– ?Por que me has puesto solo una galleta? -pregunto Nathan, observando los platos de Colin y de Alexandra, cada uno de ellos con cuatro galletas.

– Porque has tenido la osadia de comerte todos mis mazapanes. Hay paises que se han declarado la guerra por menos de eso.

Nathan le lanzo una mirada furiosa.

– Solo por esto, tengo ganas de no darte el regalo que te he traido.

– Vale. Porque conociendote a ti y tu aficion por aceptar todo tipo de animales en tu casa, seguramente tu regalo tiene que ver con ladridos, maullidos, graznidos o mugidos de algun tipo.

La expresion de Nathan se volvio inocente, demasiado inocente, levantando inmediatamente las sospechas de Colin. Pero antes de que pudiera seguir preguntandole a su hermano, Nathan volvio su atencion a Alexandra.

– Digame, madame, ?tiene hermanos?

– Lamento decirle que no.

– Considerese afortunada. ?Hermanas?

– No, pero vivo con mi mejor amiga, Emma, que para mi es como una hermana.

– ?Y es Emma tambien una adivina?

– No, es vendedora de naranjas -contesto Alexandra, levantando la barbilla un poco a la espera de un desaire ante la modesta ocupacion de su amiga, pero en lo que respectaba a ese tema, Colin no temia por la reaccion de Nathan.

Tal como esperaba, Nathan asintio con un gesto de aprobacion y dijo:

– A mi mujer le gustan mucho las naranjas. ?Podria conseguir que su amiga viniese a la mansion Wexhall para que pudiese comprarle algunas?

Alexandra vacilo y aunque intento ocultarla, Colin percibio su sorpresa.

– Sera un placer.

– Estupendo. Y ahora, decidme, ?que hay que hacer para poder tener una sesion de cartas? Estoy fascinado.

– Primero debes pagar la tarifa por adelantado -dijo Colin, disfrutando enormemente y dandole de manera ostentosa un gran mordisco a la galleta. Despues de tragar, prosiguio-: Acto seguido le haces una pregunta a madame Larchmont. Ella echara las cartas y te dira un monton de cosas interesantes sobre ti. Esta temporada es lo que causa furor.

– Estoy listo para empezar -dijo Nathan, mirando su plato vacio con el ceno fruncido-. Puesto que solo he tenido una galleta…

Cuando Alexandra y Colin acabaron el chocolate y las galletas, este llamo a Ellis para que retirase la bandeja de plata. Alexandra saco del bolsillo un envoltorio de seda.

– Dada su amabilidad al ocuparse de mi seguridad, doctor Oliver, no puedo cobrarle su sesion.

– Por supuesto que puede -insistio Colin.

Doblo la cantidad que ella le habia cobrado, anadio un poco mas y le lanzo la cifra a Nathan.

– A pagar por adelantado -le recordo.

Nathan abrio los ojos de par en par ante una suma tan exagerada, pero obedientemente se saco el dinero del bolsillo del chaleco sin decir palabra y se lo dio a Alexandra, quien, algo avergonzada, se lo guardo.

Colin se apoltrono en su silla, feliz y satisfecho por que alguien hubiese pagado mas que el y espero.

En lugar de barajar las cartas, Alexandra lo miro, enarco las cejas y le dijo:

– El doctor Oliver ha pagado por una sesion privada, milord.

Nathan hizo una senal con la mano.

– No tengo ningun inconveniente en que se quede. -Y sonriendo abiertamente anadio-: Sobre todo porque tengo toda la intencion de quedarme en la suya.

Alexandra inclino la cabeza.

– Muy bien. -Tras barajar las cartas, dijo-: Le dire algo de su pasado, presente y futuro. ?Que desea saber?

Nathan medito unos segundos.

– ?Cuantos hijos tendremos mi mujer y yo? -pregunto.

Ella asintio y despues de hacer un corte en la baraja y repartir las cartas, las estudio durante un largo minuto con expresion seria.

