– No. Me han contratado porque ese es mi trabajo. Soy asesor de seguridad.
Lola le clavo los ojos.
– ?Quieres decir que tienes un trabajo de verdad?
– Tengo un trabajo de verdad y una empresa de verdad. -Max se llevo la mano al bolsillo trasero del pantalon y saco la cartera-. Mira -le dijo, ensenandole su tarjeta.
Lola la estudio mientras masticaba un trozo de pan.
– «Z Security». ?Tu eres Z?
– Si, senora. -Max pincho un trozo de pollo-. Ese soy yo.
– Tienes un trabajo de verdad y ademas haces de agente secreto. ?Por que?
– ?Por que que?
– ?Por que un hombre en sus cabales arriesga su vida si tiene un trabajo y un negocio propios? -Lola dejo la tarjeta encima de la mesa-. ?Por que exponerte a recibir un tiro o una paliza si no tienes ninguna necesidad? ?Es por dinero?
– No, pero el dinero no viene mal.
– ?Estas loco, entonces?
Max se limpio la boca con la servilleta.
– Probablemente.
– Porque no creo que sea normal que a la gente le guste que le disparen, Max.
– No me gusta que me disparen, Lola -le dijo mientras alcanzaba la cerveza-. Pero eso forma parte del trabajo.
– Pues precisamente, tu ya tienes un trabajo de verdad. No tienes por que lidiar con traficantes de droga o hacer estallar yates.
– Ya se que no tengo por que hacerlo.
Max se sirvio otro trozo de pollo. Ya habia tenido conversaciones parecidas. Con otras mujeres. Aunque Lola era la unica que se habia enterado de lo que el hacia para el Gobierno, la unica que conocia la faceta oscura de su trabajo, siempre lo reducia todo a una cuestion esencial: ?por que no podia Max sentar cabeza y llevar una vida normal en las afueras, criar a dos ninos y conducir un monovolumen? Max no tenia otra respuesta que la verdad. El no era ese tipo de hombre.
Max levanto la vista y advirtio que ella la observaba. El sol empezaba a ponerse y la luz de las velas titilaba en la mesa, los platos y las manos de Lola. Una ligera brisa acaricio los nuevos rizos rubios de Lola, que tenia el ceno fruncido.
– ?Que? -dijo el.
– Entonces es que te gusta. Te gusta sentir el aguijon del miedo y quedarte sin aliento. Te gusta la incertidumbre, no saber si vas a vivir hasta dia siguiente.
– Si, me gusta lo que hago -admitio Max.
– No hay duda de por que no te involucras en relaciones sentimentales con nadie. Imagino que debe de ser muy dificil mantener una relacion seria con una mujer si tienes que marcharte a media noche para salvar el mundo, sobre todo porque no sabes cuando vas a volver a casa, o si vas a volver siquiera. -Lola sacudio la cabeza y tomo un bocado de pollo.
Max cogio la cerveza y la miro por encima de la botella mientras bebia. No sabia si Lola pretendia mostrarse sarcastica, pero no lo parecia.
– Mantener una relacion es dificil con el tipo de trabajo que tengo, si -respondio, aunque era una forma suave de decirlo. Mantener una relacion era imposible.
Lola asintio con la cabeza.
– Para mi tambien. Es muy dificil porque no se si un hombre quiere estar conmigo porque le gusto o solo para que lo vean conmigo. -Lola se apoyo en el respaldo con los ojos muy abiertos-. Vaya frase mas vanidosa me ha salido, ?no?
Max rio. La luz de la vela parpadeaba sobre los labios de Lola.
– Si, aunque imagino que es verdad.
– Lo que ocurre es que si una persona adquiere un poco de fama, por cualquier razon, siempre hay gente que quiere utilizarla para aparecer en los medios y captar la atencion de los demas. No les gustas, solo quieren que los vean contigo. -Lola se paso los dedos por el pelo y se la aparto de la frente-. ?Recuerdas a John Wayne Bobbitt? Su mujer le corto el pene, lo que le dio fama, o mas bien triste fama, a los ojos de la gente, y se rodeo de artistas del
– Joder. -Max aspiro aire a traves de los dientes-. ?Podemos habla de cualquier otra cosa?
– Oh, lo lamento. -Pero no parecia lamentarlo en absoluto. Las comisuras de los labios de Lola se curvaron en una sonrisa-. Supongo que me he dejado llevar. Mis amigas y yo hablamos de cosas asi. -Se inclino hacia delante y comio un poco de ensalada-. ?De que hablas con tus amigos?
De nada que Max quisiera hablar con ella.
– De deportes.
– Que aburrimiento. Apuesto a que hablais de mujeres.
Max decidio que era mejor no hacer ningun comentario, asi que se concentro en la comida.
– Vamos, puedes decirmelo. Somos amigos, ?recuerdas?
Max meneo la cabeza y trago el bocado de pollo.
– Olvidalo. Si te lo digo, ya no seremos amigos.
– ?Tan malo es? -En lugar de dejarlo correr, Lola insistio-: Te dire de que hablan las mujeres si tu me dices de que hablan los hombres.
Max se habia criado sin la presencia de una mujer en casa. Su padre habia tenido relaciones esporadicas, pero nunca habia entablado una relacion lo suficientemente duradera para que Max recibiera una influencia femenina. Las mujeres solteras que Max habia conocido hablaban principalmente de su trabajo y de sus relaciones pasadas, y las mujeres de sus amigos hablaban de la agonia del parto. Aunque Max sentia curiosidad por saber de que hablaban las mujeres cuando no estaban con los hombres, tenia la sensacion de que en una conversacion asi le saldria el tiro por la culata.
– ?Cuando fue la ultima vez que hablaste con tu ex-novio? -le pregunto, para cambiar de tema.
Lola cruzo los brazos de nuevo.
– Dejame pensar. La ultima vez que hable con el fue cuando le ofreci dinero a cambio de esas fotos. La ultima vez que lo vi fue en los tribunales, hace unos cuantos meses. Se presento con un traje de Armani y unos zapatos de Gucci. Estoy segura de que se los compro con el dinero que esta ganando a mi costa: lo unico que yo deseaba era estrangularlo con mis propias manos.
Max tambien queria estrangularlo. Levantarlo por el cuello hasta que sus pies dejasen de tocar el suelo, pero no a causa del traje, los zapatos o la pagina web. No, mas bien porque Lola la habia amado. Los celos, obsesionantes e intensos, se le instalaron en las tripas. Max nunca habia sentido celos por una mujer, y no le gusto.
– ?Es que no tenia dinero antes de colgar la pagina en Internet?
– Cuando yo estaba con el, si tenia. Pero invirtio mucho dinero en nuevas tecnologias y, cuando el mercado se hundio, se quedo sin un centavo. Esa es la razon de que pusiera la pagina en Internet. Sam ama el dinero. -Lola se encogio de hombros-. Y me odia a mi.
– ?Por que te odia?
– Porque rompi el compromiso tres meses antes de la boda. No pudo soportarlo. Supongo que me consideraba un objeto de su propiedad.
Max puso a un lado el plato vacio.
– ?Por eso rompiste el compromiso?
– No, no me di cuenta de eso hasta que rompi. Lo hice porque cuando quise dejar la carrera de modelo, el no me apoyo. En realidad, intento sabotear mi recuperacion. El queria a la Lola delgada y bulimica. -Lola separo los brazos-. Ya no soy esa.
