Ella se quedo boquiabierta. Era verdad, habian tenido sexo, pero no habian utilizado preservativo. Victoria se dejo caer en una silla, delante del escritorio.
– No pense…
– No la estas tomando -no era una pregunta.
– No.
– Porque querias cazar a Nadim. ?Intentaste acostarte con el? ?Querias quedarte embarazada para obligarlo a casarse contigo?
Victoria se levanto de un salto.
– ?Que? ?Estas loco? Jamas haria algo asi.
– ?Por que deberia creerle?
– Era mi jefe. Siempre lo respete como tal.
– Querias casarte con el.
– Ya te lo he explicado. No se trataba de el, sino de sentirme segura. No queria tener que preocuparme la siguiente vez que apareciese mi padre. Tu lo conoces. Me ofrecio en una partida a las cartas. ?Como te habrias sentido en mi lugar?
– Asi que si no podias casarte con Nadim, te servia cualquier otro hombre rico, ?no? Debes de estar muy contenta con nuestro trato. ?Lo planeaste todo con tu padre?
Si hubiese estado mas cerca, Victoria le habria dado una bofetada, aunque hubiese terminado en la carcel por ello.
– ?Como te atreves? -espeto-. Te he dicho la verdad. Estabas alli cuando ocurrio. No soy como mi padre. Vine porque le habia dado mi palabra a mi madre de que lo protegeria. No hay otro motivo.
Estaba tan enfadada que tenia ganas de lanzar algo, o de gritar, pero no lo hizo.
El se levanto y fue hacia ella.
– No vas a ganar. Victoria. Se quien y como eres y nunca confiare en ti. Decidiste jugar el juego y has perdido. Nunca me ganaras.
– No tengo ningun interes en ganarte -grito ella-. Menudo ego.
– Cuando esto haya terminado, solo tendras tu libertad, nada mas.
– No quiero nada mas -no queria volver a verlo-. ?De verdad piensas que lo tenia todo planeado? ?Crees que anoche deseaba que perdieses el control y te acotases conmigo?
– Creo que era tu plan.
– Pues te equivocas. Nunca haria algo asi. Fuiste tu quien rompio su palabra. Se suponia que no iba a pasar nada. ?Te acuerdas? Me lo prometiste.
– Tu me liberaste de mi promesa.
– Ah, claro. Tipico en un hombre. No te molestes en asumir tu responsabilidad. Tu decidiste tener sexo conmigo, Kateb. No te molestaste en utilizar un preservativo. La culpa tambien es tuya. Pero es mas facil echarle la culpa a la mujer, ?verdad?
Puso los brazos en jarras y sintio que su enfado iba aumentando.
– Hablando de sexo sin proteccion -continuo-. ?Acaso te ha dejado alguna de tus chicas un regalo no deseado?
El fruncio el ceno.
– ?Como te atreves a preguntarme eso?
– Alguien tiene que hacerlo. Me trajiste aqui para que fuese tu amante ?Cuando pensabas que hablasemos de los metodos contraceptivos? Si tu maldito esperma es tan preciado para ti, deberias protegerlo de mujeres maquinadoras que solo desean llevarte a su cama.
El se puso tenso, abrio la boca para hablar, pero Victoria no lo permitio.
– No te molestes en decirme que eres el principe Kateb y todo lo demas. Yo no he hecho nada malo. Ni siquiera me preguntaste si estaba tomando la pildora, tenias que haberlo hecho.
– Vuelve al haren -le ordeno el.
– ?Asi que ahora es una prision? ?No van a dejarme salir? ?Tambien vas a romper tu palabra con respecto a eso? -estaba temblando, de ira y de miedo. Kateb era un hombre poderoso y estaban en medio del desierto.
No obstante, no podia permitir que el miedo la venciese. Era algo que habia aprendido mucho tiempo atras. Tenia que ser fuerte, que cuidar de si misma. Nadie mas iba a hacerlo.
– Vuelve al haren -repitio el-. Te quedaras en el pueblo hasta que sepa si estas embarazada.
A Victoria no le gusto aquello.
– ?Y si no lo estoy?
– Volveras a la ciudad.
No se molesto en preguntar que pasaria si estaba embarazada. Sabia que jamas le dejarian llevarse al hijo de un principe, si queria estar con el, tendria que quedarse alli atrapada.
Habia muchas cosas que queria decir, muchas cosas que Kateb no entendia, pero no merecia la pena. El la habia juzgado mucho antes de conocerla. Nada iba a cambiar.
Se dio la media vuelta y se marcho.
A Victoria no le sorprendio encontrarse con Yusra en el haren.
– ?Lo sabias? -le pregunto-. ?Te lo habia contado?
– Kateb esta preocupado -se limito a contestar la otra mujer.
– Es un cretino -murmuro Victoria-. Ojala se lo hubiese dicho. Me echa la culpa a mi. Cree que quiero enganarlo. ?Por que no se da cuenta de que no lo he hecho a proposito?
Yusra se sento a su lado.
– Lo hara. Cuando llegue el momento.
– ?Quieres apostar'?
Lo peor de todo era como se sentia Victoria por dentro, como si hubiese hecho algo malo.
– Kateb no es como los demas hombres -le explico Yusra.
– Es tan estupido como todos.
– Eso es cierto -le dijo ella sonriendo-. Los hombres solo ven lo que quieren ver.
– Piensa que quiero sacar algo de el, que lo estoy enganando.
– Se calmara y entrara en razon.
– ?Y cuando va a ocurrir eso?
– Pronto.
– Solo lo dices para hacer que me sienta mejor -dijo Victoria-. Si no estoy embarazada, quiere que me marche.
– ?Y es tambien lo que tu quieres?
Victoria penso en el hombre que habia hecho que se consumiese de pasion la noche anterior. Tal vez fuese un hombre bueno, pero ella no estaba interesada en entregarle su corazon, y el siempre pensaria que lo queria enganar.
– Si. Quiero marcharme. Supongo que tardaremos un par de semanas en saber que va a pasar.
– ?Te irias sin mas?
– Solo hace una semana que conozco a Kateb.
– No obstante, es el principe.
– Pareces decepcionada.
– Y lo estoy. Kateb debera casarse pronto. Si no elige el una novia, se la elegiran.
– No creo que lo permita. Es demasiado testarudo.
– Pero ocurrira.
Yusra parecia tener algo mas que decir, pero no lo hizo.
– No lo creere hasta que no lo vea.
– No lo veras, porque te habras ido.
Yusra tenia razon y eso debia haberla hecho feliz, pero no fue asi. No queria quedarse, pero tal vez, solo tal vez, tampoco quisiera marcharse.
Kateb estaba tan distraido que tuvo que posponer las reuniones de esa tarde para el dia siguiente. El motivo