salvo.

Despues, sintio una punzada extrana en el pecho. Era una sensacion nueva, que no reconocia y que desestimo de inmediato. Pero estaba alli.

Fayza Saint John llego a la manana siguiente, justo a tiempo de asistir a su reunion con Kayleen. Era una veterana del departamento de protocolo, donde llevaba quince anos, y se lo hizo saber en cuanto empezaron a hablar.

– Yo me encargare de organizar la boda -le informo.

Kayleen la miro y penso que todo en ella era delgado: su cuerpo, su cara, sus piernas y hasta su pelo. Vestia de forma muy elegante, aunque un poco agresiva, y supo que ya se habria dado cuenta de que la ropa que ella llevaba era barata y de poca calidad.

– Usted sera nuestra primera novia en muchos anos -continuo Fayza-. La princesa Lina fue la ultima por supuesto… pero sabiamos que este momento llegaria hemos estado haciendo preparativos por adelantado Comprendo que tendra que tomar algunas decisiones en persona, pero casi todos los detalles de la boda se decidiran en mi despacho. Tenga en cuenta que no solo sera el dia mas feliz de su vida, sino tambien una cuestion de Estado. ?Alguna pregunta?

Kayleen sacudio la cabeza.

– Obviamente, no podemos empezar a trabajar en serio sin saber el dia de la boda. El rey ha dejado caer la posibilidad de que sea en primavera.

– Ya veo.

– Se podria anunciar oficialmente despues de las navidades.

– Me parece bien.

– Asi tendremos tiempo suficiente, aunque creame, no nos va sobrar. Empezara a trabajar inmediatamente con mi equipo. Es importante que aprenda las tradiciones y la cultura de El Deharia… tendra que recibir clases de lengua, etiqueta, relaciones institucionales y otras muchas cosas que no se me ocurren ahora. Ah, y necesito que me haga una lista con sus invitados para la celebracion. Supongo que querra invitar a su familia…

– ?No podriamos tener una boda sencilla e intima?

Fayza rio.

– Asad es un principe, querida. Y el primero de los hijos del rey que se casa. Me temo que van a salir en la portada de todos los periodicos del mundo.

– ?Y si yo no quiero?

– Lo siento, pero sera el acontecimiento social de la temporada. De todas formas, intentaremos que la cantidad de invitados no se nos vaya de las manos. Mas de quinientos seria una pesadilla.

– Quinientos… -repitio.

Kayleen camino hasta el balcon para tomar aire. No habia pensado en las implicaciones practicas de casarse con Asad. Pero si iba a ser su esposa, tendria que acostumbrarse.

– Bien, ?que me dice de su familia? ?Cuantas personas seran?

– No estoy segura de tener familia.

– En tal caso, lo arreglaremos mas tarde. De momento, tendra que tener mas cuidado cuando salga de Palacio. Debe ir siempre en compania, preferiblemente del principe Asad o de la princesa Lina. Si ninguno de ellos esta disponible, le pondremos un guardaespaldas personal. Ya tiene uno en el coche que llevara a las ninas al colegio… Ah, y no se permite que este a solas con ningun hombre que no sea de Palacio. Ni siquiera los amigos. Solo con hermanos y tal vez primos, en su caso.

– Eso no sera un problema.

– No haremos el anuncio oficial hasta dentro de unos meses. Dudo que la prensa se entere antes, pero es conveniente que no lleve el anillo de compromiso fuera de Palacio. Comportese con naturalidad y no llame la atencion.

Kayleen asintio, pero ya no estaba escuchando. Miro la jaula del jardin, donde estaban las palomas que habia soltado unos dias antes y vio que ya habian vuelto. La puerta estaba abierta, pero no intentaban huir.

Recordo las palabras del rey y se dijo que no podian escapar a su destino. Estaban atrapadas. Como ella.

Capitulo 10

– No estoy durmiendo nada -protesto Lina en un banco de los jardines.

– Gracias, mujer…

Tardo un momento en comprender lo que Hassan habia querido decir.

– Vale, vale… -dijo, sonriendo-. Tu eres parte de mi cansancio, pero no la totalidad. Hacer de Celestina es un trabajo duro y me siento un poco culpable. Yo empece todo este asunto. Yo los junte.

– Los presentaste y luego saliste de escena. Tu no los metiste en una habitacion ni los animaste a intimar, por asi decirlo. Eso es cosa suya.

– Si, tienes razon, pero lo planee yo. Pense que Kayleen seria la mujer adecuada para Asad y decidi que en el fondo no deseaba encerrarse en un convento. Pero, ?que pasara si me equivoque? Tal vez haya destruido sus vidas…

Hassan se inclino hacia ella y la beso.

– Te preocupas demasiado.

– En eso soy muy eficaz.

– Pues no es un don que debas cultivar, carino.

– No pretenderas que cambie, ?verdad?

– Ni mucho menos.

– Me alegro. Pero espero haber hecho lo correcto con ellos.

– Claro que si. Asad le propuso que se casaran y ella acepto. Ahora estaran juntos mas tiempo y hasta es posible que se enamoren…

Lina sabia que Hassan solo intentaba animarla, pero no lo consiguio.

– Bueno, es evidente que no me estas haciendo ningun caso -protesto el.

Ella rio.

– Ni tengo por que. Te recuerdo que aqui no eres el rey. Solo eres mi invitado.

– Y me encanta serlo. Me divierto tanto contigo que la idea de volver a mi pais se me hace insoportable. Pero debo hacerlo.

– ?Por que? Tienes muchos hijos. Que se encarguen ellos.

– Y lo hacen en mi ausencia, pero la responsabilidad ultima es mia. Ademas, debo pensar en mi gente. No quiero que piensen que los he abandonado.

– Es verdad, tienes razon -declaro ella-. Pero se que te voy a echar de menos.

– Y yo a ti -dijo, apretandole una mano-. Supongo que pecaria de pretencioso si te pido que vengas conmigo a Bahania…

– ?De visita?

El sonrio.

– No, mi amor, no precisamente de visita. Eres un regalo inesperado en mi vida, y dudo que me vuelva a enamorar si te pierdo… Tu belleza, tu inteligencia y tu perfeccion fisica me fascinan. Me has hechizado y quiero estar siempre contigo. Te amo, y me sentiria profundamente honrado si aceptaras ser mi esposa.

Kayleen se detuvo en seco. Habia salido a pasear por los jardines y la casualidad habia querido que cuchara la declaracion del rey Hassan a la princesa Lina. Pero era una situacion tan evidentemente intima que busco una salida a su alrededor para no interrumpirlos.

Hassan volvio a hablar en ese instante.

– No esperaba que lloraras, Lina…

– Son lagrimas de alegria. Estoy locamente enamorada de ti, pero tampoco habia imaginado que volveria a enamorarme.

– Entonces, ?seras mi reina?

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