– Las cartas que representan su pasado muestran que siguio el camino que habia escogido durante mucho tiempo, pero hace unos anos tuvo lugar un acontecimiento que cambio su vida. Algo que hirio a aquellos que amaba y que hizo que… usted perdiese el norte. Lo obligo a volver a empezar. Veo distanciamiento de aquellos a los que queria. Fue una epoca muy solitaria para usted. Pero finalmente encontro el camino de vuelta a casa.

Colin noto un nudo en el estomago ante tan acertadas palabras, y Nathan le lanzo una rapida mirada. Estaba claro en aquella mirada que su hermano, erroneamente, creia que el le habia hablado a Alexandra de su pasado.

– Continue -dijo Nathan.

– En su pasado reciente, veo una enorme felicidad y un enorme dolor al mismo tiempo. Esta claro que la felicidad obedece al amor; ama y es correspondido. El dolor obedece a la perdida, la perdida de un hijo. - Alexandra levanto la vista y miro a Nathan-. Su hijo.

La tension que atenazaba a Colin desaparecio y apenas pudo ahogar un resoplido ante afirmacion tan ridicula. Nathan no tenia hijos y sintio que todo el suspiraba aliviado. Por un momento, casi habia creido en aquellas tonterias y, ademas, se habia empezado a enojar por el tono sombrio que estaba adquiriendo la sesion. Maldita sea, se suponia que era un entretenimiento. ?No podia inventarse cosas que fueran menos… morbidas?

Pero al mirar a Nathan, se quedo petrificado. El rostro de su hermano habia palidecido visiblemente y estaba mirando intensamente a Alexandra, apretandose las manos con tanta fuerza que podian adivinarse los blancos huesos de los nudillos bajo la piel.

– Siga -dijo Nathan, con la voz aspera, casi desgarrada.

– Su presente esta ocupado por su matrimonio y esta lleno de amor. Felicidad. Y la perspectiva de la paternidad. Esta enormemente preocupado por la delicada condicion de su esposa -dijo, y senalo el ultimo monton de cartas-, pero su futuro indica que todo ira bien. No tiene nada que temer. -Le sonrio-. ?Quiere oir mi prediccion sobre si el bebe sera nino o nina?

Nathan trago y luego asintio.

– Una nina. A la que seguiran tres hijos mas. De modo que, para contestar a su pregunta, las cartas dicen que tendra cuatro hijos.

Cogio las cartas de la mesa, se volvio hacia Colin y le pregunto:

– ?Esta usted listo, senor?

Pero la mirada de Colin estaba centrada en su hermano, quien, al otro lado de la mesa, se mesaba el cabello con los dedos y se pasaba las manos por la cara que habia perdido todo su color. Los ojos de Nathan se encontraron con los de Colin y la mirada que vio en ellos lo dejo helado. Antes de que Colin pudiera preguntarle, Nathan asintio despacio.

– Es cierto -dijo con voz suave y grave-. Victoria tuvo un aborto hace cuatro meses. La semana pasada pudimos confirmar que esta embarazada de nuevo.

– No… no tenia ni idea -dijo Colin mirandolo fijamente-. Siento mucho la perdida que ambos habeis sufrido.

– Gracias. Como no le habiamos dicho todavia a nadie que estabamos esperando un bebe, pensamos que no tenia ningun sentido informar sobre el aborto. Habiamos planeado deciros a todos lo del nuevo embarazo cuando estuviese mas avanzada. -Luego se dirigio a Alexandra-: Sus habilidades son… formidables, madame -dijo con una mirada muy seria.

– Gracias, pero yo simplemente interpreto lo que las cartas indican.

– Habilidosa y modesta, una combinacion formidable -dijo Nathan sonriendo.

A Colin le asalto un inquietante descubrimiento. Si habia acertado con tanta precision en la lectura de las cartas de Nathan, entonces las graves predicciones que habia hecho sobre el podian ser tambien acertadas. Desde luego, eran un reflejo de los oscuros presentimientos que lo habian estado consumiendo en las ultimas semanas.

Se obligo a centrar sus pensamientos de nuevo en la conversacion y dirigiendose a Nathan, le tendio la

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