Alex suspiro exasperada.

– Aunque una solucion como la que me propone no resultase desastrosa para mi, que la gente crea que usted vive abiertamente con su amante no va a ayudarle en su busqueda de esposa.

Buscar esposa… Eso hacia. Pero solo pudo pensar en que Alex habia vuelto a pronunciar aquella palabra que destruia sus pensamientos. «Amante.» Colin recordo el sueno en que ella se le acercaba vestida con un atrevido camison, con ojos brillantes y llenos de intenciones sensuales. Como lo haria una amante. En su mente surgio la imagen de ella desnuda, excitada, esperandolo en su cama. Deseandolo.

De pronto tomo conciencia de lo cerca que estaban, del calor de los brazos de ella, del sutil y dulce aroma de naranjas que provocaba a sus sentidos. Colin sacudio la cabeza y fruncio el ceno, espantado ante la facilidad que tenia aquella mujer para hacerle perder la concentracion.

Tras decidir que era mejor poner cierta distancia entre ellos, al menos hasta que concluyese su conversacion, la solto y se acerco a la ventana. Las cintas doradas del sol de la tarde se colaban a traves de los cristales, incitandolo a salir al exterior.

Alli debia estar. Cruzando Hyde Park a caballo, charlando con senoritas de impecable cuna que, a aquellas horas, visitarian el parque con sus padres o una senora de compania, aprovechando el buen tiempo para conocer gente. Por desgracia, el no albergaba deseo alguno de charlar con ninguna de aquellas senoritas. La unica mujer con la que sentia deseos de hablar estaba a sus espaldas, a tres metros de distancia.

Pero al menos ahora que no la miraba, que no la tocaba, que no absorbia su aroma, sus pensamientos volvian a su cauce. Tras un momento de reflexion, se volvio hacia ella. Y, como siempre le ocurria cuando la mirada, se quedo sin respiracion, como si hubiese atravesado la habitacion corriendo.

– He llegado a una solucion -dijo, reprimiendose para no acercarse a ella-. Se alojara en la casa de lord Wexhall, que esta muy cerca. Asi estara segura y, como mi hermano y su esposa tambien se alojan alli en este momento, no habra problemas de decoro.

El rostro de Alex reflejo una gran confusion.

– ?Por que iba a acceder lord Wexhall?

– Porque somos muy amigos.

– Pero, si estoy en peligro, podria poner en una situacion dificil a todas las personas que viven en su casa.

– Si esta en peligro, no hay en Inglaterra una casa mas segura que la de Wexhall. El y su personal estan bien entrenados en esos asuntos. Como mi hermano y yo mismo.

Alex enarco las cejas.

– ?Entrenados en esos asuntos? ?Tres caballeros? Suena como si todos ustedes fuesen espias o algun disparate semejante.

– Es que hemos sido espias, y el que tuvo retuvo. Creame, esta en buenas manos.

La mascara inescrutable de la joven desaparecio, y ella le miro incredula.

– Bromea.

– No bromeo. Se preguntaba como iba a saber un caballero algo sobre forzar cerraduras, y esa es la respuesta. En realidad, lord Wexhall fue mi primer profesor en ese arte. Mientras se aloje en su casa, tal vez quiera pedirle una o dos indicaciones.

La muchacha cruzo los brazos y lo miro con recelo.

– ?Lord Wexhall? ?Ese hombre amable y despistado? Ahora estoy segura de que bromea.

– No. Hasta que se retiro hace varios anos, estaba al servicio de la Corona. Tanto mi hermano como yo le rendiamos cuentas a el.

– Su hermano el medico.

– Que tambien es un experto descodificador y esta retirado. Es el unico hermano que tengo.

– Me esta diciendo que es usted espia.

– Que era espia. Yo tambien me retire del servicio activo hace cuatro anos.

– ?Por que?

– ?Por que era espia, o por que me retire?

– Las dos cosas.

– Wexhall me propuso apostar a uno de sus espias en la propiedad que mi familia posee en Cornualles, debido a su situacion estrategica respecto a Francia. Yo accedi a su plan, a condicion de que yo fuese el espia. Conociendo el gusto de mi hermano por los acertijos, codigos y demas, tambien le recomende a el.

