– Pues… es que nunca me he dado un masaje.

– Llevas mas de una semana haciendo excursiones, aguantando la comida de Keegan y el mal humor de George, ?no? Pues te mereces un masaje. Te sentiras mucho mejor, te lo prometo.

– De acuerdo -sonrio ella, tumbandose en la camilla y casi tirando el carrito de los aceites en el proceso.

Su torpeza no parecio molestar a Bubba que, con unas manos tan grandes como palas, empezo a masajear su espalda.

– Estas como un tronco, nena.

– Muchas gracias.

– No te preocupes, yo lo arreglare -sonrio el hombre.

En ese momento, una corriente de aire le dijo que alguien habia abierto la puerta.

– ?Que tal, Lexie? -escucho una voz familiar.

Sammy. Un humano con el que poder hablar.

– Estupendamente.

– Menuda tormenta, ?eh? -rio el nino-. Bubba tambien me da masajes a mi a veces.

– ?En serio?

– Si. ?Te duele la espalda?

– Un poco.

– La mayoria de la gente que viene por aqui tiene problemas de espalda -dijo el nino muy serio-. Por eso Cash hizo esta sala de masajes. Tanto paseo por el campo te deja hecho polvo, cuando no estas acostumbrado. Ademas, tu eres una chica.

– ?Quieres que te pegue una paliza, jovencito? -rio Lexie-. No he visto a Martha en todo el dia. ?Como esta?

– Prenada -suspiro el nino-. No se cuando va a decidirse a tener los cachorros. Bueno, tengo que irme -dijo Sammy entonces-. Voy a ver el Dow jon ese…

– Dow Jones -corrigio Lexie-. ?Sammy, un momento!

El nino cerro la puerta tras el, riendo. Lexie habia cerrado los ojos cuando la puerta volvio a abrirse por segunda vez.

– Hola, Bubba, ?como estan Trixie y los ninos?

Cuando Lexie escucho la voz de Cash, intento cubrirse la espalda desnuda con la toalla, pero Bubba no se lo permitio.

«?Trixie y los ninos?», penso entonces.

– Estupendamente -contesto el hombre.

– ?No eras gay?

Bubba empujo su cabeza hacia abajo sin miramientos.

– No. Te lo dije para que no te pusieras nerviosa. Y deja de hablar. Estas tensa como un palo. Relajate.

?Relajarse? ?Como iba a relajarse con Cash mirandola?

Seguia teniendo el pelo un poco mojado y la miraba con… energia. Una energia vital, viril y muy sexy.

?Nadie habia oido hablar de la privacidad en aquel sitio? ?De la paz, de la intimidad?

– Solo queria comprobar que estabas bien.

Lexie no sabia si se referia al ataque de ansiedad o a sus besos, pero daba igual.

– Si y no.

– Voy a tener que darle un buen masaje -dijo Bubba-. No la fuerces mucho manana. Es un poco floja.

– ?Floja? -repitio ella, irritada-. Soy mas dura que un penasco.

– Sammy acaba de venir y me ha dicho al oido que la cuide. Parece su guardaespaldas -rio el masajista.

– Voy a charlar un rato con el -murmuro Cash, pasando un dedo por los hombros de Lexie. No habia sido un roce sensual, ni atrevido. Pero a ella se le puso la carne de gallina-. Lexie, cuando Sammy este en la cama, me gustaria hablar contigo.

– Claro -murmuro ella, con un nudo en la garganta. ?Que podria querer decirle que no le hubiera dicho por la manana?

Capitulo 6

En cuanto Cash metio a Sammy en la cama, fue a colocar un poco el salon. Puso la NBC, coloco el Wall Street Journal sobre la mesa, encendio el ordenador y dejo un movil a mano. Despues, se apoyo en el respaldo del sillon, comprobando que habia sacado todo el arsenal.

Cuando escucho el golpecito en la puerta, se levanto de un salto, diciendose a si mismo que estaba preparado y… riendose despues por las mentiras que se contaba.

Nunca estaba preparado para Lexie.

Por supuesto, ella habia vuelto a cambiarse de ropa. Su atuendo consistia en una blusa de seda y pantalones de un tono entre coral, salmon y melocoton. Y unas sandalias a juego. Ademas de unos pendientes con brillantes diminutos.

Pero habia descubierto que la ropa era para ella una forma de defensa. Estaba claro que le gustaba vestir bien, pero habia notado que cuando mas se arreglaba era cuando estaba preocupada por algo.

Cash veia la ropa… pero en lo que realmente se fijaba era en la curva de su trasero y en que se habia colocado el pelo detras de las orejas aquella noche. En su mente, la veia sobre la camilla de masaje, con el trasero destacandose bajo la toalla. Tenia aceite en la espalda. Un aceite suave, fragante, que lo hacia imaginar cual seria su aspecto cuando estuviera en la cama… con el. Porque Cash queria sudar, especificamente con ella.

Aquella pequena reunion no -iba a funcionar, penso.

– ?Sammy esta dormido?

– Afortunadamente. No suele quedarse dormido tan pronto, pero hoy he tenido suerte -dijo el-. ?Te apetece una copa de vino? Di que si.

– ?Por que? -sonrio ella.

– Porque Keegan me ha dicho que te ofrezca vino en lugar de cerveza y no quiero hacer el ridiculo.

– En ese caso, quiero una copa de vino.

– Gracias a Dios -murmuro Cash, abriendo la pequena nevera. Cuando termino de quitar el corcho y servir las copas, esperaba encontrarla al borde del orgasmo frente al indice Dow Jones, pero ella ni siquiera estaba mirando la television. Seguia de pie, esperandolo.

Lexie parpadeo al ver la cantidad de vino que le habia servido y despues senalo alrededor.

– ?Esta es vuestra zona privada?

– ?Te gusta?

– Mucho -sonrio ella, observando un calcetin que asomaba por debajo del sofa.

– Estamos intentando ser civilizados -dijo Cash-. Sientate.

– Lo que me sorprende es que me hayas dejado entrar en tu sancta sanctorum, Y que tengas encendida la television.

– La he encendido para ti. Queria que echaras un vistazo a ese indice Dow Jones que tanto te preocupa. El ataque de esta manana me ha asustado, Lexie. Esto no es un campamento del ejercito. Se supone que no debes seguir trabajando mientras estas aqui, pero si eso va a ser un problema, puedes entrar cuando quieras.

– ?Por eso querias hablar conmigo?

– Si. Por eso y porque hay un pequeno cambio en el programa. Nadie se va de esta montana sin encontrarse mejor. Eso es muy importante para mi.

– Es una cuestion de orgullo -murmuro ella.

– Eso es -asintio Cash. Le parecia que aquello iba bien. Lexie no parecia darse cuenta de que el no queria hablar de sexo. Ni de besos. Ni de ellos-. Mi orgullo esta directamente conectado con este negocio. De ello depende mi reputacion. No es tanto por mi como por el futuro de Sammy. Y eso significa que no puedes volver a tener un ataque de ansiedad. Quiero que lo pases bien y he pensado que manana podriamos ir a navegar.

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