– ?De quien es este palacio? -le pregunto, intentando buscar un tema de conversacion.
– Mio. Pertenecio a mi tia, que me lo dejo al morir.
– Aqui es donde viniste despues de que nos casaramos -dijo ella, encajando las piezas del pasado.
– Necesitaba estar aqui para su funeral, y luego tuve que arreglar sus asuntos -perdio la mirada en el vacio, como si pensara en un tiempo muy lejano-. Mi tia y yo estabamos muy unidos. Mis padres se querian el uno al otro mas que a sus hijos. A mi hermano Jefri no parecio importarle, pero a mi si -se encogio le hombros-. Cuando las cosas se ponian dificiles, mi tia estaba aqui para mi.
Palabras simples, penso Emma, pero que arrastraban un profundo dolor. Podia imaginarse a un principe joven y solitario, creciendo con todos los privilegios imaginables, pero sin afecto. La mujer que habia llenado el hueco de sus padres siempre tendria un lugar especial en su corazon. No era extrano que su perdida lo hubiese afectado tanto.
– Lo siento -dijo con voz amable-. Ojala hubiera sabido por lo que estabas pasando.
– No habria supuesto ninguna diferencia -dijo el, tomando un sorbo de cafe-. Nunca te habria permitido consolarme.
– ?Por que no?
El esbozo una media sonrisa.
– Soy el principe Reyhan de Bahania. No necesito el consuelo de nadie.
– Entiendo -dijo ella, inclinandose hacia el-. ?Y quien se supone que puede aceptar eso?
– Tu lo aceptabas.
– Tienes razon. Es algo que una cria se puede creer. Pero yo ya no soy esa nina inocente.
El la miro a los ojos.
– Ayer fuiste muy valiente.
– En el fondo, no. Al principio estaba furiosa por haberme dejado atrapar. Sabia que intentarian conseguir un rescate por mi. No lo consiguieron, ?verdad?
– No. Pudimos cancelar la transferencia a tiempo. Mi jefe de seguridad tenia un plan para recuperar el dinero incluso si la transferencia se hubiese realizado. Pero, si hubiera sido necesario, habria pagado lo que fuera.
– ?En serio? -pregunto ella. No se sentia sorprendida, pero si muy complacida.
– Eres mi mujer, Emma. No podia permitir que te hicieran dano.
Ella no se sentia como su mujer. No se sentia como otra cosa que exceso de equipaje.
– Gracias por salvarme la vida -dijo el.
– Gracias por salvarme tu la mia.
– Estamos en paz, lo cual es mejor que no estar en deuda -sonrio. Tu visita a Bahania no deberia haber supuesto ningun peligro. Despues de esta experiencia debes de estar ansiosa por volver a Dallas. Mucho menos de lo que el se creia, penso ella.
– Hay cosas de aqui que echare de menos -respondio. Sobre todo a el, anadio en silencio. La sonrisa de Reyhan se borro de su rostro.
– Siento haberte hecho dano cuando estabamos en el palacio.
Cuando la rechazo, recordo ella. Cuando le dio la espalda y no quiso hacer el amor.
– Si, bueno, no tiene importancia.
– No te creo -dijo el-. Si tuvo importancia. Para los dos. Hay cosas que no entiendes.
– Entonces explicamelas.
Reyhan se volvio a mirar por la ventana.
– Hay una leyenda segun la cual el manantial que fluye bajo esta casa es el resultado de una agonia. Un joven se perdio en el desierto y estuvo vagando durante dias. Casi se habia quedado sin agua cuando encontro una planta que florecia en solitario. Impresionado por la belleza de la flor, vertio sus ultimas gotas de agua en las hojas para darle una vida mas larga. En agradecimiento, la flor se convirtio en una hermosa mujer. Hicieron apasionadamente el amor, pero por la manana el joven murio de sed. La mujer lloro desconsoladamente, y de sus lagrimas nacio un rio -se volvio hacia Emma-. Este jardin es un homenaje a los dos. Algunas de sus plantas se remontan a cien anos atras.
