mas que un plato precocinado. Habia tomado algunas clases, pero de donde mas habia aprendido era de los libros de cocina que habia coleccionado, procedentes de todas partes del mundo. Tenia ciento doce, y algunos de ellos le resultaban ilegibles, porque estaban en frances, italiano o espanol. Los habia comprado durante los ultimos anos de su carrera como modelo, cuando su enfermedad se encontraba en su fase mas aguda. En aquella epoca, todos sus pensamientos se concentraban en la cantidad de grasa que tenia una pechuga de pollo, en las tablas de calorias y en calcular cuanto ejercicio tendria que hacer para quemar las calorias de un yogur. Esa perdida de control y los banquetes que se daba acababan inevitablemente en un ataque de culpa y una excursion al bano.
Bueno, no era una imagen muy edificante, pero Lola habia sido afortunada. Nunca habia tocado una jeringa ni sucumbido a las anfetaminas, un precio que muchas mujeres pagaban por llevar esa vida de glamour, por tener ese cuerpo irreal que la industria y el publico exigian. Ahora, tres anos despues de todo eso, Lola todavia vigilaba lo que comia, pero lo hacia para no perder peso, pues eso podia sumergirla en otra espiral incontrolada.
La puerta de la cocina se abrio, y Max entro con el sol de la tarde a la espalda y con
– Huele como mi restaurante favorito de Nueva Orleans -dijo, mientras servia dos vasos de un vino blanco que habia encontrado en lo bodega de los Thatch.
Lola dispuso el besugo y el arroz en una bandeja, lamentando no tener un poco de calabacin o calabaza para adornar el plato. Ya habia puesto lo mesa, y coloco la bandeja en el centro.
A
Max ataco su filete con el entusiasmo de un hombre que ama lo comida. No ponia los codos sobre la mesa ni mascaba con lo boca abierta, pero se notaba que estaba disfrutando.
– Esto supera en mucho las barritas de cereales y las galletas saladas -comento entre bocado y bocado.
Lola levanto su vaso y tomo un buen trago. Ese cumplido la halagaba, mas de lo que le habria gustado admitir, por lo que decidio mantener la guardia alta. No se encontraba en una reunion social, y el no era su novio, ni siquiera su amigo. Habia cocinado para el simplemente porque tenia que cocinar para si misma. Era una cuestion de supervivencia. Nada mas.
Mientras se llevaba un trozo de pescado a la boca, Lola lo observo. Todavia llevaba las tiritas en lo frente y tenia el ojo izquierdo amoratado, pero la hinchazon habia desaparecido por completo. La luz del sol que entraba por las ventanas se reflejaba en los cromados de los utensilios de cocina. Un brillo etereo inundaba lo cocina, dandole un aire de irrealidad. Nada parecia real. Ni el, ni ella, ni el
El levanto lo vista y, bajo las cejas oscuras y las pestanas negras, sus ojos azules miraron directamente a los de Lola. Entonces Max sonrio y a Lola le costo tragarse lo que estaba masticando. Tenia que irse a casa. No solo tenia que contratar aun detective privado y recuperar su vida de siempre, sino que cuanto mas tiempo pasara al lado de Max mas le costaria no verlo como a un hombre. Un hombre que, a pesar de esas heridas, hacia que una mujer se mirase en el espejo y se tomara una pastilla de menta. Un hombre que podia abrazarla contra su enorme pecho y asegurarle que todo iria bien, que el resolveria todos sus problemas. Aunque, de hecho, el era el causante de sus problemas.
Lola se habia convencido de que el no habia querido involucrarla en sus asuntos ni en su huida de Nassau, que ella simplemente se habia encontrado en el lugar equivocado en el momento equivocado. El tenia que huir rapidamente de la isla y no se habia imaginado que ella se encontraba en el yate. Creer eso no habria debido cambiar su opinion sobre el, pero de alguna manera si la habia cambiado. Ademas, desde que el habia salvado a
Lola, que nunca se habia caracterizado por su paciencia o sutileza se moria por saber mas cosas de el.
– Entonces -empezo-, si no eres de la CIA, ?eres uno de esos tipos de las operaciones encubiertas?
– ?Ya estamos otra vez con eso?
– Si. Si estas retirado de la Marina, como dices, ?que tipo de trabajo haces para el Gobierno?
Lola tomo unos cuantos bocados de pescado y luego bebio un buen trago de vino. Max se termino su plato.
– Podria decirtelo -le contesto mientras alargaba el brazo, cuyos musculos captaron la atencion de Lola, para servirse otra racion-. Pero, entonces tendria que matarte.
– Muy divertido. -Lola dejo su vaso sobre la mesa-. ?Por que no me cuentas los detalles menos mortiferos?
Max se rio y, para sorpresa de Lola, comenzo a explicarle:
– Digamos que, hipoteticamente, algunas de las cosas que el Gobierno quiere que se hagan no pueden hacerse por los canales habituales. En esos casos es cuando me contratan.
– Por ejemplo, ?que?
– Pues quizas entrar en alguna instalacion clave, o desmantelar un convoy de armas ilegales en Afganistan. -Max mascaba despacio, pensativo, como midiendo exactamente que podia decirle-. No es un secreto que el gobierno de Estados Unidos tiene normas y vias para cualquier cosa, y algunas de esas vias son inaceptables desde el punto de vista de vista de la politica nacional. Algunos objetivos enemigos, como las plantas de armas quimicas, solo pueden atacarse en una accion militar. Pero cuando los militares trazan un plan y el presidente firma la orden, los malos ya se han enterado de todo y han retirado las armas quimicas, o las cabezas nucleares, o lo que sea. Uno de los procedimientos del Gobierno para contrarrestar esto consiste en subcontratar una, o incluso cinco personas que hagan ese trabajo.
– Y una de esas personas eres tu.
– Quizas.
– Entonces, ?eres como James Bond mezclado con Jean-Claude Van Dame?
Max sonrio y continuo comiendo. Lola tambien tomo otro bocado, pero no habia terminado.
– ?Que es eso del grupo de desarrollo que mencionaste ayer?
– El Grupo Naval de Desarrollo de Tecnicas de Guerra Especiales.
– Si. ?Es como un equipo de fuerzas especiales de la Marina?
– En cierto modo -le contesto el mientras comia-. Casi todas las operaciones del Grupo son clasificadas y forman parte de las actividades del CUDE.
– ?Que es el CUDE?
– El Comando Unificado de Operaciones Especiales.
Lola arqueo las cejas.
– Entonces, ?que es lo que haces?
Max se llevo un poco de arroz a la boca y lo rego con un poco de vino.
– El Grupo Naval es una unidad antiterrorista.
– Y hace exactamente lo que el nombre da a entender, aunque el Gobierno lo negaria. Tambien invertimos mucho tiempo y dinero de los contribuyentes en desarrollar, probar y evaluar tacticas, armas y equipo. Asi es como el Gobierno pudo dirigir esas acusaciones falsas contra mi.
– Un momento. -Lola levanto una mano-. ?Tu probabas los equipos? ?Equipos electricos?
– De todo tipo.
Una pequena esperanza brillo en los ojos de Lola.
– Entonces puedes fabricar una radio, ?no?
Max levanto lo vista del plato con el ceno fruncido.
– Lola, incendiaste lo radio, el sistema de navegacion y hasta el medidor de profundidad.
Lola no se tomo la molestia de senalar lo parte de responsabilidad que el habia tenido en todo eso.
– ?No queda nada con lo que puedas construir una radio nueva?
– Que, ?mi zapato?
– No lo se. No se nada de electronica.
Max se reclino en el respaldo de su asiento.
