cerradura al abrirse. ?Nathan? ?O alguno de los hombres de Wexhall?

Rezo para que no fuese su hermano sino uno de estos ultimos el que se estaba metiendo en aquel lio. Y esperaba que, fuera quien fuese, viniese armado.

Con la mirada fija en Sophie, se movio despacio hacia la puerta, formando un angulo con la intencion de obligar a la mujer a dar la espalda a la puerta si queria mantener la pistola apuntandole al pecho. Tal como habia esperado, ella se movio y justo en ese momento la puerta detras de ella se abrio despacio unos centimetros.

– ?Te importaria tomar tu tambien una copa? -pregunto senalando el aparador-. Estaria encantado de compartirla contigo.

– Bebetela -dijo en un tono que no admitia replica-. No hagas movimientos bruscos.

Colin abrio la boca para responder pero no llego a pronunciar palabra alguna. Porque no era Nathan ni ninguno de los bien entrenados hombres de Wexhall quien habia entrado en la habitacion. Era Robbie.

Con el corazon desbocado de absoluto terror, Alex se agacho en la terraza a la que daba el estudio de Colin, dando gracias por la proteccion que le ofrecian las amplias cortinas que tapaban los ventanales y rezando para que la luna siguiese escondida detras de las nubes. Mientras se esforzaba por oir la conversacion entre lady Miranda y Colin, con cuidado introdujo una de las horquillas de su pelo en la cerradura y sintio una serena satisfaccion cuando logro abrirla. A sus oidos, el imperceptible sonido de la cerradura al ceder le parecio un estallido, y dirigio la mirada a lady Miranda que se estaba moviendo y desafortunadamente tenia una estupenda vision de los ventanales. Pero no importaba, la cerradura de la puerta estaba abierta y Alex tenia el elemento sorpresa de su parte. Lo unico que necesitaban era una distraccion y entre Colin y ella lograrian desarmarla. Bajo la mano y cogio la navaja de su bota tocando el calido metal.

– Bebetela -oyo la dura voz de lady Miranda a traves del cristal-. No hagas movimientos bruscos.

Baja las manos, ordeno Alex mentalmente a Colin. Eso es… Un poco mas…

Agarro el pomo de la puerta, lista para saltar, cuando un movimiento llamo su atencion y noto que se le helaba la sangre.

Robbie entro sigilosamente en la habitacion, con su pequena mano metida en el bolsillo y sus dedos, sin duda, alrededor de algun tipo de arma casera. Lady Miranda noto algo porque dirigio la vista hacia el nino sin dejar de apuntar en ningun momento a Colin.

– Que este golfillo muera despues de que te mate depende enteramente de ti, lord Sutton -le oyo decir Alex-. Dile que saque la mano del bolsillo y que se mueva donde pueda verlo.

– No dejare que hagas dano al chico -oyo que respondia Colin rapidamente.

– Entonces diselo. Ahora.

Alex dio la vuelta al picaporte y abrio un poco la puerta.

– Haz lo que dice, Robbie -oyo que decia Colin con calma.

Vio como Robbie sacaba la mano del bolsillo y avanzaba. Se le corto la respiracion cuando vio que se situaba directamente entre lady Miranda y Colin.

– Ponte detras de mi, Robbie -dijo Colin con decision-. Ahora.

Robbie dudo por un instante, y despues corrio detras de Colin.

– No puedes protegerlo -dijo lady Miranda con sonrisa sarcastica.

– Con mi ultimo halo de vida -sentencio Colin con un tono de voz que Alex no le habia oido nunca-. Robbie - dijo cambiando la voz a un tono mas amable pero firme-, si lady Miranda me dispara, corre lo mas rapido que puedas. No te detengas. Simplemente corre.

Robbie asintio golpeando con su frente la parte posterior del muslo de Colin.

Alex dirigio su mirada hacia lady Miranda, quien parecia estar bastante nerviosa.

– Bebe el brandy -ordeno.

Alex vio como Colin cogia lentamente la copa y supo que era entonces o nunca. Tomando aire y rezando para que no fuese por ultima vez, entro en la habitacion.