– Es una historia muy triste.
– Es una leccion. Tenemos que prestar atencion a lo que importa. La mujer poseia poderes magicos. Podria haber ayudado primero al joven. Pero en vez de eso tomo lo que queria y como resultado lo perdio.
Emma nego con la cabeza.
– Yo creo que la leccion es que debemos aprovechar, cualquier amor que encontremos todo el tiempo que lo tengamos.
– Quiza tengas razon -dijo el, poniendose en pie-. El agua caliente debe de estar lista ya. Duchate tu primero.
Por muy tentadora que le pareciese una ducha, Emma tenia otras ideas. Tal vez fuera una estupidez arriesgar su corazon, pero queria tener otra oportunidad con el.
– No tienes que dejar que me vaya, Reyhan.
El se puso visiblemente rigido y no se giro para mirarla.
– Si, tengo que hacerlo.
– ?Por que? ?Quien es esa otra mujer con la que piensas casarte? ?Que te dara ella que yo no pueda darte?
– Tranquilidad de espiritu.
Capitulo 14
Despues de ducharse, Emma decidio explorar el resto del palacio. Reyhan estaba en la biblioteca, y despues del criptico final de la conversacion, ella no estaba segura de que quedaba por decir entre ellos.
Tenia miles de preguntas, pero eso no era nada nuevo. Las habia tenido desde el principio. ?Por que se habia casado con ella y por que habia seguido casado? Preguntarle por que tenia que casarse con otra mujer para conseguir paz de espiritu no era la primera de sus prioridades.
Subio a la segunda planta y exploro las asombrosas habitaciones. Habia una enorme sala que debia de ser un salon de baile, una especie de sala de estar y cuatro dormitorios que rivalizaban en lujo y elegancia con el palacio rosa de la capital.
Aun no teniendo ningun conocimiento sobre antiguedades, Emma reconocia la belleza de los muebles tallados y los ribetes dorados de las sillas. Habia aparadores, armarios y camas de columnas con escalones y altos colchones. Las paredes estaban cubiertas de bellisimos murales. En un dormitorio encontro un carruaje y seis caballos, todo hecho de cristal. En otra, una coleccion de soldados de madera.
En la tercera planta habia habitaciones mas espartanas, salvo la habitacion redonda que ocupaba una torre. Los cristales tintados de las ventanas proyectaban un arco iris en el suelo de marmol. La habitacion estaba completamente vacia, salvo por un escritorio con una funda en el medio.
Emma se acerco con curiosidad y abrio el estuche. Cuando vio el contenido, se quedo sin respiracion.
Eran fotos. Docenas de fotos. Todas de una mujer joven. En algunas estaba riendo, en otras estaba seria. A veces miraba a la camara, otras escondia el rostro. Una habia sido tomada mientras dormia.
Emma sintio que el corazon se le encogia cuando se reconocio a si misma en las fotos, mucho mas joven. Reyhan se las habia sacado mientras estaban saliendo y despues de haberse casado.
Bajo las fotos habia algunos recuerdos de sus citas, todas las notas que ella habia escrito… y varios informes de una agencia de detectives. Reyhan la habia contratado para seguirle la pista durante los primeros meses que estuvieron separados. Obviamente habia querido saber que ella estaba bien. Unas cuantas fotos habian sido incluidas en los informes, y estaban tan desgastadas como las paginas del dossier.
– No lo entiendo -susurro. ?Por que habia hecho eso Reyhan? ?Por que lo habia conservado todo?
Si hubiera sido cualquier otro hombre, Emma habria pensado, y esperado, que se preocupaba de ella. Pero no. Era el principe Reyhan de Bahania, y no se permitia sentir preocupacion ni afecto por nadie.
?O quiza si? Emma se sento en el suelo y examino detenidamente los informes. Reyhan era orgulloso. No entregaba su corazon facilmente. ?Acaso habia sentido algo por ella y ella no habia entendido la profundidad de