Alex parecia confusa.

– Pero ?por que iba a implicarse un hombre como usted en una actividad tan peligrosa?

– Esta es la segunda vez que dice «un hombre como usted». ?A que se refiere exactamente?

Colin apreto la mandibula, irritado consigo mismo por dejar que la pregunta atravesase sus labios, sobre todo cuando sabia muy bien a que se referia. Se referia a…

– Un caballero con titulo, por supuesto -dijo.

Un caballero con titulo, por supuesto, repitio Colin para sus adentros, reprimiendo el sonido de disgusto que surgio en su garganta. Bien, desde luego no podia negar la precision de sus palabras: eso era el. Por desgracia, para la mayoria de las personas no era nada mas. Solo un titulo. Hacia mucho tiempo que se creia inmune al dolor que habia experimentado cuando de joven se percato de ese hecho, pero, dada la innegable quemazon que sintio al oir aquellas palabras, debia reconocer que se equivocaba al respecto. Ella lo veia como los demas.

Apartando su ridicula desilusion, inspiro hondo y regreso con la mente al joven insatisfecho que era ocho anos atras.

– Mientras crecia, toda mi existencia giraba en torno a mis deberes para con mi titulo y mis propiedades. Cuando cumpli veintiun anos, mi padre ya me habia ensenado todo lo que tenia que saber. Disfrutaba mucho trabajando, pero a mi padre le gustaba, o mejor dicho, necesitaba, llenar sus dias solitarios administrando las propiedades el mismo. Yo no tenia valor para pedirle que hiciese menos para permitirme hacer mas y negarle asi lo que necesitaba. Asi que no hacia nada que no pudiese hacer un administrador. Me sentia… inquieto. Innecesario. Vacio. Y sobre todo inutil. Nathan tenia su profesion de medico, pero yo no tenia nada al margen de las habituales ocupaciones de un caballero de campo, que, aunque resultaban agradables, no tenian demasiado uso ni valor.

Colin hizo una pausa, recordando su creciente descontento.

– Nunca olvidare el dia en que por fin me harte de no ser nada mas que un caballero con titulo, como usted me ha descrito con tanto acierto. Nathan nos conto a mi padre y a mi que habia salvado la vida de un hombre aquella manana. Escuche sus palabras, oi el orgullo en su voz y me di cuenta de que nunca habia hecho nada de lo que pudiese estar tan orgulloso. Desde luego, nada tan importante como salvar la vida de alguien.

El recuerdo lo invadio; aquellos sentimientos de insatisfaccion resultaban tan nitidos como si los hubiese albergado el dia anterior.

– Entonces supe que queria o, mejor dicho, necesitaba demostrarme a mi mismo que era mas que un titulo, pero no estaba seguro de que hacer. Considere la posibilidad de comprar un cargo en el ejercito, pero entonces aparecio Wexhall, quien queria utilizar la propiedad para el espionaje, y vi una oportunidad. Al principio dudaba de mi capacidad como espia, pero lo convenci de que me diese la oportunidad de demostrar que me hallaba a la altura de la tarea. Resulto que si, y que ademas poseo un talento especial para forzar cerraduras y colarme en lugares en los que no deberia estar. Todo eso es muy practico para un espia.

– Si, imagino que debe serlo. ?Le gustaba espiar?

Colin reflexiono.

– Si -dijo-. Me gustaba servir a mi pais, hacer algo importante, ser util. Me encantaba el reto.

No anadio que hubo varias misiones, una en particular, que no le gustaron en absoluto, que habian dejado en el profundas marcas fisicas y mentales.

– Al mirar hacia atras -anadio-, tengo que decir que fue la epoca mas feliz de mi vida.

– ?Por que se retiro?

Se apreto el muslo con la palma de la mano y decidio contarle la version sencilla.

– Me hirieron.

– ?Como?

– De un disparo.

La mirada de Alex se poso un instante en el muslo de Colin.

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