Matt sonrio.
– Entonces, tengo que confesarte algo: estoy hambriento.
– ?Ya? Eres muy rapido…
Matt rio.
– No, no… Tengo hambre de comida. Necesito tomar algo para poder seguir.
– ?Estas pensando en el servicio de habitaciones?
– No exactamente.
– Oh, no… Estas pensando en mis bombones.
– ?Yo? -pregunto con inocencia fingida-. Jamas te robaria los bombones. Aunque, si me ofreces alguno, creo que lo aceptaria de buen grado.
– Ya, ya… ?Sabes lo que creo? Que has hecho esto para poder comerte mis bombones.
– Te equivocas. Queria comerme tus bombones, pero tambien queria comerte a ti -declaro, con un brillo de pasion en la mirada-. Ademas, podriamos poner los bombones sobre tu cuerpo y jugar un poco a ver lo que pasa, ?no te parece?
– Si, no estaria mal. Seria una gran idea.
Capitulo 8
Matt se desperto cuando la dorada luz del amanecer ilumino la habitacion. Sus cinco sentidos estaban concentrados en una sola cosa: Jilly.
En aquel momento, el mundo se reducia a la mujer que dormia junto a el. Nada importaba salvo el calor de su cuerpo; la leve presion de su mano sobre el pecho; la suave curva de su cadera, la belleza de sus muslos; su embriagador perfume entremezclado con los aromas de la noche de pasion; la sensacion de sus pechos presionandole el costado; su calida respiracion acariciandole las costillas; y su negra y revuelta cabellera haciendole cosquillas en el torso.
En cuanto le acaricio la cabeza, recordo las horas de sexo desenfrenado que habian compartido, el modo en que Jilly temblaba ante sus caricias y la sensacion de fundirse con su cuerpo al entrar.
De solo pensarlo, sentia que se le paraba el corazon. Habia sido increible, con una intensidad que no podia describir porque jamas habia experimentado nada semejante. Sentia como si acabara de descubrir un universo nuevo e inesperado.
Era como si, de repente, todo lo que habia sentido antes por las mujeres se hubiera potenciado mil veces y se hubiera convertido en un recuerdo palido en comparacion. En cierta medida, se sentia apabullado. Una cosa era que ella lo excitara, pero jamas habria imaginado que lo enloqueceria por completo. Se sentia cautivo de su contacto y de su maravillosa sonrisa y atraido por su sentido del humor y, por su ferrea necesidad de independencia Definitivamente, no habia pensado sentirse tan atado a ella.
Se pregunto de donde provenian todos esos sentimientos inesperados. Le gustaba, la admiraba, queria conocer todo sobre ella. Dentro y fuera de la cama.
Cuando tomo conciencia de lo que estaba ocurriendo, suspiro con preocupacion. Sin duda, se suponia que el fin de semana seria otra cosa. La idea original era que Jilly y el compartirian algunas risas, un par de orgasmos y, despues, volverian a sus vidas de siempre.
Sin embargo, le habia bastado una noche con ella para saber que eso era absolutamente imposible porque el seria incapaz de terminar aquel fin de semana y pretender que nada habia ocurrido. Sabia que no podria porque, incluso teniendola a su lado, no conseguia dejar de pensar en el sabor de su boca, la suavidad de su piel, lo embriagador de su aroma y el modo en que lo nombraba cuando alcanzaba el extasis.
Se maldijo por haber cedido a la tentacion de haber hecho el amor con ella. Sabia que cometeria un tremendo error al hacerlo, pero no habia tenido la fuerza suficiente para resistirse. El problema era que ahora se encontraba en medio de una situacion que podia arrastrarlo al mismo desastre que habia vivido con Tricia.
Cerro los ojos y trato de alejar esos pensamientos negativos de su mente. Tenia claro que no habia sido muy listo al acostarse con Jilly, fundamentalmente porque comenzaba a sentir que entre ellos habia algo bastante mas profundo que un torrido romance de fin de semana. Pero de ninguna manera podia permitirse cometer los mismos errores que con Tricia. Algo habia aprendido de esa experiencia. Esta vez, sabia que la mujer con la que estaba lidiando era ambiciosa y perseguia el mismo objetivo que el.
