta buscando que le regalen los oidos? -pregunto.

A Alex se le escapo un sonido de incredulidad.

– ?Que me regalen los oidos? Es un misterio para mi como ha llegado a semejante conclusion. Pero, para responder a su pregunta, no. Ahora le pido que responda a la mia. ?Por que iba a estar interesado en averiguar mas sobre mi?

– ?Y si le dijera que es porque la encuentro… fascinante?

– Diria que tiene que haber otra razon.

La mirada de Colin recorrio su rostro con una intensidad que la impresiono.

– Me pregunto si es usted asi de modesta o si de verdad carece de vanidad.

– No tengo nada de lo que envanecerme, senor, como puede apreciar cualquiera que tenga ojos en la cara; por lo tanto, le exijo que ponga fin ya a este disparate y me diga la verdad.

– Muy bien. Mas vale que nos sentemos -sugirio Colin, indicando el sofa situado delante de la chimenea.

– Prefiero estar de pie.

– Como guste. -Colin apoyo los hombros contra la pared y cruzo los brazos; su postura despreocupada contrastaba por completo con la tension que le dominaba-. Queria saber mas de usted por varias razones, una de las cuales era la gran curiosidad que me produjo su original metodo para salir de la casa de lord Malloran.

Colin capto el leve parpadeo de Alex, que se le habria escapado de no haber estado observandola con tanta atencion, y muy a su pesar se sintio invadido por la admiracion. No habia duda de que era muy buena. En realidad, habria sido una espia estupenda.

– No se muy bien a que se refiere -dijo.

– Me refiero a su salida por la ventana del estudio de su senoria, algo un tanto insolito, sobre todo teniendo en cuenta la distancia hasta el suelo. Estoy seguro de que podra entender que mi curiosidad no hizo sino aumentar cuando supe que fue en esa habitacion donde encontraron muertos a Malloran y a su lacayo solo unas horas despues de su salida.

Se produjo entre ellos un silencio cargado de tension.

– No ira a creer que tengo algo que ver con su muerte -dijo Alex por fin.

– ?Por que no iba a pensar eso? En el mejor de los casos, sus acciones son muy sospechosas.

– Si me creyese culpable de asesinato, me habria denunciado a las autoridades.

– ?Que le hace pensar que no lo he hecho?

Alli estaba… Un parpadeo inconfundible. Pero no era debido a un sentimiento de culpa. No, parecia miedo… Un miedo comprensible si se pensaba en como pasaba el tiempo en Vauxhall. Las carceles de Londres tenian fama de ser desagradables. La joven levanto un poco la barbilla.

– Nadie me ha interrogado.

– Es evidente que no se ha percatado de que eso es justo lo que yo estoy haciendo.

Alex parecio perpleja y luego emitio un sonido de incredulidad.

– No tiene autoridad para hacerlo.

– No, pero la vi salir por esa ventana. Muy interesante, sobre todo porque a Malloran y a su lacayo los hallaron muertos por envenenamiento poco despues.

La joven abrio los ojos con una sorpresa demasiado autentica para ser fingida.

– Pe… pero creia que los habian matado a golpes. Todos los rumores decian…

– Si, los golpearon, pero despues de envenenarlos. Al parecer, para que los asesinatos pareciesen un robo. Se cree que el veneno utilizado fue el acido prusico, lo cual tambien resulta interesante.

La muchacha fruncio el ceno, sinceramente confusa.

– ?Que es el acido prusico?

– Una pregunta extrana viniendo de la esposa de un cazador de ratas, pues el acido prusico suele ser utilizado por los hombres del gremio de su marido para matar a esos bichos.

Alex se quedo paralizada y luego fue palideciendo poco apoco.

– Una coincidencia bastante condenatoria, sobre todo porque me mintio acerca del lugar en que vivia -dijo el en voz baja-. Pero cuando registre su casa, no solo no encontre ni rastro de veneno. Tampoco encontre ni rastro de un marido.

De pronto Colin se aparto de la pared y se acerco a Alex, quien retrocedio con un grito ahogado. La joven solo pudo dar un paso porque sus caderas toparon contra el escritorio. Los separaba una distancia inferior a la longitud de un brazo. Colin podia ver las motas color canela en sus ojos y las doradas pecas que le cubrian la nariz. Y el parpadeo de aprension en sus ojos.

– Asi pues, ?por que no me dice, madame Larchmont, por que no deberia creer que usted enveneno a lord Malloran y a su lacayo? Deme una razon para no informar inmediatamente de mis sospechas al magistrado.

Alex se humedecio los labios.

– ?Por que no lo ha hecho ya?

Porque pese a lo que vi, pese a lo que se sobre ti, mi instinto me asegura que hay otra explicacion, se dijo Colin.

– Antes queria oir su explicacion. Por desgracia, mi experiencia me ha ensenado que las cosas no siempre son lo que parecen.

La joven bajo la mirada y la fijo en la mano de Colin, quien se percato irritado de que se estaba frotando el muslo dolorido sin darse cuenta. Se detuvo de inmediato, y Alex volvio a alzar la mirada.

– La escucho, madame -dijo el, ignorando las preguntas que se ocultaban en aquellas profundidades de color marron chocolate.

Alex lo miro a los ojos, observo su expresion implacable supo que no tenia sentido no contarle la verdad sobre lo que habia oido, aunque no era necesario decirle que fue su propia presencia inesperada lo que precipito su huida prematura del salon y su busqueda de refugio en el estudio de lord Malloran.

La muchacha respiro hondo y empezo.

– Estaba fatigada despues de tantas tiradas y fui en busca de un refugio tranquilo con la esperanza de hallar

Вы читаете Un Romance Imposible
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×