– No. No hace falta. Usted me embriaga.

Le tomo el rostro con una mano y le rozo la mejilla con el pulgar, mientras con el otro brazo le rodeaba la cintura para acercarla aun mas hacia si.

Su contacto y la intensidad de su mirada la hicieron temblar. Alex se fundia de dentro hacia fuera. Sus senos rozaban el pecho de el y, pese a las capas de ropa que separaban la piel de los dos, la joven contuvo el aliento ante el intenso contacto. Los ojos de Colin parecieron oscurecerse y, aunque su vida hubiese dependido de ello, Alex no habria podido apartar la mirada. Besame. Por favor, besame…, penso.

Las palabras resonaron en su mente, exigiendo ser pronunciadas. Su expectacion era tan intensa que se asemejaba al dolor. Justo cuando no creyo poder aguantarlo un instante mas, Colin inclino la cabeza y apreto sus labios contra la piel sensible situada detras de la oreja.

Los ojos de Alex se cerraron ante la sensacion excitante y deliciosa del cuerpo de el tocando el suyo del pecho a una rodilla. Mientras su voz interior le advertia que se detuviese, que se alejase, sus manos ascendieron poco a poco y agarraron sus anchos hombros.

– No tiene idea de cuanto me alegre al descubrir que no estaba casada -susurro Colin contra su cuello, con voz aterciopelada y seductora, mientras su calido aliento le producia escalofrios de pasion.

– Estuvo muy mal por su parte entrar en mi casa. Yo… estoy… muy enfadada con usted.

Por desgracia, el suspiro de placer que se le escapo no correspondia en absoluto a sus palabras.

– Entonces tendre que procurar congraciarme de nuevo con usted.

Desde luego, era todo un maestro. La sensacion de sus labios explorando con gesto pausado la zona en que se unian el cuello y el hombro de Alex hacia que le temblasen las rodillas. Sin embargo, aunque no hubiese visto la falta de pruebas de la presencia de un marido en su casa -continuo-, habria sabido de todos modos que no estaba casada.

– ?Como? -pregunto Alex en un suspiro jadeante, mientras Colin le besaba la garganta.

El se enderezo, y la joven echo de menos sus labios contra su propia piel. Alex abrio los ojos, y el corazon le dio un vuelco cuando vio el fuego que ardia en su mirada.

– Anoche, en el carruaje -dijo Colin, pasandole la punta de un dedo por los labios-. Su beso. Era demasiado inexperta para haber estado casada.

Toda la pasion que sentia se apago con tanta eficacia como si el le hubiese echado encima un jarro de agua fria. Alex no podia recordar la ultima vez que se ruborizo, pero las hogueras de mortificacion que quemaban sus mejillas eran inconfundibles. La joven trato de escabullirse, pero el la abrazo con mas fuerza, sujetandola con una facilidad que solo sirvio para aumentar su humillacion.

– No se averguence -dijo Colin, tocando su mejilla en llamas-. Lo he dicho como un elogio.

– ?Elogio? -repitio ella con un bufido-. ?Primero preciosa, luego exquisita y ahora esto? ?Cuantas mentiras mas me dira esta tarde?

– No he mentido. Puede que usted no piense que es exquisita, pero yo si. Desde la primera vez que la vi no he podido olvidar su rostro. En cuanto a su forma de besarme… me parecio fascinante, tentadora y muy excitante. Estoy seguro de que se dio cuenta. ?O no fue asi?

Alex compensaba de sobras su falta de experiencia personal con lo que habia presenciado y oido en los callejones de Londres.

– Puede que sea inexperta, pero no ignoro el funcionamiento del cuerpo humano -dijo, alzando un poco la barbilla-. Me di cuenta.

Y eso la habia entusiasmado de una forma que nunca espero.

– Ademas, aprende rapido. He pensado mucho en usted. ?Ha pensado en mi? -pregunto Colin, mirandola a los ojos.

?Donde estaba la fria mirada desdenosa que siempre utilizaba para quitarse de encima a cualquier hombre que la mirase? ?Donde estaba su ira y su decision de evitar aquella tentacion capaz de debilitar sus rodillas? No tenian ninguna opcion bajo su hechizo. Se evaporaban bajo el fuego de sus bellos ojos verdes, ojos que ella habia jurado poner morados si el intentaba besarla de nuevo. En cambio, ardia en deseos de volver a vivir la magia de un beso suyo.

