Casi. Tenia un nudo en el corazon que no la dejaba sonreir.

– Lleveme a la habitacion de Henry.

– ?No quiere ducharse antes?

Ella lo fulmino con la mirada.

– ?Que tiempo me dijo que tenia?

– Diez meses.

– ?Cree que le importara que mis botas esten manchadas de polvo?

– No…

– Entonces, ?cual es el problema?

El portero seguia esperando y, por su expresion Tammy diria que estaba dispuesto a echarla de alli en cualquier momento.

– No pasa nada. No voy a atracar a Su Alteza. Solo quiero ver a mi sobrino -le dijo, ironica, antes de dirigirse a recepcion.

Sorprendido, Marc se encogio de hombros y la siguio.

La suite que ocupaban Henry y su ninera estaba en la sexta planta. Marc llamo a la puerta una vez, espero un momento y luego volvio a llamar. La puerta se abrio de inmediato.

El instinto de cualquiera que entrase en aquella suite seria mirar por los enormes ventanales porque la habitacion tenia una extraordinaria panoramica del puerto de Sidney y del edificio de la Opera, pero para Tammy no tenia ningun interes. A ella solo le interesaba Henry y entro en la habitacion sin esperar que la invitasen.

?El nino era exactamente igual que su hermana!

Lara, de pequena, era preciosa. Bueno, siempre fue preciosa. Era una nina morena con unos ojos castanos que parecian ocupar toda su cara. Y una sonrisa con la que podria iluminar una habitacion entera.

Y Henry era exactamente igual. La diferencia era que el nino no sonreia. Estaba sentado en su moises, mirando hacia la ventana. Tenia unos ojos enormes, pero en su rostro no habia ni rastro de la sonrisa con la que Lara parecia haber nacido.

Cuando Tammy y Marc entraron en la habitacion volvio la cara, pero no parecio entusiasmado por la visita.

Parecia un nino que no tenia a nadie.

La television estaba puesta a todo volumen. Y no habia un solo juguete en el moises.

Por Dios bendito…

Tammy dejo caer la mochila y tomo a Henry en brazos. Al enterrar la cara entre los rizos de su sobrino y respirar el delicioso olor a nino pequeno se le encogio el corazon. Hasta aquel momento lo que Marc le habia contado era como una fantasia, pero entonces se hizo real.

Y, por primera vez en muchos anos, se puso a llorar.

El nino no respondio. Su expresion no cambio en absoluto y permanecia rigido entre sus brazos.

Tammy intento controlarse. Marc la miraba sin saber que hacer y la ninera… la ninera no debia tener mas de dieciocho anos.

Tampoco ella sabia que hacer, de modo que se dejo caer en un sillon para mirar de cerca a su sobrino. Henry la miro un momento y despues se volvio hacia la ventana

– ?Henry? -lo llamo ella.

– No responde cuando lo llamas por su nombre -dijo la ninera-. Solo tiene diez meses.

– ?Gatea?

– Si.

– Entonces deberia reconocer su nombre. Si gatea significa que se desarrolla de forma normal.

– Si, es muy avanzado -murmuro la ninera, con expresion indiferente.

– ?Dice alguna palabra?

– No, todavia no.

El pobre Henry parecia aburrido. Quiza si ella hubiera tenido que mirar una ventana durante meses…

– ?Juega con el?

– Claro -contesto la joven, con expresion ofendida.

– ?Ah, si? Pues a mi me parece que no.

– Oiga…

– Contratare a una buena ninera cuando estemos en Broitenburg -intervino Marc-. Encontramos a Kylie a toda prisa…

– O sea que Henry ha estado con Kylie o con la otra ninera desde que murieron sus padres -murmuro Tammy, acariciando los rizos del pequeno-. ?Ha estado con nineras desde que nacio?

– Me imagino que si. No lo se -contesto Marc suspirando.

– ?Lo sabe alguien? ?Alguien se ha preocupado de este nino? -le espeto ella, furiosa.

– Yo.

– ?Ha visto a alguien abrazando a mi sobrino? ?Alguien ha jugado con el, le ha leido cuentos? ?Alguien lo ha querido?

Marc no podia responder a eso.

– Cuando lleguemos a casa estara bien cuidado.

– No -dijo Tammy entonces-. Se acabaron las nineras. Si Lara me ha hecho su tutora, Henry esta en su casa. Se quedara en Australia, conmigo. Gracias por contarme toda esta… tragedia, principe… como se llame, pero no tiene que molestarse mas. Me lo llevo.

– Pero…

– Yo soy su tutora legal. ?Y los demas se pueden ir al infierno a partir de ahora!

Capitulo 3

TAMMY no soltaba al nino, como si temiera que Marc fuera a quitarselo. Iba por la habitacion guardando las cosas de Henry en una bolsa, sin mirarlo siquiera.

– ?Podemos hablar de esto? -pregunto Marc.

– No hay nada que hablar.

– No puede quedarse con el nino.

– ?Que no?

– No tiene dinero para mantenerlo.

Tammy se volvio hacia el, furiosa.

– No, no tengo dinero para vivir en un hotel tan caro. Pero si cree que esto es lo que necesita un nino, esta muy equivocado, Alteza. Henry no necesita dinero, ni nineras ni criados. Lo que necesita son abrazos, besos, alguien que lo quiera de verdad, que se preocupe por el… Y me temo que usted no esta preparado para eso.

– Si lo estoy.

– Ya, seguro.

– Espere un momento -dijo Marc.

– No quiero esperar.

– ?Lo ha pensado? ?Sabe lo que significa cuidar de un nino?

– Puedo hacerlo mucho mejor que usted.

– Pero no tiene dinero para criar…

– ?Quien dice que no lo tengo? -replico Tammy, echando un paquete de leche materna en la bolsa.

A su lado, Kylie miraba la escena con expresion de sorpresa.

– Esta claro que no tiene usted medios. Solo hay que verla para… -empezo a decir Marc.

Un error. Un terrible error. Tammy tomo un paquete de leche materna y se lo tiro a la cara. El paquete lo golpeo en el pecho, se rompio y lo cubrio de polvo blanco.

La accion dejo a todos sorprendidos. Incluso a ella.

– Lo siento. No deberia haber hecho eso.

– Era mi mejor uniforme -murmuro Marc. A Tammy le parecio que se le escapaba una sonrisa, pero no podia

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