Con el abrigo colgandole de un brazo se apoyo la mano libre en la cadera.

– ?Donde has estado tu toda la tarde?

– Contigo.

Ella ignoro el rubor que crecia desde su cuello.

– Despues de que me abandonaras.

El entrecerro los ojos un poco.

– Despues de que los dos regresamos al hotel -dijo lentamente-, me fui a esquiar.

– Si, te vi esquiando.

– ?Que quieres decir con eso?

– Nada.

– Estas enfadada por algo.

– No, no lo estoy.

– Si lo estas, siempre he podido decir cuando estabas enfadada. Te salian dos pequenas arrugas entre los ojos. Todavia lo haces.

Preferia comer hormigas que decirle por que estaba enfadada. Miro tras el y busco entre la multitud hasta que dio con Karen y Jen.

– Perdoname -dijo-, me voy a sentar con mis amigas.

Camino entre las mesas y justo habia puesto su abrigo en el respaldo de una silla vacia cuando Mindy anuncio el siguiente premio.

– … y el premio para la persona que ha cambiado mas es para Brina MacConnell.

Brina miro hacia el escenario y se quedo inmovil. Se asombro de que todavia se acordaran de ella. Vaya, por un momento se sintio especial. Se dirigio hacia donde esta Mindy, que le dio un barato trofeo en forma de montana hecha de un plastico igual de barato.

– Estas fantastica ahora, Brina -le dijo Mindy.

Brina observo los azules ojos de Mindy y decidio no ofenderse por el comentario. Ella y Mindy nunca habian sido amigas, pero Mindy nunca fue desagradable con ella a proposito.

– Gracias -dijo-, tu tambien.

Regreso a la mesa y se sento echando un vistazo hacia la puerta, Thomas ya no estaba alli, pero tampoco seguia sentado con Holly. Miro por la sala y le vio hablando con George Allen. Se habia puesto su chaqueta de esqui y apoyaba el peso sobre una pierna mientras giraba sus llaves con el dedo indice. Le vio sacudir la cabeza y salir de la sala de banquetes y Brina no pudo dejar de preguntarse a donde iria y a quien se encontraria.

– ?Que premio te ha tocado a ti? -pregunto a Karen en un esfuerzo por apartar su mente de Thomas.

– La chica que tiene mas probabilidades de dar a luz en la reunion.

– Supongo que les llevaria horas pensar en eso -dijo y miro a Jen-. ?Cual es el tuyo?

Karen se empezo a reir y Brina espero que no fuera nada desagradable como la chica que mas peso habia ganado.

– El de mas pecas -respondio Jen con ceno-. Queria el del mejor pelo, pero se lo dieron a Donny Donovan.

– ?No es gay?

– No, pero su novio si lo es, creo.

– ?Quien es su novio? -pregunto Brina.

– ?Recuerdas a un chico que se graduo un ano antes que nosotros, Deke Rogers?

– No -dijo Brina-, ??espera!! ?Deke Rogers? ?El chico que se parecia a Brad Pitt y hacia carreras de coche? ?Del que todo el mundo estaba locamente enamorado?

– Si, incluido Donny.

Sacudio la cabeza.

– Pufff, ?no podria alguien como George Allen hacernos un favor a todas las mujeres y ser gay? A nadie le importaria.

– Es verdad.

Jen asintio.

– Si, a nadie le importa que Richard Simmons sea gay, pero si que lo sea Rupert Everett. -Suspiro y apoyo la cabeza contra su rechoncha mano-. No me importaria hacerle hetero.

Brina se mordio el labio para no reir, pero Karen no lo hizo, se rio tan alto que sobrepaso a la voz de Mindy y Brina tuvo miedo de que estallara su vaso de agua.

Despues de que Mindy diera los dos ultimos premios, hizo el anuncio final.

– Por supuesto, todo el mundo esta invitado a unirse en la celebracion de noche vieja. Cinco minutos antes de medianoche, se les proveera con una copa de champan y se que algunos de vosotros sereis los primeros en tomar ventaja en el alcohol gratis.

– ?Puedes estar segura! -grito alguien desde el fondo de la sala.

– Por la manana -continuo Mindy por encima de las risas un poco alcoholizadas de algunos companeros de clase que, obviamente, habian bebido mas de tres copas-. Todos nos reuniremos en la sala de baile para nuestra comida de despedida. No os la querreis perder, tenemos algo especial planeado.

Brina se levanto y cogio su abrigo preguntandose que podria desbancar a los baratos trofeos.

– ?Saldreis a ver los fuegos artificiales? -les pregunto a Karen y a Jen.

– ?Dios no! -respondieron al unisono.

– demasiado frio.

– Se te helara el trasero.

Al haber crecido en Gallinton, Brina siempre habia adorado los fuegos artificiales que estallaban en el cielo, pero como entonces no era una huesped del hotel los tuvo que ver desde el aparcamiento. Siempre quiso un asiento en primera fila, ella y Thomas se preguntaban como seria el espectaculo desde el otro lado. Mientras iba hacia la sala de baile le busco con la mirada. Con cada hombre de pelo oscuro que pasaba y no era Thomas, su corazon se hundia un poquito. No sabia como se podia estar enfadada con una persona y al mismo tiempo estar desesperada por verle la cara.

La sala de baile estaba llena de invitados y gente del pueblo que pagaban por estar alli. Los vestidos iban de informales a formales, y la banda tocaba principalmente viejos temas. Frank Sinatra y Ed Ames eran los favoritos. Pequenos reflejos de luz se reflejaban en la bola de espejo que habia en el techo y caian sobre los invitados.

Como ni Jen ni Karen querian enfrentarse al frio, Brina salio de la sala ella sola. Una mano la agarro el brazo desde atras y se giro, esperando ver a Thomas.

– Hola, Brina -dijo George Allen por encima de la musica.

Decepcionada, no se molesto en sonreir, no queria animarle.

– George.

Mientras la banda tocaba algo sobre una mujer vagabunda, George hizo un pequeno espectaculo subiendose la manga y mirandose el reloj.

– Son las once cincuenta y tres -dijo-, siete minutos para medianoche.

George siempre se habia imaginado que era un iman para las nenas, pero siempre estuvo equivocado.

– Si, deberias ir a por tu copa gratis de champan.

– Es verdad -se balanceo sobre sus talones y la miro a traves de sus vidriosos ojos-, volvere, no te vayas muy lejos, tengo planeado darte un beso de ano nuevo.

– Oh, maravilloso -le respondio con un sutil sarcasmo que paso completamente desapercibido para el-. Esperare aqui, te lo prometo.

– De acueeerdo… -dijo y asintiendo con la cabeza se mezclo entre la multitud.

Brina inmediatamente se dirigio a la terraza, metio los brazos en la chaqueta y se saco la trenza. Mientras se abrochaba la chaqueta se hizo sitio entre la multitud y abrio las puertas para unirse a la gente en la cubierta. El aire helado la golpeo en la cara y casi le quito el aliento. Se subio el cuello y saco los finos guantes del bolsillo. No podrian mantener sus manos calientes pero si metia las manos luego en los bolsillos, estaria bien.

– Dos minutos -el cantante de la banda anuncio por los altavoces-, agarrad el champan y a vuestro carinito.

Se acerco a la barandilla y observo a la gente que habia debajo. Sus pensamientos volvieron otra vez a Thomas. Se sentia mal porque no estuviera alli. El adoraba los fuegos artificiales tanto como ella. De hecho, solia

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