desenvainado y luego un golpe sordo.

– Lo consegui -le informo Robert con un seco susurro-. Lo he dejado caer al suelo a mi lado. Tengo las manos inutiles, asi que tenemos que movernos para que usted pueda agarrar el cuchillo. Luego lo unico que tiene que hacer es cortar las cuerdas.

– Sin amputarnos ningun dedo en el proceso, supongo.

– Ese seria el mejor metodo, si.

– En ese caso, intentare ser lo mas cuidadosa posible -repuso ella, con las mismas palabras que el habia empleado antes.

Allie noto que Robert volvia la cabeza, y ella volvio la suya, mirando por encima del hombro. Podia verle la sombra del perfil, y creyo vislumbrar sus blancos dientes destellando en medio de la oscuridad al sonreir.

– Creo que nuestra mejor opcion es hacer palanca. El suelo es de madera y nos ayudara. Doble las rodillas, clave los talones y luego haga fuerza contra mi espalda mientras mueve el… esto… culo. Yo hare lo mismo. Nos moveremos unos cinco o diez centimetros cada vez. ?Lo ha entendido?

– Perfectamente.

– A la de tres, yo ire hacia mi derecha, su izquierda -dijo el.

Robert conto y Allie clavo los talones contra la aspera madera. Sintio un agudo dolor en el talon y apreto los dientes para no gritar. Era evidente que habia perdido un zapato, porque notaba la madera directamente sobre la piel.

– ?Algun problema? -le pregunto el por encima del hombro.

– No.

Volvio a hacer fuerza contra la espalda de el y movio el trasero varios centimetros hacia la izquierda.

– Excelente -dijo el-. Ahora hace falta que me incline hacia delante. Usted me empuja y yo tiro.

Consiguieron moverse. Allie se mordia el labio debido al dolor que le causaba la astilla que se le habia clavado profundamente en el talon.

– Un poco mas hacia su izquierda -indico lord Robert-, y el cuchillo estara exactamente bajo sus dedos.

Se movieron de nuevo, y con la punta de los dedos Allie rozo el liso metal.

– Lo noto -susurro.

– Agarrelo por el mango para no cortarse. Esta muy afilado.

Retorciendo las manos, Allie detecto la parte quc correspondia al mango. Lo envolvio con los dedos y casi no pudo evitar un grito de triunfo.

– ?Ya lo tengo!

– ?Buena chica! Ahora corte las cuerdas y podremos salir de aqui.

Hablo en un tono apagado, pero Allie noto la tension que se ocultaba tras sus palabras. Era evidente que no queria parecer asustado y que no queria que ella se asustara. Pero Allie estaba asustada. Cada segundo que pasaba, el hombre que la habia raptado y atado podia regresar. Y condenarlos a un destino peor del que les habia deparado hasta el momento.

Como para darle la razon, un sonido distante de voces masculinas rompio el silencio y les helo la sangre.

– Dese prisa -insistio lord Robert-. No se si sera nuestro hombre, pero preferiria no descubrirlo.

– Estoy totalmente de acuerdo. -Agarro el mango del cuchillo y se concentro con toda su alma en cortar las cuerdas, esperando no realizar ninguna amputacion. La posicion era dificil y el avance resultaba tan lento que casi no pudo contener el impulso de gritar de frustracion. Aguzo el oido en busca de las voces masculinas, pero lo unico que oyo fueron sus propios jadeos y los latidos de su corazon. Siguio cortando las cuerdas, luchando contra la desesperacion y el panico que la amenazaban.

«Tranquila. Respira con clama.»

– Se estan soltando -informo lord Robert-. Siga asi. Ya casi esta.

Animada por las palabras del joven, Allie continuo serrando las cuerdas, cortando las fibras. Un hilillo de algo caliente y humedo le corrio por los dedos. Capto un ligero olor metalico. Sangre. ?Dios! ?La de el? ?La suya? Allie no habia notado nada. Ella no sentia nada y el no se habia quejado. Claro que lord Robert tenia las manos dormidas y podria haberle cortado media docena de dedos sin que el se enterara.

«No pienses en ello. Solo es un aranazo. Sigue cortando. Ya casi esta.»

Y de repente estuvo libre. Con un ultimo golpe de la hoja, las cuerdas cayeron de sus munecas. Sintio que el llanto le subia por la garganta y casi se ahogo al tragarselo. Con las manos libres, enjugo el sudor de sus manos y el mango del cuchillo en la tela de su vestido y luego corto las sogas que le ataban el pecho. En cuanto tuvo el cuerpo libre, se volvio y corto con cuidado las cuerdas de las munecas de lord Robert. Este dejo escapar un ligero gemido al verse libre y movio los brazos hacia delante, hacia el pecho.

