– ?Esta herida?

Nego con la cabeza y su cabello negro suelto le cayo sobre la capa negra.

– No, solo… aturdida. -Miro a su alrededor-. ?Se ha retirado el servicio?

– Si. -Ayudandola a caminar, Colin la llevo hacia su estudio-. Dejeme que la ayude a ponerse comoda. Despues ire a ver su carruaje y alertare a las autoridades.

– Gracias, milord. -La miro y su labio inferior se transformo en un asomo de sonrisa-. Me alegro tanto de que estuviese en casa y despierto…

Entraron en el estudio y Colin la condujo directamente al rincon frente a la chimenea, donde se sento con un suspiro de agradecimiento. La mirada de Colin se fijo en la mancha de la mejilla y a la luz del fuego pudo ver que era sangre.

– ?Cuantos ladrones eran? -pregunto sacando el panuelo del bolsillo.

– Dos.

– ?Y que aspecto tenian?

– Feos, sucios… -De nuevo el temblor se apodero de ella-. Horribles.

Agachandose junto a ella, Colin le tendio el panuelo y le senalo la mejilla.

– Tiene un poco de sangre. Si me permite…

– Si…

Delicadamente limpio la mancha.

– ?La golpearon?

– Si -dijo lady Miranda asintiendo y rodeandose con los brazos-. Antes de cogerme el bolso.

– Le servire un brandy -dijo Colin levantandose-. La ayudara a calmar los nervios.

Se dio la vuelta y se dirigio al aparador, con el ceno fruncido. Su instinto le decia que algo no cuadraba. Sirvio el brandy, repasando lentamente lo que habia ocurrido desde que abrio la puerta. Fruncio aun mas profundamente el ceno. Ella decia que la habian golpeado y habia sangre en su mejilla… Pero no habia ningun corte o marca en su piel.

De pronto se dio cuenta y se dio la vuelta. Pero era demasiado tarde. Lady Miranda le apuntaba el pecho con una pistola. Colin calculo rapidamente la distancia que habia entre ellos. Demasiada como para cogerle el arma. Dirigio la mirada a la puerta. La habia cerrado con llave.

– Las manos en la cabeza -le ordeno con voz tensa y en un susurro.

– Si me disparas -dijo Colin indicando la pistola-, el ruido despertara a toda la casa. Te cogeran antes de que llegues al vestibulo.

– Ambos sabemos que saldria de aqui antes de que nadie pudiese alcanzarme. Y lo primero que haria es acabar con tu amante, madame Larchmont. Despues con tu hermano y lady Victoria. -Sonrio complacida-. Ya he matado a Wexhall, asi que podria ocuparme del resto del hogar. -Su sonrisa se desvanecio-. Las manos en la cabeza. Ahora.

Colin sintio tension y angustia, pero se obligo a permanecer en calma y a no pensar en las espantosas imagenes que las palabras de lady Miranda le provocaron en su mente. Habia sobrevivido a situaciones mucho peores que aquella. Solo tenia que esperar el momento adecuado, esperar la oportunidad de desarmarla.

Levanto los brazos despacio y dijo en tono aburrido:

– ?Tienes intencion de decirme a que obedece todo esto?

– Oh, si. -Hizo una senal con la cabeza-. Muevete hacia el centro de la habitacion. Despacito y sin tretas.

Colin hizo lo que lady Miranda le pedia, y ella se movio al mismo tiempo que el, manteniendo la distancia que los separaba. Cuando el se detuvo, ella se dirigio al aparador donde estaban las bebidas. Sin bajar la pistola, saco un pequeno frasco del bolsillo y vertio los polvos que contenia en el brandy que Colin le habia servido. Tras guardarse el frasco de nuevo en el bolsillo, levanto la copa de cristal y removio el licor de color ambar.

– Acido prusico, supongo -murmuro Colin senalando la bebida.

Ella asintio.

– Tu bebida preferida, pero no la de Malloran ni la de su criado, Walters.

