Andrew es un hombre estupendo.

Jack se quedo mirandola.

– ?Andrew?

– El hombre con el que llevo un tiempo saliendo. Y parece que las cosas van en serio.

Jack no recordaba haber leido nada acerca de un tal Andrew. ?Por que no habia sido informado?

– ?Como de «en serio»? -pregunto el, escuchando el sonido de un autobus acercandose a la casa.

– Probablemente me case con el -dijo Meri saliendo de la cocina-. ?Oyes eso? Ya estan aqui.

?Casarse con el?

Antes de que pudiera reaccionar, se encontro siguiendola hasta la entrada de la casa. Una furgoneta se detuvo frente al porche y la puerta se abrio.

– ?Quien esta aqui? -pregunto, pero Meri no lo escuchaba.

Ella salto y luego se lanzo a los brazos de la primera persona que se bajo del autobus. Era delgado, bajo y llevaba unas gafas de gruesos cristales. Nada en el resultaba atractivo y al instante Jack deseo matarlo.

– ?Has llegado! -dijo Meri abrazandolo otra vez-. Te he echado mucho de menos.

El hombre se zafo de su abrazo.

– Ha pasado solo una semana, Meri. Necesitas salir mas.

Ella rio y luego se giro hacia la siguiente persona y le dio la bienvenida con el mismo entusiasmo. Al parecer, ninguno de aquellos era Andrew.

Meri dio la bienvenida a los ocho visitantes con el mismo entusiasmo, antes de regresar junto a Jack.

– El es Jack. Jack, ellos son mi equipo.

– ?Equipo para que?

– ?Me creerias si te dijera de polo?

A juzgar por sus palidos rostros y sus penetrantes miradas, podia adivinar que ninguno de ellos habia visto un caballo mas que en peliculas.

– No.

– Claro que no. Este es mi equipo de combustible solido. Estamos estudiando la forma de que resulte menos contaminante y mas eficaz. Hay una explicacion mas tecnica, pero no quiero marearte.

– Te lo agradezco. ?Que estan haciendo aqui?

– No temas. No todos se quedaran en la casa, tan solo Colin y Betina. Los demas se quedaran en hoteles cercanos.

A Jack no le gustaba la idea de tener mas gente a su alrededor. Necesitaba concentrarse en el trabajo. Claro que si Meri se distraia con sus amigos, no seria un problema para el.

– ?A que han venido?

– A trabajar. No puedo salir de aqui, asi que han venido -dijo y, acercandose a el, anadio en voz baja-: Se que te resultara dificil de creer, pero es un grupo muy divertido.

– Me lo imagino.

Meri se acerco a la mujer mas madura del grupo, la rodeo con su brazo y la acompano.

– Jack, ella es mi amiga Betina. Tecnicamente, ella es el enlace entre el equipo y el mundo real. Es mi mejor amiga y la razon por la que soy tan normal.

Jack miro a la mujer y se pregunto cuantos secretos de Meri conoceria.

– Encantada de conocerte -dijo el estrechando la mano de Betina.

Betina sonrio.

– Encantada de conocerlo por fin.

?Por fin?

Meri sonrio.

– ?No te lo dije? -dijo Meri dirigiendose a Betina.

?Decirle el que? Pero antes de que Jack pudiera preguntar, el grupo entro en la casa. El se quedo en el porche, preguntandose como demonios su vida estaba fuera de control.

Meri se sento con las piernas cruzadas en mitad de la cama, mientras su amiga deshacia la maleta.

– Es muy guapo, admitelo.

Betina sonrio.

– Lo es, si te gustan altos, morenos y fuertes. No le ha gustado mucho nuestra llegada.

– Si, lo se. No le avise de que veniais. Ha sido fabuloso. Me habria gustado que vieras su cara cuando le dije por que estabais aqui. Fue justo despues de que le dijera que iba a casarme con Andrew, asi que el momento era divertido por dos motivos.

Betina saco sus cosmeticos y los llevo al cuarto de bano.

– Sabes que no vas a casarte con Andrew. Estas atormentando a Jack.

– Es divertido y necesito entretenerme -dijo Meri dandose la vuelta sobre la cama-. ?Por que no iba a atormentarlo? Se lo merece. Se porto mal conmigo.

– Estaba en la universidad. A esa edad los hombres no tienen sensibilidad emocional. De hecho, creo que no la tienen a ninguna edad. Pero la cuestion es que le abriste tu alma y tu corazon, pero el no reacciono bien. Estoy de acuerdo en que se merece un castigo, pero estas yendo muy lejos. Esto es un error, Meri.

Meri queria a Betina como a una hermana, a veces como a una madre. Solo las separaban doce anos, pero en cuanto a experiencias de la vida, anos luz.

Betina habia sido la asistente del director del primer proyecto en el que Meri habia trabajado.

– ?No tienes sentido del humor? -le habia preguntado Betina a la segunda semana de empezar a trabajar en aquel laboratorio-. No me importa lo brillante que seas, es necesario tener sentido del humor para cualquier relacion profesional.

Meri no habia sabido que responder en aquel momento. Tenia dieciocho anos y estaba aterrorizada de vivir sola en una ciudad extrana. El dinero no habia sido ningun problema. El laboratorio la habia contratado con un sueldo mas alto del que nunca habia pensado en ganar. Ademas, tenia el fondo familiar. Pero habia pasado el ultimo tercio de su vida en la universidad. ?Que sabia de amueblar un apartamento, comprar un coche y pagar facturas?

– No se si se me puede considerar divertida -habia contestado Meri con sinceridad-. ?Y el sarcasmo no cuenta?

Betina sonrio.

– Querida, el sarcasmo es lo mejor.

Desde entonces, surgio la amistad.

Por aquel entonces. Betina tenia treinta anos, ya llevaba una decada viviendo sola y le habia insistido en comprar un apartamento en una buena zona de Washington D.C.

Habia cuidado de Meri despues de sus dos operaciones, le habia ofrecido sus consejos en moda, en asuntos de amor y le habia conseguido un entrenador personal para ayudarla a estar en forma.

– ?Por que es un error vengarme? -pregunto Meri mientras su amiga acababa de deshacer las maletas-. Se lo ha ganado.

– Porque no lo has pensado bien. Vas a meterte en problemas y no quiero que eso te pase. Tu relacion con Jack no es lo que piensas.

Meri fruncio el ceno.

– ?Que quieres decir? Soy consciente de mis sentimientos hacia Jack. Perdi la cabeza por el y el me hirio, y por eso he sido incapaz de olvidarlo. Si me acuesto con el, me dare cuenta de que no es tan especial despues de todo. Lo bueno es que se quedara deseando tener mas.

Betina se sento a su lado y le acaricio su corto cabello.

– Odio viajar. Me quedo hinchada -dijo, y respiro hondo antes de continuar-. No perdiste la cabeza por Jack. Estabas enamorada y todavia lo estas. Tienes una conexion emocional con el, aunque te cueste admitirlo. Acostarte con el tan solo te hara sentirte mas confusa. El problema de tu plan es que la persona que acabara deseando mas, seras tu.

Meri se sento y tomo las manos de Betina.

– Te quiero y te admiro, pero estas equivocada.

– Eso espero, por tu bien.

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