Primero el panico. El miedo a que Sam se cayera al vacio, el temor a no resistir la incomodidad fisica de estar colgada en el arnes. Y la imprevista claustrofobia.
Luego, la sensacion de alivio al llegar a la superficie. Habia reaccionado llorando y llorando desconsoladamente, tanto que en cuanto Jonas se cercioro de que Sam estaba bien, se habia vuelto hacia ella y le habia recetado tranquilizantes y cama, sin admitir discusion alguna.
Em se dio cuenta de que deseaba llevarla a casa, pero Sam era quien mas lo necesitaba. Chris, el medico de la zona sur, tambien estaba alli, por lo que la colaboracion medica de Em no iba a ser necesaria.
Asi que alli estaba, sola y segura en su cama, y agradecida de esa soledad. Asi tendria tiempo para reflexionar sobre todas las cosas que se le agolpaban en la cabeza.
«Fantasmas», penso. Con el rumor de las olas le llegaban ecos del pasado, de su abuelo y de Charlie. Ellos le habian ensenado a amar el mar. Y a amar tanto a Bay Beach, que habia dedicado su vida a ser su unico medico.
Una nueva esperanza crecia en su interior. Quiza los sacrificios que habia hecho hasta entonces ya no serian necesarios.
«Jonas… ?Que habia dicho Jonas?»
– Nunca te dejare…
Penso que lo habia dicho solo para tranquilizarla. Habia sido solo un impulso del momento para consolarla.
«Robby… Piensa en Robby». Deberia levantarse e ir a ver como estaba su bebe.
?Por que no estaba alli con ella? Miro el reloj y se sorprendio. Las ocho de la manana. No podia ser.
Pero lo era. Habia dormido mas de veinticuatro horas. No habia nadie alli. Ni siquiera su perro Bernard. Solo el arrullo del mar, y ya no deseaba la soledad. Cuando se levantaba cuando alguien abrio la puerta. Era Jonas.
Pero era un Jonas distinto, mas ligero y mas joven, como un hombre al que han aliviado de una pesada carga. Su pelo rojizo brillaba con el sol de la manana y sus ojos verdes centelleaban. Estaba limpio y arreglado, a anos luz del hombre que Em habia visto el dia antes.
Su Jonas…
El miro a su alrededor y al verla despierta sonrio de alegria. Entonces, antes de que Em pudiera articular palabra, cruzo la habitacion y la estrecho entre sus brazos.
– Mi Em…
La mantuvo apretada contra su pecho, como si estuviera reivindicando que era suya.
?Estaba sonando? Seguramente. «Mi Em». Lo habia dicho en un susurro, y ella se sintio insegura y se aparto.
Fue asi como se dio cuenta de que no estaba sonando. Tenia todos los musculos doloridos. El haber estado colgada del arnes tanto tiempo le habia causado innumerables magulladuras. Ademas, mientras la sacaban del pozo, se habia golpeado varias veces contra las paredes.
Jonas vio las muecas que ella estaba haciendo.
– ?Que te pasa? ?Algo que se me ha escapado?
Em recordo que la habia examinado cuando salio del pozo. Recordo sus manos recorriendole todo el cuerpo, comprobando que no se hubiera roto nada durante la subida, que habia resultado mucho mas dificil que el descenso. Se habia balanceado. No habia podido evitarlo, y se habia golpeado varias veces contra las paredes. Pero estaba muy debil y no quiso esperar a que ensancharan el punto en el que se habia encajado Sam para que pudieran sacarla por el tunel paralelo.
Ya no importaba, y sonrio tranquila. Solo eran magulladuras. Lo que estaba ocurriendo en ese momento era mucho mas importante. ?Como la habia llamado?
Mi Em…
– Estoy bien -mintio, y miro a Jonas con ojos sonadores-. ?Que has dicho?
– ?Que te pasa? -dijo evitando mirarla. -No. Antes de eso.
?Antes de eso?
– Dijiste: «Mi Em».