Allie se encargo rapidamente de las sogas que le inmovilizaban los pies y se ocupo luego de las de lord Robert. Lanzo una rapida ojeada a su rostro. La tenue luz no pudo ocultar la mueca de dolor que se le dibujo en el rostro al flexionar los dedos.

– ?Como estan sus manos? -pregunto Allie, dedicandose a cortar las ultimas ataduras.

– Como de piedra. Y las piernas tambien. Pero estoy intentando recuperarlas.

– Ya esta libre. Permitame que le ayude. -Dejo el cuchillo a su lado y le sujeto las manos. Le paso los dedos para examinarselas tan exhaustivamente como permitia la oscuridad-. No hay cortes ni sangre -murmuro aliviada. Luego, con movimientos firmes y habiles, le masajeo las palmas y los dedos. Lord Robert tenia las manos grandes. De palma ancha y dedos largos. Allie alzo las cejas sorprendida al notar los callos que prestaban aspereza a esas anchas palmas. Habia pensado que sus manos de caballero serian finas.

Pasado un minuto, Lord Robert lanzo un sordo gemido.

– Empiezo a recuperar el tacto. Y tambien en las piernas. Aunque nada me gustaria mas que tener varias horas para que continuara con este maravilloso masaje, sera mejor que nos marchemos. ?Puede…?

El crujido de una puerta al girar sobre los goznes le interrumpio. La mirada de Allie volo hacia la de el. Lord Robert se puso un dedo sobre los labios, indicandole que se mantuviera en silencio, y ella asintio con la cabeza. Unos pasos lentos y pesados se oyeron en la distancia, se detuvieron y volvieron a comenzar, acercandose.

Lord Robert la ayudo a levantarse y luego le dirigio una mirada inquisitiva y preocupada. Allie asintio en silencio. Sus dormidas piernas protestaban y le resultaba casi imposible no patear el suelo para recuperar la sensibilidad, pero por lo demas estaba bien. Y ansiosa por salir de ahi. Los pasos se acercaban.

Lord Robert se agacho y recupero el cuchillo, luego la agarro de la mano y la acerco a si. Tan cerca que se tocaban desde el pecho a las rodillas. Una oleada de calor recorrio a Allie. El se inclino y le hablo al oido.

– No se suelte de mi mano.

Moviendose con la gracia silenciosa de un gato, la metio mas entre las sombras de los cajones apilados, luego se detuvo y presto atencion a las pisadas, que se habian detenido de nuevo. Allie oyo el roce de sus enaguas y se tenso. Le habia sonado tan fuerte como el tanido de un cencerro. Y conservar un unico zapato era mas una molestia que una ayuda, porque el tacon la hacia ir de lado y ademas repicaba contra el suelo. Se inclino, se saco el zapato y se lo metio en el bolsillo del vestido. No tenia sentido dejarlo atras cuando podia resultar una buena arma.

Con su mano apretando la de lord Robert, avanzaron lentamente entre las sombras, sin apartarse de los cajones. De nuevo se oyeron pasos, esta vez mas cerca. Lord Robert se detuvo y la acerco mas a el. Juntos se hundieron entre las sombras tanto como les fue posible. Un brazo del joven rodeaba la cintura de Allie y con el otro le mantenia la cabeza apretada contra su pecho, protegiendola entre los cajones y su propio cuerpo.

El calor envolvia a Allie como una manta de terciopelo. El corazon de lord Robert latia con fuerza bajo su oido y el calido aliento la tocaba a cada exhalacion. Y con cada respiracion, el olor masculino y almizclado del joven le llenaba la cabeza.

Los pasos seguian oyendose. Mas y mas cerca. Dios, ?seria el hombre que la habia raptado? ?Que haria cuando descubriera que se habian escapado? Bueno, pues se encontraria con una buena pelea si intentaba atraparla de nuevo. Metio la mano en el bolsillo y agarro el zapato con los helados dedos. Rogo para no tener que usar un arma tan debil en su defensa. Pero lo haria si era necesario.

Pero entonces, milagrosamente, los pasos siguieron adelante, mas alla de ellos, y se alejaron. No debia de ser su raptor. ?Quiza un vigilante? Un momento despues, el crujido de goznes oxidados corto el aire y se hizo el silencio.

Tenso las rodillas para combatir el alivio que le aflojaba los miembros. Lord Robert dejo escapar un largo resoplido que le alboroto el pelo. La agarro con mas fuerza y durante ese respiro momentaneo, de repente, Allie

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