No obstante, ahora tambien sabia lo suave que era la piel de Jilly; lo deliciosa que era su boca; lo sedoso que era su cabello y lo increible que era sentirse rodeado por el calor de su sexo. Y lo que habia descubierto podia hacerle perder la razon y sacrificar sus ambiciones profesionales, entre otras tantas cosas.
Pero solo si permitia que pasara, y no lo haria. Era cierto, Jilly le gustaba mucho y se sentia atraido por ella, pero mientras no cometiera la estupidez de enamorarse, todo estaria bien. Lo unico que tenia que hacer era controlarse. Nada mas, nada menos.
Despues de meditar un largo rato, y sintiendose algo mas aliviado, deslizo la mano sobre la delicada curva de la cintura de su amante. Ella se desperezo sobre el pecho de Matt, levanto la cabeza y lo miro con cara de dormida.
– Buenos dias -dijo Jilly, con una sonrisa.
Solo habia necesitado dos palabras y una sonrisa para echar por la borda todos los sentimientos que el habia logrado apaciguar tras casi media hora de cavilaciones.
– Buenos dias -contesto.
Jilly le apoyo las manos sobre el pecho, recosto la cabeza y lo miro con gesto solemne.
– Tenemos un problema, Matt.
El se estremecio al oirla. Evidentemente, ella tambien habia sentido la conexion que habia entre ambos. Eso complicaba aun mas las cosas. Matt sabia que lo mas probable era que se llenara de recelo para defenderse de la sospechosa felicidad que sentia al pensar que a ella le pasaba lo mismo. Respiro hondo y se convencio de que lo mejor seria obrar con prudencia.
– Mira, Jilly, yo…
– No huelo a cafe -interrumpio la mujer-. Crei que habiamos acordado que el primero que se despertara se ocuparia del desayuno y, considerando que cuando abri los ojos me estabas mirando, concluyo que tu te has levantado primero. Y como no tengo mi cafe, puedo asegurarte que tienes un grave problema.
Aliviado, Matt le deslizo las manos por la espalda y le pellizco las nalgas.
– ?Si? -pregunto, con sorna-. ?Y se puede saber que clase de problema?.
Que estas en deuda conmigo.
– ?Acaso estas hablando de dinero? Si es asi, dime a cuanto asciende mi deuda.
– ?Dinero? -se burlo Jilly-. No, corazon, me temo que esto no se paga con dinero.
Acto seguido, le recorrio el vientre con las yemas de los dedos y le acaricio el miembro viril.
– Exijo que me pagues en especie -anadio, con malicia.
– ?Y que pasa si me niego a cumplir tus exigencias?
Jilly se levanto de la cama sin responder. Matt la siguio con la mirada, fascinado por la belleza de aquel cuerpo desnudo, hasta que, con un sensual movimiento de caderas, ella desaparecio de su vista. La oyo preparar el cafe en la pequena cocina que habia junto al cuarto de bano. Algunos segundos mas tarde, salio del lugar y se apoyo contra la pared con una taza de ceramica blanca en la mano.
– Si eliges no cumplir mis exigencias dijo la mujer-, no compartire mi cafe recien hecho contigo.
Sin quitarle la vista de encima, Matt se levanto de la cama y camino lentamente hacia ella.
– Tu si que sabes como conseguir lo que quieres, Jilly.
Ella bajo la mirada y se concentro en la notoria ereccion de su amante.
– A juzgar por lo que veo, diria que si… – comento ella, entre carcajadas.
En cuanto estuvo a su lado, el le quito la taza de la mano, la dejo en la mesita de noche y atrajo a Jilly hacia el. Comenzaron a besarse intensa y apasionadamente. A Matt le dolia el cuerpo de desearla tanto.
– De acuerdo -comento mientras le lamia el cuello-, esta vez pagare mi deuda pero solo porque me muero por un cafe.
Ella deslizo una mano entre sus cuerpos y tomo el pene de Matt entre los dedos. El suspiro complacido.