– No.

– Si lo haces, te contare lo que quieres oir sobre Holly.

– En los cuartos de bano del Rose Garden -pero no menciono que su novio trabajaba alli, que los Trail Blazers estaban de viaje y el estadio estaba virtualmente vacio-, dos veces, ahora es tu turno.

El espero unos momentos antes de preguntar.

– ?Quieres saber todos los jugosos detalles sobre Holly y sobre mi?

No estaba tan segura de seguir queriendo saber algo ahora mismo, pero habia llegado demasiado lejos como para echarse atras.

– No, solo quiero saber como es la postura de la cabra.

– No lo se, no me acoste con ella.

– ?Que?

– Es eso lo que realmente querias oir, ?no? Que no me acoste con la nina que solia atormentarte.

Eso era exactamente lo que queria saber.

– ?Lo dices en serio? ?No pasaste la noche con ella?

– No.

– ?Por que me dijiste que lo hiciste?

– No lo hice, tu lo asumiste.

Pero el, a proposito, habia dejado que ella pensara lo peor, el porque ella no lo sabia. Habia cosas sobre el Thomas adulto que no sabia. Cosas basicas.

– ?Donde vives? -pregunto.

El se quito los guantes.

– Realmente en ningun sitio por ahora. Hace varios meses vendi mi casa de Seatle y me fui al apartamento de Aspen por un tiempo, pero desgraciadamente he tenido que pasar meses en Palm Springs con mis abuelos.

– ?Por que desgraciadamente?

La miro, y luego volteo a otro lado.

– Mi abuelo tiene problemas de salud -fue todo lo que dijo-. Algun dia me gustaria vivir en Boulder.

– ?Puedes recoger todo e irte a donde quieras?

Se encogio de hombros.

– Llevo sin trabajo algun tiempo.

– ?Que has estado haciendo?

– Viajar un poco, algo de esqui, y viendo demasiado tiempo Rally Jessy.

Brina se pregunto cuanto dinero tendria para poder permitirse tener tiempo libre para esquiar y ver talk shows. Mindy habia mencionada algo de millones, pero podia haber exagerado como con el rumor de Kathy Ireland.

– ?Que hacias antes de volverte un maestro del esqui?

– ?Has oido hablar alguna vez de BizTech?

– No, lo siento.

– No lo sientas. Es una compania de software que empece con dos amigos hace cinco anos.

4

Thomas le conto a Brina que inicio la compania vendiendo sus acciones de Microsoft. Le explico como creaba programas para predecir tendencias en los negocios, pero Brina no tenia ni idea a que se estaba refiriendo. No le interesaba. Mientras ascendian sobre las copas de los pinos lo unico que le importaba era estar sentada en la misma silla que el y escuchar su voz.

Hicieron varias carreras mas antes de que atardeciera y a pesar de que Brina mejoraba cada vez, no pensaba que Picabo Street [4] tuviera algo de que preocuparse. Pararon para comer, pero los restaurantes del hotel estaban llenos asi que se cambiaron las botas y se fueron paseando algunas manzanas a un restaurante de las afueras.

Despues de comer, Brina no se sentia con ganas de esquiar mas y alego que tenia los tobillos doloridos, asi que persuadio a Thomas para que la llevara a dar una vuelta por el pueblo. Se montaron en un Jeep Cherokee con matricula de Colorado y se dirigieron hacia el sur. Pasaron por la por la casa de dos pisos en la que Brina se habia criado y condujeron durante media milla mas hacia la pequena casa donde vivio Thomas. Dos ninos estaban jugando con un Golden Retrieve en el jardin delantero y una vieja camioneta estaba aparcada junto a la casa. Verlo, le trajo a la memoria las muchas veces que ella y Thomas habian andado o corrido en esa casa, su abuela llamandolos para que se quitaran los zapatos.

– ?Crees que la alfombra seguira siendo de ese color verde como de verdura cocida?

El la observo y regreso la mirada a la casa.

– Quiza. Estaba garantizada para sobrevivir a un ataque nuclear.

– Me pregunto si nuestro fuerte del arbol sobrevivio todos estos anos.

– Lo dudo.

– Seguro que si.

Thomas se quito las gafas de sol y las arrojo sobre el salpicadero del coche.

– ?Que te quieres apostar?

– Diez pavos.

– No lo creo -le echo un vistazo-. Si apostamos, yo digo cual sera mi premio.

– No te voy a ensenar mi trasero.

El se rio.

– No estaba pensando en tu trasero.

– ?Entonces en que?

– Te lo hare saber cuando gane.

Brina se preocupo un poco por lo que el podria reclamar si ganaba, pero creyo que no le haria hacer algo que ella no quisiese.

– Si yo gano, me tienes que comprar una botella de champan. -Y como el no parecia muy preocupado, anadio-: Y tienes que beber de mi bota.

El se rio entre dientes.

– No lo creo.

– Ok, pero tienes que comprarme un buen champan, no cualquier cosa.

Aparcaron el jeep a media milla de la vieja casa de Thomas, en la entrada de la carretera de servicio que daba al bosque.

La carretera estaba bloqueada por una verja, pero las densas copas de los arboles evitaban hubiera mucha nieve en el suelo.

Thomas fue hacia la verja primero, luego Brina. Y mientras pasaba sus dos piernas por encima de la valla, le miro mientras el la cogia por la cintura. Apoyo las manos sobre sus hombros y el la fue deslizando poco a poco por la parte delantera de su chaqueta.

– No pesas mucho mas de lo que solias pesar antes -dijo mientras la ponia de pie.

Brina lo sabia mejor. Pesaba cuarenta y dos kilos cuando se graduo y habia ganado desde entonces por lo menos 6 kilos mas en los ultimos diez anos.

La perfecta nieve blanca cubria sus botas y tobillos mientras andaban juntos por la carretera que cruzaba la montana.

Brina no estaba muy segura de reconocer el area donde paso mucho tiempo de pequena.

– ?Sabes a donde vamos?

Si. -Sus hombros se rozaron y el pregunto-: ?Frio?

Anduvieron por la nieve, y en realidad ella se estaba poniendo un poco caliente.

– No mucho, ?tu?

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