– Walters habria terminado mal de todos modos -dijo encogiendose de hombros-. Malloran simplemente se metio en medio. Despues de su fiesta, lo acompane al estudio donde encontro una nota. -Sus labios se movieron formando una especie de sonrisa-. Me llevo un tiempo averiguar quien habia escrito esa estupida misiva, pero al final lo logre.

Colin sintio que el terror le recorria la espina dorsal, pero mantuvo una expresion y un tono completamente impasibles.

– ?Quien la escribio? -pregunto.

– Madame Larchmont, como bien sabes. Ha resultado ser una incomoda complicacion.

– Asi que intentaste matarla con la urna.

– Si. Desgraciadamente, tiene una suerte endiablada.

– ?Por que Wexhall? ?Por que yo?

– Tu mataste a mi marido -dijo con los ojos llenos de odio.

Las palabras, pronunciadas con un susurro ronco que supo era la voz que Alexandra debia de haber reconocido, planearon en el aire tenso que los separaba, y su mente calibro con rapidez lo que implicaban. Solo habia matado a un hombre. Pero ella no podia saberlo. Y el tenia que alterarla.

– He matado a muchos hombres -dijo encogiendose de hombros-. ?Quien era tu marido?

– Richard Davenport -dijo lady Miranda con el rostro ensombrecido.

– Ah, el cobarde traidor.

– Era fiel a Francia -dijo ella con el rostro enfurecido.

– Precisamente eso lo convertia en un traidor. -La repaso con la mirada de un modo deliberadamente insultante-. El nombre de su esposa no era Miranda, ni era de origen noble. ?Quien eres tu?

– Sophie, su esposa de origen frances -dijo la mujer irguiendo la barbilla.

– Ya veo. Asi que esa era la razon por la que cambio su lealtad. Tu acento ingles es impecable.

– Gracias. Soy buena con los acentos y he trabajado mucho para perfeccionarlo.

– ?Y la verdadera lady Miranda?

– Reside en el campo, en los alrededores de Newcastle.

Le llego un debil ruido. ?Eran cristales rotos? Tosio para ocultar el sonido pero ella no parecio darse cuenta y continuo:

– Lady Malloran no ha visto a lady Miranda desde que eran unas ninas, asi que estuvo encantada de dar la bienvenida a su casi olvidada pariente que venia de tan lejos para pasar la temporada en Londres. Cumpliria mi mision antes de que nadie descubriera que era una impostora.

– ?Y tu mision era…?

– Matar al hombre que habia asesinado a mi marido y al que le ordeno hacerlo.

– Richard murio hace cinco anos. ?Por que has esperado tanto?

– Cuando me entere de que Richard habia muerto -dijo Sophie despues de un ligero parpadeo-, enferme de dolor. Perdi el bebe que esperaba y tarde muchos meses en recuperarme. Tuve mucho tiempo para reflexionar. Richard me habia contado todo sobre su trabajo para la Corona, sobre Wexhall y sobre ti y la mision que teniais asignada juntos. Cuando murio, supe que eras tu el responsable y que ibas a morir por haberme quitado todo lo que tenia, a mi marido y a mi hijo. -Su voz temblo de odio-. Una vez me recupere, necesitaba un cuidadoso plan y me llevo su tiempo. -Inclino la cabeza y anadio-: Y aqui estamos.

– No creeras que saldras de esta viva.

– Todo lo contrario. Estoy convencida de que asi sera. ?Quien sospecharia que la dulce lady Miranda pudiera cometer actos tan malvados? E incluso si lo hicieran, Wexhall ya no se encuentra entre nosotros y tu estas a punto de morir. Madame Larchmont estara muerta por la manana. Despues, lady Miranda simplemente desaparecera y volvera a aparecer Sophie.

Agito una vez mas la copa y la coloco sobre la mesa. Dio un paso atras y senalo el licor con la cabeza.

– Bebetelo.

– Gracias, pero no tengo sed.

– Si no te lo bebes, te disparare. El veneno es un modo mucho menos doloroso de morir.

– Ah, veo que estas preocupada por mi bienestar.

Acababa de hablar cuando oyo un ruido muy debil y muy familiar y su corazon se detuvo. Era el sonido de una

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