Capitulo 21

Los dedos de Colin se acababan de cerrar alrededor de la copa de brandy cuando se abrieron los ventanales y Alex, como un angel vengador cargado de furia, con la mirada salvaje y blandiendo una navaja, entro a traves de ellos lanzando un aullido. Una distraccion era lo unico que necesitaba. Se agacho, saco su navaja con una mano y con la otra tiro a Robbie al suelo.

– Quedate ahi -le dijo.

En ese mismo momento, Sophie se volvio hacia Alex con el rostro convertido en una mascara de gelida sorpresa. Como si todo transcurriese a camara lenta, Colin vio como su mano dirigia la pistola hacia Alex. Con un ligero movimiento de muneca lanzo su navaja, y esta atraveso la negra capa de lady Miranda hundiendose en su pecho hasta la empunadura.

Al mismo tiempo, sono un disparo. Por un momento, nadie se movio. La imagen quedo grabada en la mente de Colin. Despues la pistola se deslizo de los dedos de Sophie, cayendo sobre la alfombra con un golpe seco. La siguio el cuerpo de Sophie.

Colin se puso en pie de un salto y corrio parandose un solo instante para comprobar que Sophie estaba muerta.

– Alexandra…

Ella se volvio hacia el y el corazon de Colin dio un vuelco.

La sangre formo una rapida mancha que se extendio por la parte delantera de su vestido. Cuando llego hasta ella, las rodillas de Alex se doblaron y, tomandola en sus brazos, la tumbo delicadamente en el suelo.

– ?Senorita Alex! -grito Robbie. Cayo de rodillas junto a Colin-. ?Esta… esta…?

– Esta viva -dijo Colin, conteniendo el panico que amenazaba con sobrepasarlo-. Ve a casa de los Wexhall. Trae al doctor Nathan Oliven Dile que han disparado a Alexandra. -Miro a los ojos del aterrorizado muchacho-. Date prisa, Robbie.

El chico salio disparado. Colin introdujo los dedos bajo la gasa empapada en sangre del vestido de Alexandra y lo rasgo. La sangre salio a borbotones de una herida irregular y el corazon le dio un vuelco. Colin se solto los cierres de la camisa y tiro de la prenda formando una bola de tela que apreto contra la herida.

– Alexandra -dijo con la voz rota al pronunciar su nombre-. Querida, ?puedes oirme?

Ella seguia inerte, con la cara blanca como la cera.

– ?Ellis! -grito Colin.

Estaba convencido de que los criados llegarian enseguida; el disparo debia de haberlos despertado. Unos segundos mas tarde oyo pasos rapidos, levanto la vista y vio a Ellis en el umbral de la puerta. Llevaba la bata mal abrochada y dejaba al descubierto una larga camisa de noche.

– Le han disparado -dijo Colin, dirigiendo la vista hacia Alexandra-. Nathan esta en camino. Hierve agua, trae vendas, cualquiera cosa que creas que haga falta.

– Si, milord.

Cuando oyo alejarse los pasos de Ellis, Colin se inclino y puso sus labios pegados al oido de Alexandra. Notaba el olor metalico de la sangre en la nariz y cerro los ojos imaginando que olia su deliciosa fragancia a naranjas.

– No te permito morir -le susurro con furia-. ?Me oyes? Te lo prohibo terminantemente. Sabes lo acostumbrado que estoy a salirme con la mia. Por supuesto que lo sabes. Te encanta decirme lo molesto que resulta.

Colin se incorporo un poco, repasando el rostro de Alex en busca de algun signo de conciencia, pero no encontro ninguno. Se sintio atenazado por un miedo malsano y paralizante. Tomo la mano de Alexandra con la suya, noto la sensacion de su palma desnuda y endurecida.

– Bueno, a ver que molesto te parece esto. -El nudo que tenia en la garganta apenas le dejaba hablar-. Quiero que abras los ojos, quiero que me sonrias, quiero alimentarte con pasteles y mazapan, quiero comprarte

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