– No, Colin. Esta claro que no me he expresado con claridad. No hay mas «nosotros». Nuestro tiempo juntos se ha terminado. No he venido a esta habitacion para organizar nuestra proxima cita. Estoy aqui para despedirme.

Sintio como si se le detuviese el corazon. Ni hablar de darle espacio. Salvo la distancia que los separaba en dos zancadas y la tomo en sus brazos.

– No.

Y la palabra le salio mas dura de lo que habia pretendido, pero aquella voz fria, aquella indiferencia en sus ojos lo enfurecian, y, maldita sea, le hacian dano.

– Si. Acordamos que nuestra historia terminaria despues de la fiesta de lord Wexhall -dijo Alex.

– De hecho, acordamos que no terminaria hasta que escogiese una esposa, y todavia no lo he hecho.

– Solo porque has estado ocupado en evitar que el asesino de lord Malloran volviese a actuar. Ahora que la fiesta de lord Wexhall ya ha llegado y ha pasado, es hora de que te dediques a ello. -Miro por un momento el suelo y luego lo miro a los ojos-. Nuestra historia tambien te ha impedido escoger una esposa. Colin, yo entiendo que tienes que cumplir con tu deber. Los dos sabiamos que nuestro acuerdo era temporal.

Colin deslizo sus manos por los brazos de Alexandra y entrelazo sus dedos con los suyos.

– Pero no tiene que terminar esta noche.

– Si, tiene que ser asi. -Aparto sus manos-. Deseo y necesito que asi sea.

La expresion de Alexandra era neutra, pero Colin noto la debilidad de su tono.

– ?Por que?

– Me estoy volviendo muy comoda -dijo Alexandra tras una breve vacilacion-. Me estoy acostumbrando demasiado a lujos que nunca tendre. Estoy empezando a depender demasiado de alguien cuya presencia en mi vida es solo temporal. Me temo que si continuo con nuestra relacion mas tiempo, me arriesgo a quedarme sin una parte de mi misma que no deseo perder. Terminar ahora es lo mejor para los dos.

Colin apreto la mandibula para evitar decir algo estupido, como suplicarle que se quedase. En su cabeza sabia que ella tenia razon. Pero en su corazon… maldita sea, cuanto dolor.

Alexandra busco su mirada.

– ?Lo entiendes? -le pregunto dulcemente.

– Has dejado muy poco margen para que pueda malinterpretarte.

Al ver el evidente alivio de Alexandra, su dolor aumento un poco mas.

– Bien -continuo ella-. Quiero que sepas… -Hizo una pausa y por primera vez desde que habian entrado en la habitacion, Colin pudo ver algo de ternura en sus ojos-. Has de saber que no me arrepiento de ninguno de los momentos que hemos pasado juntos, que espero que tu vida sea una maravillosa y feliz aventura, y que te echare de menos… -Su voz se convirtio en un susurro-… cada dia de mi vida.

Antes de que Colin pudiera pensar, moverse, reaccionar, ella le dio un ligero beso en el menton y atraveso la habitacion. Mudo, vio como se marchaba y cerraba cuidadosamente la puerta detras de ella sin volver la vista.

Miro la puerta, petrificado, absolutamente destrozado. Se llevo las manos al pecho, al lugar donde latia su corazon, un corazon donde noto una profunda y sangrante herida.

Si hubiese sido capaz de moverse, habria corrido detras de ella, asi que quiza era mejor quedarse petrificado. Porque sabia que si iba detras de ella era para suplicarle que reconsiderase su decision y, dada su obvia determinacion, el gesto solo conseguiria incomodarlos a los dos.

Tan rapido como Alexandra habia entrado, habia salido de su vida y el era libre para reanudarla.

Pero antes de hacerlo, tenia que averiguar en que consistia eso.

Capitulo 20

Una hora despues de dejar a Colin en el estudio, Alex paseaba arriba y abajo por su habitacion con la firme determinacion de no llorar. Se sentia exhausta tanto fisica como mentalmente, pero era simplemente incapaz de tumbarse a solas en la cama que habia compartido con el.