– Si. -el tono de su voz era de triunfo. La abrazo de nuevo y la beso en la cabeza-. Si. Dije «Mi Em».
– Ah… -eso era maravilloso.
– Tu pelo esta lleno de polvo -dijo dulcemente, volviendola a besar-. Necesito deshacerte la trenza.
– Puedes cortarmela, si quieres. No me importa. -?Emily! Eso seria un sacrilegio -dijo con un gesto que fingia indignacion, pero Em vio que habia algo mas. ?Seria amor? Era amor. Jonas le tomo la cara entre las manos y la miro a los ojos.
– ?Sabes que quiero casarme contigo? -pregunto con,ternura -. Lo sabes, ?verdad, amor mio? El corazon de Em casi dejo de latir.
– Ya me lo habias dicho antes -susurro.
– Si, pero por unos motivos equivocados.
– ?Asi que ahora tienes otros motivos?
– Digamos que siempre los tuve, pero que era demasiado estupido para verlos. Queria casarme contigo porque creia que tu y Robby me necesitabais. Era un buen motivo, pero no me di cuenta de que yo te necesitaba aun mas.
– Ya veo…
– Pobre amor mio. Todavia estas extenuada. No es justo que ahora te diga esto -estiro la mano hacia la trenza, le quito la goma y, muy despacio, comenzo a deshacerla.
Era una sensacion maravillosa y tan sensual que Em deseaba gritar de placer.
O abrazar a Jonas y…
?Sabes? Sam esta bien.
– ?Sam? Ah, si -asintio. Se habia asegurado de ello antes de tomarse los tranquilizantes. Era un chico duro.
– Tiene un brazo roto. Chris y yo se lo colocamos anoche. Tambien tiene un hematoma muy grande y varias rozaduras, No parece haber dano interno, aunque esta conmocionado. Ahora esta durmiendo y Anna esta con el. Se quedo junto a el en el hospital y aun esta alli.
– Anna… -eso la hizo volver a la realidad. Miro el reloj-. Anna tenia que empezar la radioterapia hoy - consiguio decir-. ?Alguien se ha acordado de cancelar su cita?
– Siempre de guardia -Jonas se reia de ella. Iba deshaciendo la trenza con la ternura de un amante-. En realidad, hemos aplazado la radioterapia unos tres meses. Han pasado muchas cosas mientras dormias, amor mio.
Amor mio. Ese apelativo le gustaba. Pero tenia que concentrarse en Anna.
– ?Por que? -pregunto, y se estremecio de placer cuando las manos de Jonas le llegaron a la nuca.
– Ha decidido someterse primero a quimioterapia.
– No lo entiendo -dijo. El sonrio con una sonrisa que parecia una caricia.
– Yo tampoco estoy seguro de entenderlo del todo. Solo se que Anna y jim llevaron a Sam al hospital, y estan todavia sentados uno al lado del otro, dandose la mano. Se han hecho promesas que Anna nunca penso que podria hacer, y ha decidido aceptar la quimioterapia.
– Pero, ?por que?
Donas sonrio de satisfaccion.
– Anna dice que ahora tiene muchas posibilidades en su vida y quiere aumentarlas al maximo para poder vivir hasta los cien anos. Aunque tenga que depender de toda la ciudad. Porque… -la voz de Jonas se quebro por la emocion. Agarro las manos de Em entre las suyas-. Porque, como yo, se ha dado cuenta de que la dependencia es de doble sentido. Al ver la cara de Jim mientras luchaba por salvar la vida de su hijo, se dio cuenta de lo mucho que a el le importan ella y sus hijos, y desea disfrutar de ese amor.
– ,?Tanto como para renunciar a su independencia?
– La independencia no vale tanto como dicen. Ni para Anna, ni para mi. Al igual que ella, he estado persiguiendola durante mucho tiempo y, de repente, me he dado cuenta de que no es tan maravillosa.
– ?Por que? -Em no podia casi respirar de la emocion.
– Porque no funciona. Yo estaba contento de que Anna contara conmigo, de que Robby y tu, y hasta tu perro