Billie tenia el bolso en una mano y la copa de champan en la otra. Durante un segundo horrible, penso que quiza tenia que agacharse o hacer una reverencia. No sabia que se esperaba de ella. Pero entonces Murat se inclino hacia ella y le dio un suave beso en la mejilla.

– Bienvenida, senorita Van Horn. Mi hermano se ha quejado largo y tendido sobre su dominio de los cielos pero no ha dicho nada de su excepcional belleza.

Cualquiera habria imaginado que el beso del atractivo principe heredero que algun dia se sentaria en el trono del reino tendria algun efecto en ella. Sin embargo no fue asi. Ni se le acelero el corazon ni le temblaron las rodillas. La reaccion era exclusivamente con Jefri, asi que no podia ser solo por el rollo del principe guapo, rico y con palacio. Billie decidio archivar la informacion para analizarla mas tarde.

– A los hombres no suele gustarles que les gane una mujer-dijo ella, con una sonrisa-. Es una cuestion de vanidad. No me lo tomo a titulo personal.

– Billie esta convencida de que nunca le ganare. Pero pronto le demostrare lo contrario.

Murat miro de uno a otro.

– No la veo muy preocupada, hermano. Sera mejor que te conformes con superarla en otras cosas.

En ese momento el rey entro en el comedor junto a una mujer embarazada y lo que Billie tomo por otro guapo principe de la familia.

– Quiza mi hermano tenga razon y deba buscar otro tipo de victorias contigo -le susurro Jefri al oido.

Sus palabras, combinadas con el calido aliento en la nuca, la estremecio.

– Venid, os presentare a nuestro ultimo tesoro -dijo el rey, llevando a la pareja hacia ellos-. Billie, mi hijo Reyhan y su bella esposa Emma.

Ahora Billie tenia el asunto del bolso y la copa de champan bajo control. Tenia el bolso sujeto bajo el brazo, por lo que ahora pudo estrechar sin problema la mano de los dos recien llegados.

– Bienvenida -dijo Reyhan.

– ?De verdad eres piloto de caza? -pregunto Emma.

– Alla arriba no hay quien la supere -comento Jefri, respondiendo por ella.

– Increible- Emma sonrio-. Te habia imaginado mas… masculina. Pero podrias ser actriz de Hollywood o cantante de pop.

Billie sonrio.

– Gracias. Solo soy una chica normal y corriente. Durante un tiempo intente imitar a mis hermanos, pero nunca me gusto y al final decidi cambiar las botas de militar por los tacones.

– Es facil de imaginar -le susurro Jefri al oido.

Murat volvio con un whisky para su hermano y lo que parecia un vaso de agua con gas para Emma.

– ?Que te parece Billie? -pregunto a su hermano-. ?Verdad que es intrigante?

Jefri dio un paso y se puso entre Billie y Murat.

– Es mi invitada.

Billie sintio un ligero escalofrio. ?Acaso estaba advirtiendo a su hermano que la consideraba suya? ?Acaso la veia como algo mas que una instructora de vuelo?

Un momento despues entro otra pareja, una de las princesas acompanada por una joven rubia que cuando vio a Billie solto un gritito.

– Eres estadounidense. Si. Podemos estar juntas mientras estes aqui. Yo me llamo Cleo. De las cuatro mujeres de la familia, soy la unica que vive en palacio -explico, y dio un codazo a Emma-. Tu no estas nunca, ni tampoco Zara y Sabrina.

El acompanante de Cleo, el principe Sadik, suspiro.

– Me temo que has confundido y asustado a nuestra invitada.

– ?Te he asustado? -pregunto Cleo.

Billie se echo a reir.

– No, solo confundido. ?Que mujeres? ?Quienes son Zara y Sabrina?

– Sera mejor que pasemos a la mesa y lo aclaremos todo -dijo el rey-. Billie, tu puedes sentarte a mi lado.

Y asi fue como Billie se encontro junto al rey de Bahania y rodeada de principes y princesas.

– Bien, a ver si lo he entendido -dijo, mientras tomaba la sopa-. Sabrina y Zara son princesas por nacimiento.

El rey asintio.

– Pero Zara no supo que era su hija hasta el ano pasado. Y Cleo y Emma son estadounidenses casadas con sus hijos.

– Asi es.

– Muy complicado -dijo ella, mientras metia discretamente una loncha de carne en la bolsa.

– Pronto aprenderas quien es cada uno -dijo el rey-. Solo tienes que recordar que mis hijos sienten debilidad por las mujeres estadounidenses.

– Muy interesante.

Billie miro a Jefri, preguntandose si el tambien entraba en ese mismo grupo.

– He conocido a uno de tus hermanos -dijo el rey-. ?Cuantos tienes?

– Tres. Yo soy la unica chica, y la pequena.

– Igual que Sabrina -dijo Cleo -. A la pobre sus hermanos le han hecho la vida imposible. ?Y a ti?

– Mi madre siempre decia que daban muchisimo trabajo.

– ?Que opina ella de tu trabajo? -pregunto Jefri.

– Murio cuando yo tenia once anos. No se si le gustaria la vida que llevo, pero si se que queria verme feliz.

– ?Tu padre volvio a casarse? -pregunto el rey.

Billie sacudio negativamente la cabeza.

– Viajamos mucho por motivos de trabajo. De nina yo me quedaba en casa con mi madre, pero cuando esta murio empece a viajar con ellos por todo el mundo. Por suerte, eso me procuro una educacion de lo mas eclectica.

Y tambien no tener raices ni un hogar propiamente dicho.

Si le hubieran preguntado, Billie habria tenido que decir que la familia real no era en absoluto aburrida ni estirada ni arrogante, sino todo lo contrario. Despues del completo interrogatorio al que fue sometida, el resto de la velada paso entre risas, conversaciones y bromas, al igual que en la mayoria de las familias. Cierto que la cuberteria era de oro, pero el resto de la cena habia sido sorprendentemente normal.

Mas tarde, probablemente por el exceso de champan, los nuevos aposentos o una velada perdida en la oscura mirada de Jefri, Billie no podia dormir. Dejo a Muffin roncando suavemente y, poniendose una bata, salio al salon y abrio la puerta que daba a la terraza. Salio al exterior y se apoyo en la barandilla.

La luna brillaba en el cielo y lanzaba rayos de luz sobre las aguas tranquilas del mar. En el aire flotaban olores y fragancias que le eran desconocidos, pero que siempre le recordarian a Bahania.

– La buena vida-dijo con una sonrisa, apoyandose en la barandilla y contemplando los jardines-. No creo que nada pueda superar esto.

Retazos de sombras aparecian y desaparecian entre los arbustos. «Los gatos», penso. Sin duda de caza en oscuridad de la noche. ?Por que los consideraban aceptables como mascotas? No eran mas que frios asesinos.

– ?Que te tiene tan preocupada? -dijo Jefri, saliendo de la oscuridad y apoyandose junto a ella en la barandilla.

La repentina presencia masculina la sobresalto. Fugazmente recordo que iba en camison, aunque se dijo que en el traje de noche que habia lucido en la cena habia ensenado mucho mas.

– Los gatos -dijo ella, senalando hacia los jardines.

Jefri se echo a reir.

– Te protegere de todo el que intente atacarte – dijo, y miro su alrededor-. ?Donde esta Muffin?

– Durmiendo.

– Bien.

La rozo ligeramente con el hombro.

– ?Te ha gustado la velada con nosotros? -pregunto.

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