de su distraccion era solo uno: Victoria.

Penso que al dia siguiente seria otro dia y se dirigio hacia sus aposentos. Alli se encontro con su mayor distraccion.

Victoria estaba sentada en el sofa, leyendo una revista de moda. No lo habia oido llegar, asi que no alzo la vista. Kateb pudo observarla sin ser observado.

?Como podia desearla tanto? No habia podido dejar de pensar en ella en todo el dia. A pesar de su enfado, la deseaba y eso lo irritaba todavia mas.

Debio de hacer un ruido, porque Victoria levanto la vista y dejo la revista.

– Este otono se va a llevar el azul marino -comento.

– ?Que estas haciendo aqui?

– He venido a hablarte de Rasha y de las otras mujeres y sus joyas. Hemos estado tan ocupados con nuestra alterada discusion que no hemos hablado del tema.

– Yo no me he alterado -replico el.

– Bueno, da igual. Lo cierto es que se deberian vender las joyas en otros lugares, ademas de en la ciudad y aqui.

– Esa decision es de ellas, no mia.

– Todo lo contrario, su alteza. Tu eres el hombre, o lo seras cuando los ancianos te elijan. Todo el mundo sabe que va a ocurrir, asi ya actuan como si lo fueses. Necesitan tu permiso. Y como aqui no tengo un ordenador con el que ponerme a trabajar, yo tambien lo necesito.

Aquello no parecio gustarle.

– Eres muy persistente.

– Alguien tiene que serlo. Se merecen la oportunidad. Una oportunidad de ganarse la vida. Hablando de dinero, voy a necesitar acceder a mi cuenta bancaria mientras este aqui.

– ?Por que?

– Para comprar cosas.

– Tendras todo lo que quieras.

– ?Va a seguirme un hombre con una bolsita de oro alla adonde vaya? ?Y si quiero ir al bazar y comprarme un vestido o algo asi?

– Me pasaran la cuenta a mi.

– De eso nada. Tengo dinero. Solo necesito poder disponer de el.

– Mientras estes aqui, seras responsabilidad mia.

– No, solo soy la caza fortunas que te ha enganado para que te acuestes con ella. ?No es esa la historia que te has contado a ti mismo?

El se dirigio hacia el armario que habia en la esquina, lo abrio y se sirvio una copa.

– ?Quieres algo?-le pregunto.

– No, gracias.

Kateb se sirvio un whisky y se lo bebio de un trago. Aunque sabia que no iba a ser suficiente.

– Las cosas no eran como tu pensabas. No consideraba a Nadim un hombre, solo una teoria. No queria ser la nina vestida con ropa usada. No queria tener que hacer cola para que me diesen de comer. No espero que me creas, pero es la verdad.

Habia desafio en su voz. Era como si de verdad esperase que la creyese, pero supiese que no iba a tomarse la molestia.

?Era cierto? Kateb podia investigar su pasado y saber lo que habia ocurrido. Se dio cuenta de que no la creia.

– Iba a volver a Estados Unidos -continuo ella-. Iba a pensar que hacer con mi vida, a abrir un negocio. Puedes preguntarselo a Maggie, la prometida de Qadir.

– Se quien es Maggie.

– Es mi amiga. Sabe que pensaba.

– Nadim no te habria hecho feliz.

– ?Por que no tiene personalidad?

El intento no reir.

– Eso habria sido parte del problema.

– Deja que lo adivine. La otra parte es que es un hombre. Un genero con problemas de verdad.

El la miro Fijamente.

– ?Tengo que recordarte quien soy?

– No, pero me da la sensacion de que vas a hacerlo de todos modos -sacudio la cabeza-. No he intentado enganaros a ninguno de los dos. Ni siquiera queria enamorarme. Despues de lo que le paso a mi madre, nunca he querido enamorarme.

– Eres demasiado joven para ser tan cinica.

– Y aun asi, aqui estoy -se acerco a el-. Kateb, no estoy embarazada. Solo hemos estado juntos una vez y acabe con el periodo la semana pasada, asi que es muy poco probable. Entiendo que quieras estar seguro. Yo tambien. Pero no estoy intentando enganarte. Nunca lo he hecho.

Sus ojos azules le prometieron que decia la verdad y el deseo aceptar sus palabras.

– Ya veremos -dijo.

Victoria suspiro.

– Eso supongo. Ahora, vamos a hablar de Rasha y las joyas. Podria ser algo bueno para el pueblo. ?No me habias hablado de diversificar? Ademas, las mujeres necesitan mas poder.

– ?Como lo sabes?

– Porque estamos en El Deharia. Es un pais muy adelantado, pero no hay igualdad en las casas.

– Probablemente no. Preparame un plan de negocio. Lo considerare.

Ella sonrio y Kateb deseo besarla, lo que lo irrito.

– Estupendo. Se como hacerlo. ?Podria conseguir un ordenador en alguna parte?

– Hare que le lo lleven a tus habitaciones. ?Algo mas?

– Chocolate.

El suspiro.

– Sera mejor que te marches.

Ella se dio la vuelta y se marcho.

Kateb la observo. Miro sus ridiculas sandalias de tacon. Eran poco practicas y tontas, pero encajaban con ella a la perfeccion.

Se pregunto si ella tambien encajaba con el a la perfeccion.

Capitulo 7

Kateb oyo pasos en el pasillo y supo que se trataba de Victoria. Por suerte, no la habia visto en varios dias. Y por desgracia eso no habia hecho que la olvidase. No pasaba ni una hora sin que se pusiese a pensar en su cuerpo.

Oyo voces fuera. La puerta se abrio y entro ella. Kateb la miro y arqueo las cejas.

– Ya lo se, ya lo se -le dijo Victoria, poniendo los ojos en blanco-. Me lo ha dado Yusra. Al parecer, es tradicional y, dado que soy tu amante, tengo que ponermelo. Me ha costado encontrar unos zapatos a juego y no se que hacer con mi pelo. Habia pensado en dejarlo suelto. ?Que te parece a ti?

El observo el vestido de dos piezas, la de arriba era una especie de bikini de seda, el vientre quedaba al descubierto y luego iban unos pantalones anchos, tambien de seda, que caian sobre sus caderas. La tela era casi transparente.

– Yusra tiene mucho sentido del humor -murmuro Kateb.

– ?Eso piensas? Pues yo no estoy nada comoda sabiendo que todo el mundo me ve el trasero.

El cuerpo de Kateb reacciono y el se dijo que era porque hacia mucho tiempo que no estaba con una mujer aunque lo cierto era que habia estado con una la semana anterior. Y no se trataba solo de una necesidad

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