Colin. Solo pensar en su nombre le hacia dano. ?Le doleria siempre tanto? ?Se borraria alguna vez ese penetrante anhelo, esa profunda anoranza, ese terrible dolor? Dios mio, esperaba que si. Porque era inimaginable tener que vivir con ese tremendo sufrimiento durante el resto de su vida.

Le saco de sus descorazonadores pensamientos un ruido cerca de los ventanales que daban a la terraza y se dio la vuelta rapidamente. Unos segundos mas tarde volvio a oirlo. Era como si estuviesen arrojando guijarros contra los cristales. El corazon le dio un vuelco. ?Colin?

Corrio hacia los ventanales y miro afuera con cautela. Los cristales estaban banados por una suave llovizna y la luna iluminaba las fantasmales columnas de niebla que ondulaban sobre el suelo plateado. No vio a nadie. Quiza habia oido mal…

Algo golpeo el cristal justo frente a su nariz y Alexandra ahogo un respingo. Se aseguro de que su pequena y afilada navaja estaba escondida en su botin y abrio la puerta para investigar desde el balcon. Echo un rapido vistazo por encima de la cornisa de piedra y se quedo helada al ver emerger una figura familiar de entre las sombras.

– Senorita Alex -siseo Robbie viniendo hacia ella-. Necesito hablar con usted, ahora mismo.

– ?Que estas haciendo aqui? -susurro Alex.

– Se lo dire cuando baje hasta aqui. ?Deprisa!

Afortunadamente, Alex no se habia desvestido despues de la fiesta, y se apresuro a salir de su habitacion. En cuanto piso las baldosas de la terraza, Robbie se materializo surgido de la oscuridad, y la cogio de la mano.

– Por aqui -susurro tirando de ella-. Deprisa, senorita Alex, esta herido.

Dio un traspies y el corazon le dio un vuelco.

– ?Herido? ?Quien?

– El tipo. ?Venga!

Robbie apreto a correr y Alexandra se levanto las faldas y lo siguio atemorizada y con el corazon encogido. En su mente aparecio la imagen de Colin herido, y corrio mas aprisa. Cuando llegaron al rincon mas alejado del jardin, Robbie le senalo la caseta del jardinero.

– Esta ahi detras. No se si respira o no.

Puso a Robbie detras de ella y se saco la navaja de la bota. Dio la vuelta a la caseta y se quedo helada. A pesar de la oscuridad no habia duda de quien era el hombre tumbado sobre la hierba y el corazon le atenazo la garganta.

Se arrodillo junto a el y apreto los dedos contra su cuello. A traves de las yemas, noto el debil pulso y respiro aliviada. Estaba vivo. Pero ?por cuanto tiempo? ?Cual era la gravedad de sus heridas?

– Lord Wexhall -musito dandole golpecitos en el rostro-. ?Puede oirme?

Lord Wexhall no se movio y Alexandra paso sus manos delicadamente por el cuerpo del hombre en busca de heridas.

– ?Que ha pasado? -pregunto a Robbie bruscamente en un susurro.

– Yo me habia escondido en el jardin, como he hecho varias veces estos dias, vigilandola aunque me dijo que no lo hiciera, y he oido un ruido. Con mucho cuidado he ido a ver que era, y he visto una sombra con una capa huir de aqui. Cuando he mirado, he visto a este tipo. No sabia que hacer asi que he ido a buscarla. ?Esta muerto?

– No.

– ?Es un amigo o es malo?

– Un amigo.

Los dedos de Alexandra notaron un bulto tremendo en la parte posterior de la cabeza, un bulto calido, humedo. Sangre. Se puso de pie de un salto, cogio a Robbie de la mano y corrio hacia la casa.

– ?No va a ayudarle?

– Si, voy a buscar al doctor. Esta ahi dentro.

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