– Yo lo conozco muy bien y puedo decirle que merece toda mi confianza. Me gustaria que le contase lo que me ha contado a mi.

– Asi podra decirselo al magistrado -dijo Alex, incapaz de borrar la amargura de su voz- y el magistrado podra acusarme de asesinato, de un crimen que usted cree que cometi.

Colin la agarro de los brazos. Incluso a traves de la lana del vestido, el contacto del hombre encendio chispas. La joven intento dar un paso atras, pero con las caderas ya apretadas contra el escritorio estaba atrapada. El clavo los ojos en los suyos en busca de algo, pero Alex le sostuvo la mirada.

– Creo todo lo que me ha contado -dijo Colin por fin-. No pongo en duda su version.

La invadio una sensacion insolita, algo que no podia nombrar, una especie de remolino de alivio, gratitud y sorpresa. Estuvo a punto de preguntarle por que razon la creia, pero se contuvo.

– Pues… me alegro.

– Parece sorprendida.

– Supongo que lo estoy.

Colin volvio a mirarla a los ojos.

– No esta acostumbrada a que sus palabras sean aceptadas como la verdad.

No era una pregunta, y la joven tuvo una extrana sensacion.

– Es normal en mi profesion -dijo, hablando con una despreocupacion que estaba muy lejos de sentir-. Algunas personas creen lo que digo; otras piensan que me limito a inventarme las cosas para entretenerlas.

Colin asintio.

– Comprendo -dijo-, pero hay que decirselo a lord Wexhall. El asesinato se cometera en su casa la semana que viene, y el tiene los recursos necesarios para tomar las precauciones que sirvan para impedirlo. -Colin la sujeto con mas fuerza-. Usted debe darse cuenta de que, al oir ese plan, tambien esta en peligro.

– Por desgracia, he considerado esa posibilidad.

– Yo diria que es mas que una posibilidad. Necesita proteccion.

– Soy muy capaz de cuidar de mi misma.

– En circunstancias normales, estoy seguro de que es asi. Sin embargo, estas no son circunstancias normales. ?Ha observado algo insolito? ?Alguien ha dicho o hecho algo que le haya parecido amenazador?

Los pulgares de Colin rozaron sus mangas, produciendole un escalofrio en los brazos. Un escalofrio que la distraia mucho. Ademas, estaba tan cerca… lo bastante cerca para percibir la tersura de su piel bien afeitada. Alex se humedecio los labios, de pronto resecos.

– Me parecio que alguien me vigilaba y me seguia, tanto despues de la fiesta de los Malloran como de la fiesta de los Newtrebble, pero resulta que era usted. Ayer experimente la misma sensacion mientras venia aqui, y tambien hoy. Aparte de eso, no ha ocurrido nada insolito.

Colin fruncio el ceno.

– ?Mientras venia aqui? ?Desde su apartamento, o desde El Barril Roto?

Alex reflexiono durante varios segundos.

– Desde mi apartamento los dos dias. Desde la taberna, solo hoy.

El fruncio el ceno mas aun.

– ?Esta segura?

– Si. He tenido la intensa sensacion de que me vigilaban.

Alex se estremecio al recordar esa sensacion de tener los ojos de alguien encima e intento disimular su incomodidad con una leve sonrisa.

– De haber mirado con atencion, deduzco que le habria visto a usted merodeando detras de un arbol cercano.

– No, hoy no la he seguido hasta aqui, lo que significa que, si esta en lo cierto, lo ha hecho otra persona.

Capitulo 10

Colin la miro a los ojos de color marron chocolate y se sintio conmovido. Habia querido saber si seguia siendo una ladrona, y una parte de el deseaba en secreto que lo fuese, pues en tal caso podria quitarsela de la cabeza con facilidad y convencerse de que lo que sentia por ella era una atraccion irracional.