?Que si habia pensado en el? Solo habia llenado cada grieta de su mente. Una mentira flotaba en sus labios pero, en vista de la sinceridad de Colin, se nego a ser pronunciada.

– Si.

– De la misma forma en que yo he pensado en usted, espero.

Con un esfuerzo, Alex se sobrepuso y enarco una ceja.

– No estoy segura. ?Habia pensado en golpearme con una sarten de hierro?

Colin esbozo una sonrisa y sacudio la cabeza, mientras sus manos le acariciaban la espalda estrechandola contra si.

– No. Pensaba en tocarla -respondio, antes de inclinarse hacia ella y rozar los labios de Alex con los suyos-. En besarla -susurro contra su boca-. Pensaba en lo calida, dulce y deliciosa que sabe. En lo mucho que quiero volver a saborearla.

El corazon de Alex latio con fuerza al oir sus palabras, pronunciadas en aquel aspero susurro. Colin le paso la lengua por el labio inferior, y los labios de la muchacha se abrieron con un suspiro. Pero en lugar de besarla, levanto la cabeza. Cogiendo su rostro entre las manos, la miro a los ojos, estudiandola como si fuese un enigma por resolver.

– ?Fueron sus pensamientos parecidos a los mios? -pregunto Colin en voz baja.

Desde el momento en que encendiste mi imaginacion y mis fantasias hace cuatro anos en Vauxhall, penso Alex. No habria podido negarle la verdad de haberlo intentado.

– Si.

– Gracias a Dios.

Sus palabras resonaron en los labios de la joven. A continuacion, Colin inclino la boca sobre la de ella y la beso con la misma magica perfeccion que la noche anterior.

Pero este beso era… mas beso. Mas profundo. Mas abrasador. Mas intenso y exigente. Mas apasionado y urgente. Mas exquisito. Su lengua penetro en la boca de ella, y la joven imito todos sus gestos, empleo todos los matices que el le ensenara la noche anterior, ansiosa de aprender mas y no dejar que su ignorancia la avergonzase.

Rodeandole el cuello con los brazos, Alex exploro con la lengua el sedoso calor de su boca. Un gemido surgio de la garganta de Colin y, sin interrumpir el beso, se movio para quedar apoyado contra el escritorio. Separo las piernas y la atrajo entre sus muslos, presionando su ereccion contra ella. La joven se sintio invadida por el calor, y un latido palpito entre sus piernas.

Rodeada por sus fuertes brazos, se sintio completamente rodeada por el. Segura. Caliente. Protegida. Una intensa sensacion, distinta de todo lo que habia experimentado en su vida. Una sensacion de la que ansiaba mas. El cuerpo de Colin emanaba calor, y la joven aspiro su aroma limpio y masculino. Anhelante, Alex se apreto contra el, sintiendo sacudidas de placer.

Con un gemido, el separo aun mas las piernas y le apoyo una mano abierta en la parte inferior de la espalda, estrechandola mas contra si mientras adelantaba la otra mano para pasarla sobre su pecho. La joven jadeo contra su boca y Colin interrumpio el beso para recorrerle el cuello con los labios. Alex echo la cabeza hacia atras, rendida, se aferro a sus hombros, tratando de absorber la lluvia de sensaciones placenteras, pero la bombardeaban demasiado deprisa. Sus pezones se tensaron y la joven arqueo la espalda, apretando su pecho anhelante contra la palma de la mano de Colin.

– Naranjas -susurro el contra la base de su garganta-. Deliciosas.

Y luego, mientras le acariciaba los pechos, volvio a besarla con un beso largo, lento y profundo que la dejo sin aliento. La muchacha notaba pesado, humedo y anhelante el lugar secreto entre sus muslos, que latia al compas del movimiento de la lengua de el en su boca. Una deliciosa languidez la invadio, y la joven se fundio contra el. Las manos de Alex se hicieron ?mas audaces, recorriendo el amplio pecho de el, acariciando sus fuertes hombros y enredandose en su denso y sedoso pelo.

La muchacha perdio toda nocion del tiempo y del espacio, y por primera vez en su vida dejo que se impusieran sus sentidos. Todo se desvanecio salvo la necesidad cada vez mas desesperada de experimentar mas su fuerza. Saborear mas su delicioso sabor. Tocar mas su piel calida y firme. Alex se apreto contra Colin mientras su cuerpo tembloroso ansiaba y necesitaba mas, sabiendo que solo el podia apagar aquel infierno que habia

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