Al instante, los recuerdos se apoderaron de su mente. Samantha se acordo de como Jack la habia tocado y besado por todo el cuerpo, recordo verlo desnudo, recordo la cantidad de veces que habian hecho el amor durante aquella gloriosa noche.

Le hubiera gustado que la experiencia se repitiera, pero no se lo habia permitido porque no habia querido arriesgar el corazon.

?Y que habia cambiado ahora?

Samantha no queria dejar que el meridiano izquierdo de su cerebro, aquel que regia la mente racional, estropeara aquellos maravillosos momentos en los que lo unico que importaba era sentir.

Sin embargo, al oir ladrar a Charlie, abrio los ojos y se encontro al perro a pocos milimetros de su nariz.

– Tu y yo vamos a tener que tener una charla, amiguito -gruno Jack.

Samantha aprovecho el momento para ponerse en pie.

– Estamos en un parque -dijo en voz alta, mas para si misma que para Jack-. Estamos en un lugar publico.

Jack se puso tambien en pie, pero mas lentamente, recogio el platillo volante y lo lanzo.

– No creo que nadie se haya dado cuenta.

– Aun asi -insistio Samantha tapandose la cara con las manos.

Ella siempre habia sido una persona de hacer el amor con las luces apagadas, pero tenia ante si a la excepcion que confirmaba la regla.

Tenia que resistirse a los encantos de Jack como fuera.

– Yo, eh… -dijo mirando su alrededor-. Bueno, creo que os voy a dejar.

– No hace falta que te vayas -contesto Jack mirandola con los ojos cargados de pasion.

– Es lo mejor.

– Ya veo. Para ti lo que acaba de suceder ha sido un error.

El tono de resignacion con el que lo habia dicho sorprendio Samantha. Jack esperaba aquella reaccion porque era lo que Samantha siempre hacia y suponia que tendria sus razones, pero el no las sabia.

– Gracias por todo -se despidio Samantha intentando sonreir-. Nos vemos el lunes.

A continuacion, dudo, pero, al ver que Jack no decia nada, se fue. Un extrano sentimiento de dolor la invadio mientras se alejaba de el caminando. ?Acaso esperaba que Jack fuera corriendo detras de ella? ?Como iba a hacerlo con la cantidad de veces que le habia dado calabazas?

Jack se quedo mirandola mientras se alejaba. De nuevo, no sabia que pensar. Desde el principio, desde que se conocian, nunca habia sabido a que atenerse con Samantha.

?Acaso por eso la deseaba tanto?

– No seria la mejor base para iniciar una buena relacion -murmuro lanzandole el platillo a Charlie.

Lo bueno era que Samantha lo deseaba sexualmente, lo habia visto por como lo habia besado. Por alguna razon, no se dejaba llevar, pero, por lo menos, no lo encontraba repulsivo.

?Habia huido de el en particular o habria huido de cualquier hombre en aquellos momentos de su vida?

Jack no tenia respuesta a aquella pregunta, pero lo que era evidente era que debia dejarla marchar. Sin embargo, tenia muy claro que volveria a intentarlo. No creia en absoluto que fueran almas gemelas porque, para empezar, no creia en esas cosas y, ademas, no queria una relacion seria con ninguna mujer.

?Entonces?

Entonces, lo que queria era sexo.

No una aventura de una noche, no, eso no era suficiente. Queria estar con ella unos cuantos meses, saciarse por completo y, luego, cuando uno de los dos o ambos estuvieran hartos, despedirse como buenos amigos.

Jack tenia la sensacion de que a Samantha no le haria gracia aquella idea.

?Entonces en que punto se encontraba? Obviamente, deseando a una mujer que no lo deseaba a el. Preciosa manera de empezar el fin de semana. Lo mejor seria volver a su plan original, es decir, a olvidarse de ella.

No eran mas que companeros de trabajo.

Era mas facil decirlo que hacerlo, sobre todo recordando insistentemente su cuerpo, pero Jack se dijo que no seria imposible.