Pero aquella faceta de si misma que habia revelado, aquella persona que consagraba su tiempo, sus ingresos y su corazon a ayudar a los ninos… aquella persona tenia honor e integridad. Era leal y valiente. Eran rasgos que Colin admiraba mucho y que lo atraian. De un mero interes fisico podia alejarse. Pero una atraccion que implicaba a algo mas que su cuerpo, que le tocaba el corazon y la mente… No sabia muy bien como quitarsela de la cabeza o convencerse de que no le convenia.

Solo se le ocurria ceder a su deseo de saber mas.

Saberlo todo. Destapar cada capa fascinante de su personalidad y descubrir con exactitud quien era y como habia llegado a ser esa mujer que tanto lo cautivaba. Su elocuencia, los modales educados con que se comportaba… ?Como y donde habia aprendido tales cosas?

?Seguia siendo una ladrona? Ahora su instinto le decia que no. Sus sospechas de que su actividad de echadora de cartas fuese solo una tapadera para robar a la gente adinerada en cuyos hogares llevaba a cabo sus tiradas resultaban infundadas, sobre todo porque no habia oido que hubiesen robado nada.

Estaba muy dispuesto a poner en duda todo lo que ella dijese, pero no podia.

– Necesita proteccion -dijo, obligandose a concentrarse en sus ojos y a no mirarle la boca, que deseaba saborear y explorar-. Tenemos que pensar en la mejor forma de ofrecersela.

– No soy una dama protegida de la sociedad, senor. Llevo mucho tiempo cuidando de mi misma.

En la mente de Colin surgio la imagen de ella aquella noche en Vauxhall, su rostro sucio, el olor de angustia y desesperacion que emanaba mientras cogia su reloj de bolsillo, y se sintio muy apenado.

– Y es evidente que lo ha hecho muy bien -dijo, con voz aspera por una emocion que era una mezcla de compasion y de otra cosa que temio examinar con demasiada atencion-. Sin embargo, ahora nos enfrentamos a alguien que probablemente ha matado ya a dos personas, de una forma muy audaz, y planea matar a alguien en la fiesta de lord Wexhall. No deberiamos ignorar su sensacion de que la seguian. Y debe tener en cuenta que cualquier peligro dirigido contra usted podria afectar a su hogar y a las personas a quienes trata de proteger.

Alex abrio mucho los ojos al oir sus palabras y luego los entorno decidida.

– No permitire que nada perjudique a esos ninos ni a Emma.

– Entonces creo que lo mejor es que los avise y se mantenga alejada de ellos hasta que pase la fiesta de Wexhall y se resuelva esto.

La joven movio las manos en un gesto de impotencia.

– Es un buen plan, pero no tengo adonde ir. Yo no puedo permitirme…

– Puede quedarse aqui, conmigo.

Sus palabras quedaron flotando en el aire, y Alex se quedo inmovil bajo sus manos, que seguian agarrandola de los brazos. La voz interior de Colin le advirtio que la soltase, pero el ignoro el aviso y en lugar de eso escucho a su apremiante necesidad de tocarla.

Demonios, Colin deseo que ella no tuviese tanta habilidad para ocultar sus sentimientos. La expresion de la joven no revelaba nada.

– Aunque aprecio su oferta -dijo por fin-, presentaria problemas para ambos. Si me instalase en su casa, todo el mundo daria por supuesto que soy su amante. Sin duda, los miembros de la alta sociedad que ahora recurren a mis servicios se escandalizarian y ya no querrian contratarme. Me temo que su oferta, aunque tal vez me asegure la seguridad fisica, signifique para mi la muerte economica y social. Y luego esta el asunto de su prometida.

– ?Mi… prometida? -repitio el, desconcertado. Habia perdido todo el hilo de sus pensamientos al oir la palabra «amante».

– Si, su prometida. La mujer que ha venido a buscar a Londres. La mujer con la que va a casarse y regresar a Cornualles -aclaro.

– Ah, si. ?Que tiene que ver?

Вы читаете Un Romance Imposible
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×