– Tu querias tener hijos.

– Me sorprende que te acuerdes.

Jack se encogio de hombros.

– Si, recuerdo que tu decias que con dos era suficiente y yo decia que queria cuatro -rio Samantha-. Vance y yo hablamos mucho de ese tema, lo dejamos muy claro antes de casarnos. Los dos queriamos tener hijos. Incluso habiamos elegido ya los nombres.

– ?Y cambio de opinion?

– Me mintio. Me deje enganar, ?sabes? Me dijo que preferia no tenerlos inmediatamente, que era mejor disfrutar de nuestro matrimonio un poco antes de lanzarnos. A mi me parecio bien, pero, transcurrido un tiempo prudencial, decidi que habia llegado el momento de ponernos manos a la obra. Siempre que se lo decia, el encontraba alguna excusa. Al final, consegui que accediera y no paso nada. Pasaron los meses y, al final, me fui a ver al medico. Me hicieron pruebas y me dijeron que estaba perfecta, que podia tener hijos. Cuando le toco a el el turno, se nego a ir. Al final, me conto la verdad. Se habia hecho la vasectomia despues de que naciera el mas pequeno de sus hijos. Me habia mentido.

– Madre mia, lo siento mucho -dijo Jack sinceramente.

– Yo, tambien -contesto Samantha acariciando a Charlie-. Me puse furiosa, pero, sobre todo, me dolio mucho. No entendia entonces y sigo sin entender por que no me conto la verdad desde el principio. Hubiera sido mucho mas facil.

Desde luego, la manera de actuar de su ex marido no era facil de entender.

?Por que mentir sobre algo que, al final, se va a saber? ?Por que casarse con Samantha cuando tenia muy claro que ella queria tener hijos y el, no?

– ?Y que te dijo?

– No mucho. Eso fue lo peor. Nunca se hizo responsable de sus actos. Para el, no ha hecho nada mal. Enterarme de la verdad, me hizo ver que Vance no era el hombre especial que yo creia -contesto Samantha con dolor.

Jack sabia que su padre les habia abandonado a ella y a su madre y ahora con aquello que le habia hecho su ex marido no era de extranar que Samantha fuera con pies de plomo con los hombres.

– Este tema es muy aburrido, asi que vamos hablar de otra cosa -sonrio Samantha-. ?Sabes que todavia me cuesta creer que trabajes como abogado?

– ?Por que?

– No se, me parece tan aburrido.

– A mi, no -sonrio Jack.

– Y, para colmo, aparte de tener que estudiar todos esos libros tan gordos teneis que ir vestidos de esos colores terribles.

– Si, ya supongo que eso para ti seria lo peor -sonrio Jack.

– ?Y que quieres hacer en el futuro?

– Me gustaria llegar a ser juez -contesto Jack a pesar de que no solia hablar con nadie de sus planes de futuro.

– Vaya, se te dara bien porque eres un hombre sereno al que le gusta razonar las cosas. Lo unico malo es esa tunica negra… -bromeo Samantha-. Juez Hanson. Suena bien. Entonces, estaras deseando volver al bufete.

– Asi es.

– Por eso precisamente te tomas muy a pecho los problemas que surgen en la empresa de tu padre, ?verdad? No lo debes de estar pasando bien…

A Jack no le sorprendio que Samantha lo entendiera tan bien. En la universidad, su amistad se habia basado, sobre todo, en largas noches hablando.

– Dije que me quedaria tres meses y me voy a quedar tres meses, pero, cuando transcurra ese tiempo, volvere a mi trabajo.

– La empresa no sera la misma sin ti, pero entiendo perfectamente que te quieras ir.

En aquel momento, Charlie se estiro y Jack comprendio que queria seguir jugando, asi que saco el platillo volante de la mochila y se lo lanzo. El perro salio corriendo y lo agarro al vuelo.

– ?Toma ya! -se maravillo Samantha poniendose en pie-. Este plan es genial para los sabados por la manana.

– Si, Charlie y yo hacemos un monton de cosas juntos. Ya veras, hay varias cosas interesantes para hacer. Puedes ir al lago, por ejemplo. Seguro que te lo pasas bien.

– Si, ya -contesto Samantha de manera ausente mirando al perro-. Lo malo es que no voy a poder ir a muchos sitios porque no conduzco.

– ?No conduces? -se sorprendio Jack.

– No -contesto Samantha cruzandose de brazos. Nunca he tenido necesidad porque vivia en Manhattan y me movia en el transporte publico y andando.

– ?Quieres que te ensene? -se ofrecio Jack sin pensarselo dos veces.

?Pero que le ocurria? ?Por que no aceptaba de una vez que Samantha no queria nada de el?

– Tienes un coche estupendo y no te lo quiero estropear -contesto Samantha.

?Eso era un si?

– Me podria hacer con uno mas viejo si quieres.

– ?De verdad? ?Y no me gritarias?

– No es mi estilo.

– Entonces, acepto tu oferta. La verdad es que hace ya tiempo que me apetece aprender a conducir. En cualquier caso, si cambias de opinion y no te apetece ensenarme, dimelo.

– No es mi estilo hacer cosas que no me apetece hacer.

Aquello hizo reir a Samantha.

– Te recuerdo que ahora mismo estas haciendo un trabajo que odias.

– Bueno, sin contar eso -dijo Jack chasqueando la lengua.

En aquel momento, Charlie trajo el platillo volante para que se lo lanzaran y tanto Jack como Samantha se dispusieron a hacerlo. Al agacharse para agarrar el objeto, se chocaron el uno contra el otro y cayeron al suelo.

Para amortiguar la caida de Samantha, Jack la tomo entre sus brazos y cayo con ella encima. Una vez en el suelo, sus miradas se encontraron. Jack sentia los pechos de Samantha sobre su torso y se moria por besarla.

Habia muchas razones para no hacerlo y solo una para hacerlo, que le apetecia.

Capitulo 6

Samantha sintio los labios de Jack y se dijo que bastaria con apartarse o con decir algo para que dejara de besarla y que eso era lo que deberia hacer, pero no se movio.

Al ver que no se movia, Jack le tomo el rostro entre las manos y volvio a besarla. Samantha sintio un tremendo calor por todo el cuerpo y la inmensa urgencia de apretarse contra el a pesar de que sus cuerpos ya estaban en contacto intimo, pero no era suficiente.

Jack deslizo una mano hacia la nuca de Samantha y comenzo a acariciarle el pelo y a mordisqueandole el labio inferior.

Samantha sintio que el deseo se apoderaba de ella por completo y deseo que aquellas manos que la estaban acariciando el pelo le acariciaran el cuerpo entero.

Mientras sus lenguas se entrelazaban, Samantha sintio que su cuerpo se derretia contra el de Jack y se percato de que ella lo estaba besando exactamente con la misma pasion.

Jack comenzo a acariciarle la espalda y Samantha no pudo evitar hacer un movimiento instintivo con las caderas hacia delante, como invitandolo. Al hacerlo, su tripa entro contacto con algo duro, grueso y muy masculino.

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