Samantha se habia pasado buena parte del fin de semana diciendose que una cosa era tener miedo y otra cosa comportarse como una idiota.

Tenia que tomar una decision.

Tenia que decidir si le interesaba mantener una relacion romantica con Jack o no.

No le gustaba nada como se comportaba con el cuando estaban juntos pues era perfectamente consciente de que enviaba senales ambiguas.

Jack le parecia un hombre sensual, divertido e inteligente, pero tambien era rico, poderoso, cabezota y estaba acostumbrado a que las cosas salieran como el queria, lo que la aterrorizaba.

Samantha tenia dos problemas. Para empezar, aunque se decia una y otra vez que no estaba interesada en el, que lo unico que queria con el era una relacion platonica, su cuerpo tenia otros planes.

Por mucho que su mente intentaba controlarse, el resto de su anatomia queria lanzarse a la piscina y disfrutar del momento. La atraccion que habia entre ellos era muy fuerte y, aunque habian transcurrido diez anos desde la noche que habian pasado juntos, el deseo no se habia evaporado.

En el segundo problema tambien estaba involucrada su mente. Por mucho que su cabeza daba una razon detras de otra de que Jack no se parecia en nada a Vance ni a su padre, su corazon no terminaba de creerselo. Por eso, habia reaccionado como lo habia hecho, con miedo. Siempre le pasaba lo mismo con Jack. Estaban juntos, ocurria algo entre ellos, ella se moria de miedo y se retiraba.

Era un patron de actuacion espantoso, pero no sabia como romperlo, como no fuera dejando de verlo para siempre.

Siempre se decia que identificar un problema era tener la mitad de la solucion en la mano, pero Samantha no lo veia nada claro.

En cualquier caso, le debia a Jack una disculpa y se la iba a dar inmediatamente.

«Bueno, o dentro un rato», se dijo mientras se paseaba frente a su despacho.

La senorita Wycliff la miraba con curiosidad, pero no dijo nada. Por fin, Samantha tomo aire y reunio el valor suficiente para llamar a la puerta. A continuacion, abrio y volvio a cerrar rapidamente pues no queria testigos de su humillacion.

– Hola, Jack -lo saludo preparandose a lanzar el discurso que llevaba preparado-. He venido a decirte que eh…

Al mirarlo, se dio cuenta de que algo no iba bien. Jack estaba sentado en la mesa, con el telefono sin manos delante y un monton de notas ante el. Tenia un aspecto terrible.

– ?Que pasa? ?Estas bien?

Jack se encogio de hombros.

– He hablado con varios inversores y con algunos periodistas y no ha sido facil.

– Lo siento mucho -contesto Samantha sentandose frente a el-. Supongo que te habran hecho un monton de preguntas.

– Si, me han hecho preguntas y muchas sugerencias y te aseguro que ninguna de ellas ha sido de ayuda pero, claro, para eso me pagan tanto dinero, ?no? Para que me haga cargo de las situaciones dificiles.

– Menuda pesadilla -murmuro Samantha.

– Si, y parece no tener fin. En cualquier caso, no creo que hayas venido a hablar de esto. ?Que querias?

– Bueno, queria pedirte perdon por lo que paso…

– No, no hace falta que te disculpes.

– Prefiero darte una explicacion. No es lo que tu piensas.

Jack enarco las cejas. Samantha suspiro.

– Bueno, a lo mejor si es lo que piensas. Veras, me cuesta un poco decidir lo que quiero. Estoy intentandolo. La cosa es que no quiero que creas que es por ti porque no lo es. El problema es quien soy yo y, bueno, quien eres tu, que no es lo mismo que decidir que el problema eres tu.

Jack sonrio.

– No entiendo nada, pero esta bien. Sera mejor que olvidemos lo sucedido y que sigamos adelante. No te gusta lo que paso y me parece bien.

Вы читаете El Seductor Seducido
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×