– Jonas Lunn, si -te acercas a menos de medio metro de mi, gritare y saldre corriendo.
– ?Que? ?Tiene miedo de mi, doctora Mainwaring?
– dijo Jonas sonriendo con picardia.
– Si -repuso ella con franqueza. -No tienes por que tener miedo.
– Al contrario, tengo que tenerlo. Estas jugando con mi equilibrio y, a veces, pienso que mi equilibrio es todo lo que tengo para mantenerme cuerda. Asi que dejemonos de cosas personales y empecemos con mis cartas. -Si, senora.
Asi quedo zanjado el tema y el tuvo que olvidarse de que estaba sentado junto a la mujer mas deseable que habia conocido jamas y ponerse a trabajar.
Se preguntaba como conseguir que algun dia esa mujer se deshiciera la trenza solo para el.
Trabajaron durante dos horas seguidas, con tal ritmo que el monton de papeles disminuia por minutos. Cada vez que Em le decia a Jonas que se fuera a la cama, el agarraba una nueva carta. No debia dejar que lo hiciera. Pero el podia dormir al dia siguiente y la idea de terminar con el papeleo era demasiado atractiva.
De repente, Robby se desperto.
Era un bebe inquieto. La piel que se estaba cicatrizando le picaba y, a veces, se hacia dano al cambiar de postura en la cuna y se despertaba con un quejido. Pero no era un nino lloron y, despues de lloriquear un poco, se quedaba tranquilo en la cuna.
Era como si supiera que no tenia una madre que lo estrechara entre sus brazos y que, por lo tanto, no valia la pena llorar. Em no lo podia resistir. Se levanto, fue a buscarlo y lo llevo hasta donde estaba Jonas.
– ?Que le pasa? -pregunto Jonas, apartando los papeles. El trabajo les habia cundido bastante y tenia ganas de acostarse.
– No lo se -Em acuno al pequeno entre sus brazos y sus hermosos cabellos se balancearon brillando sobre sus hombros-. Ojala me lo pudiera decir, pero no puedes, ?verdad, carino? Esta mojado, pero eso no lo suele despertar. Pero como ya esta despierto… -lo puso sobre el sofa y comenzo a cambiarlo. Luego volvio a acunarlo. Al volverse, vio que Jonas la estaba observando.
– Desearia que no lo hicieras -se quejo, y el parpadeo.
– ?Que no hiciera el que?
– Mirarnos fijamente. Robby y yo no somos atracciones turisticas.
– Deberiais serlo. Tu eres preciosa -Em estuvo a punto de tirarle un cojin. Ese hombre era capaz de desconcertarla.
– No -dijo ella emocionada-. Robby es precioso y no Yo. ?Quieres tomarlo en brazos? -y antes de que Jonas pudiera decir nada, se lo habia dejado sobre las rodillas y se habia marchado hacia la cocina.
– Necesito un chocolate a aliente y supongo que tu tambien. Y le preparare otro biberon a Robby. Cuidalo mientras los preparo.
Era solo una excusa para apartarse de el. Para recuperar su equilibrio.
Jonas era tan distante…, pauso mientras estaba en la cocina. Ayudaria a Anna, pero luego saldria de nuevo de su vida. Y si le daba la oportunidad, le haria el amor y luego se marcharia sin volver la vista atras.
No era suficiente. El tenia que aprender que habia algo mas en la vida.
Que habia algo mas aparte de amar y ser necesitado. Tambien era necesario necesitar a alguien. Pero Jonas Lunn no necesitaba a nadie, No sabia lo que se estaba perdiendo.
Cuando Em regreso a la sala, Jonas habia adelantado mas trabajo. Robby estaba tumbado sobre sus rodillas haciendo gracias y tenia a Jonas anonadado.
Cuando Em regreso, Jonas levanto la vista disimulando que el bebe tambien le habia llegado al corazon.
– Es un bebe encantador. -Si, lo es.
– ?Por que dijiste que su tia no lo quiere tener? -Porque tiene tres hijos.
– Eso no me lo impediria dijo Jonas, y su voz cobro una fiereza que hizo parpadeos Em-. Quiero decir… si fuera el hijo de mi hermana.
