Caminaron por dentro del estadio, por debajo de las gradas. Delante de ella, Victoria vio unas enormes puertas de madera flanqueadas por guardias.
– ?Es aqui donde guardais a los leones para echarselos a los prisioneros rebeldes?
– Solo los dias pares, estas de suerte.
Victoria no habia esperado aquella nota de humor. Lo miro y sonrio. El le devolvio la sonrisa. Victoria sintio calor en su interior, se sintio femenina, deseo que la besase.
Aparto la mirada, preocupada porque Kateb se diese cuenta de lo que estaba pensando.
– ?Y que va a pasar ahora? -pregunto.
– Yusra estara contigo durante toda la ceremonia. Cuando haya terminado, te escoltaran hasta el palacio. Te he asignado dos guardias porque hay mucha gente. No me montes una escena por ello.
Victoria se detuvo delante de las enormes puertas.
– ?Una escena? ?Yo? Me parece que no me conoces, soy una persona de trato facil.
– Por supuesto.
Las puertas se abrieron. Kateb y ella entraron en una amplia sala en la que habia treinta o cuarenta personas, casi todas mayores y hombres.
Victoria imagino que eran los ancianos y se puso nerviosa. Casi todo el mundo se giro a mirarla. O tal vez estuviesen mirando a Kateb, era el quien iba a ser nombrado lider, no ella.
Habia mesas con comida y bebida, y muchos sofas, pero nadie estaba sentado. Un par de hombres abrieron unas puertas y la habitacion se abrio al ruedo.
Victoria vio a Yusra, que se acerco.
– Quedate con ella -le dijo Kateb.
– ?Donde estan mis guardias? -quiso saber Victoria.
– Se acercaran a ti cuando sea el momento de volver al palacio.
Ella lo miro a los ojos, sin saber que decirle. Desearle buena suerte le sonaba extrano. Kateb se marcho antes de que se le ocurriese otra cosa.
– Ven-le dijo Yusra, llevandola hacia un sofa-. Desde aqui veremos bien y estaremos apartadas.
Victoria deseo protestar, pero obedecio. Los ancianos habian hecho una fila y Kateb estaba al final.
Todo el mundo estaba serio. Sono musica y el ruedo quedo en silencio.
– Es la procesion de los sabios -susurro Yusra-. El mas anciano llamara al lider que han elegido.
Este subio a un estrado, saludo a los asistentes y hablo de la importancia de la sabiduria y de la prosperidad del pueblo. Despues menciono a Bahjat, el lider anterior.
Yusra se acerco a Victoria.
– Ahora van a designar a Kateb.
– Por cierto, me dijo que el traje que me habias dejado no era precisamente tradicional -dijo esta a su oido-. ?Por que quisiste que me vistiese asi?
– Para que Kateb se diese cuenta de lo que se estaba perdiendo.
Victoria no supo que contestar a aquello.
– ?Estas intentando enganarlo? -pregunto por fin.
– Estoy intentando que vea que hay muchas posibilidades -contesto Yusra-. ?Te parece mal?
– No del todo -admitio ella.
– Ahora lo elegiran y preguntaran si alguien se opone a que sea el lider.
– ?Y luego?
– Si alguien se opone de aqui al dia del nombramiento, pelearan con sables.
– ?Saben en que siglo vivimos? ?Con sables? ?Y quien gana?
– El que no muera.
– ?Que? -Victoria se puso en pie-. ?Luchan a muerte?
– Si.
– ?Y Kateb lo sabe?
– Por supuesto. Es la costumbre.
«Que costumbre tan tonta», penso Victoria, volviendo a sentarse.
Miro a Kateb y vio la cicatriz de su cara, su regio porte. Tal vez hubiese hecho el amor con el, pero no conocia al hombre.
Un par de dias despues. Victoria decidio tomarse un descanso y pasear por el palacio.
Ya habia explorado el primer piso, en el que habia sobre todo salones publicos. En el segundo estaban los despachos. Y el tercero tenia que ser el destinado a las zonas privadas.
Tomo las escaleras en vez del ascensor, sobre todo para hacer algo de ejercicio. Al llegar a la tercera planta, se detuvo para orientarse. Vio un enorme y feo jarron enfrente de las escaleras. Eso le serviria para encontrar el camino de vuelta.
Fue hacia la derecha y se fue asomando a las puertas que estaban abiertas. Habia muchas habitaciones de invitados y una habitacion de juegos con una mesa de billar, video juegos y un juego de golf. Al fondo del pasillo, vio unas puertas de cristal que daban a un balcon.
Abrio las puertas y salio fuera. Hacia calor, pero no era agobiante. Decidio ver si el balcon rodeaba toda la planta.
Paso por varias habitaciones, y se detuvo al ver algo que le era familiar. Despues de un segundo, se dio cuenta de que era la habitacion de Kateb y empujo la puerta para abrirla.
Reconocio los muebles y la pila de almohadas sobre las que habian hecho el amor.
No parecia haber nadie y sintio curiosidad acerca de donde dormiria. Nerviosa, vio que la habitacion era grande, igual que la cama y la banera. Metio la cabeza en el armario, solo para ver la ropa que habia en el.
Todo estaba ordenado, pero sobraba mucho espacio. No era un armario solo para un hombre, sino un armario mas bien para compartir.
Se pregunto por que no se habria casado y por que estaba solo.
Se alejo del armario. De camino al salon vio una puerta y la abrio.
Era una habitacion pequena. Tal vez un despacho o una habitacion infantil. Era dificil de saber. Las paredes estaban pintadas de blanco y no estaba decorada, ni habia muebles, solo una mecedora. Tambien habia varias cajas y baules.
La habitacion parecia abandonada y polvorienta. Victoria se acerco a un baul y lo abrio. En el habia ropa doblada, cubierta de fotografias. Tomo una de ellas.
Kateb reia en la imagen. Ella nunca lo habia visto tan distendido. Sus ojos oscuros irradiaban felicidad. Estaba al lado de una bella morena, con el brazo alrededor de su cintura. La mujer le sonreia. Parecian hechos el uno para el otro.
Algo llamo su atencion. La mujer llevaba una alianza y el, otra igual.
Kateb habia estado casado. Dejo la Fotografia y cerro la tapa. Habia estado casado y enamorado de su esposa. ?Quien era? ?Que le habia pasado?
– Murio.
Victoria se dio la vuelta y vio a Yusra en la puerta.
– ?Era su mujer?
– Si. Se llamaba Cantara. Se conocian desde que el vino aqui por primera vez, con diez anos. Crecieron juntos.
– Debio de quererla mucho -comento ella, sorprendida por no haber oido nada de aquello hasta entonces.
– Lo era todo para el -comento Yusra, abriendo otro baul y sacando las fotos de boda.
Victoria las miro. Hacian una pareja verdaderamente perfecta.
– ?Como murio?
– En un accidente de trafico en Roma. Hace casi cinco anos. Despues Kateb desaparecio en el desierto durante casi diez meses. Nadie lo vio ni tuvo noticias de el. Pensamos que habia muerto, pero un dia, volvio.
Victoria dejo la fotografia en el baul y retrocedio.
– No lo sabia.
– No habla de ello. Nadie lo hace, pero todo el mundo esta preocupado. Ha estado solo demasiado tiempo.