– Claro -Em lo miro preguntandose si estaba siendo sincero. Miro a Robby, que estaba parloteando y tenia las manitas agarradas a las de Jonas.
Em penso que habia algo magico en el ambiente. -?Quieres que le de yo el biberon? -pregunto ella. -No, yo se lo dare. Termina tu chocolate. -El tuyo se va a enfriar.
– No importa -contesto Jonas.
Em se sento y, mientras sorbia su chocolate, observo la ternura con la que Jonas le daba el biberon a Robby.. Una vez mas sintio que su preciado equilibrio se le iba de las manos.
Hasta que se le fue para siempre, le gustara o no.
Al dia siguiente una ambulancia traslado a Anna hasta el hospital de Bay Beach. A su llegada, Em la examino y se cercioro de que le dieran los analgesicos necesarios. Aliviada, Anna se recosto sobre su almohada.
– Le dire a tu hermano que venga -dijo Em acariciandole la cabeza para tranquilizarla-. El viaje en ambulancia te habra despertado el dolor, pero ahora se te calmara. Si te parece bien, dentro de un ratito Jonas puede traerte a los ninos. Estan deseando verte.
– Y yo quiero verlos a ellos -susurro Anna-. Estoy tan contenta de que ya haya pasado todo…
– Lo estamos todos. ?Podrias llamar al doctor Lunn a la consulta? -Em le pidio a la enfermera que la acompanaba y miro el reloj-. Dile que Anna ya esta aqui. Que le he dado morfina y que dormira un par de horas, pero que despues puede traer a los ninos y yo me encargare de la consulta.
Em no vio a Jonas durante el resto del dia. Necesitaba tiempo para reflexionar. Estaba tan confusa que no podia casi concentrarse en su trabajo.
Cuando regreso a casa por la noche, Jonas no habia regresado con los ninos y Robby estaba solo con Amy.
«Quiza Jonas tambien necesita tiempo para reflexionar», penso Em con un asomo de amargura. Ese hombre habia despertado en ella tantos sentimientos que no deseaba, que ojala tambien el estuviera algo conmocionado.
Jugo un poco con Robby y luego lo llevo a dormir. Lo dejo al cuidado de las enfermeras del turno de noche y se marcho al hospital a hacer la ronda nocturna. Suponia que Anna estaria sola, pero se encontro con que Jonas estaba con ella.
Al verlo, se estremecio. Sus sentimientos volvian a estar en danza.
– ?Que has hecho con los ninos? -pregunto alzando las cejas, y luego le sonrio a Anna fingiendo indignacion-: ?Menuda ninera!
Jonas se indigno tambien.
– No los he abandonado. Jim los ha invitado a comer una pizza.
– ?Jim? -pregunto Em extranada-. ?Jim Bainbridge?
Se sorprendio gratamente cuando vio que la palida cara de Anna se tenia ligeramente de color. Bueno, bueno… Asi que Jim era correspondido.
– El se ofrecio -afirmo Anna a la defensiva- Y los ninos lo conocen. Vive al otro lado de nuestra valla trasera. El… -se sonrojo aun mas-. Vino a Blairglen, pero yo no quise verlo. Luego espero un par de horas aqui. Al final tuve que decirle que entrara a verme. Tenia tanto interes por ayudar en algo…
– Creo que ha sido una buena idea -afirmo Em. Tomo la ficha clinica de Anna para comprobar su evolucion y sonrio-. A veces hace falta ser muy valiente para aceptar la ayuda de alguien. A menudo, es mas facil dar que recibir.
Anna nego con la cabeza.
– No estoy acostumbrada a recibir.
– No se como lo habre adivinado -sonrio de nuevo-. Por lo que veo en tu ficha, estas evolucionando muy bien. No parece que el viaje hasta aqui te haya afectado demasiado. Parece que todo va bien, Anna. Ahora, te dejo con tu hermano.
Anna nego con la cabeza.
– Preferiria que Jonas tambien se fuera. Por favor… quisiera estar sola.
– Ella siempre quiere estar sola.
De regreso a la sala de estar del caseron, Jonas estaba dando zancadas como un tigre enjaulado.
– ?Diablos! ?Como puedo hacerle ver lo mucho que deseo estar cerca de ella?