seguro que era lo primero que el pensaria.

Aparco el coche y, con el ultimo panuelo de papel que le quedaba, se seco las lagrimas. Luego, se sono la nariz y tomo aire. Prefirio no pensar en su aspecto. Lo importante era encontrar a Jazmin.

Salio del coche, lista para llamar a la gata; pero antes de poder pronunciar una palabra, Jazmin salio de entre unos arbustos y maullo.

Willow se agacho y le acaricio el lomo.

– ?Necesitabas pasar un rato a solas? -le pregunto Willow-. ?Te estaban cansando tus hijos?

Jazmin volvio a maullar y se froto contra ella. La puerta de la casa se abrio.

Willow se enderezo y se preparo para recibir el impacto de la presencia de Kane. Ese hombre era muy guapo. Era un hombre alto, fuerte y parecia dispuesto a enfrentarse al mundo.

– Ha vuelto -dijo Willow senalando a Jazmin-. Creo que solo queria estar sola un rato. ?Has intentado abrir la puerta y llamarla?

– Ah, no. No se me habia ocurrido. No tengo practica con los animales domesticos.

– Eso es evidente.

Kane la miro, luego a la gata y, una vez mas, a ella. A Willow se le ocurrio pensar que se sentia algo estupido. Quiza no estuviera bien, pero eso la hacia sentirse mejor.

– Te sugeriria que sujetaras bien las rejillas. Ademas, no estaria mal que dejaras salir a la gata todas las mananas un rato. Debe de ser agotador cuidar de tres gatitos.

– Esta bien, lo hare. Gracias.

Kane se la quedo mirando. Willow no sabia que era lo que el estaba pensando y tampoco le importaba mucho en ese momento. Estaba sumamente triste, le habian dado la noticia sin previo aviso.

– ?Quieres entrar?

– ?Queda alguna pasta?

Kane asintio.

– Esta bien -quiza lo ayudara tomar un poco de chocolate.

Willow entro en la casa. Jazmin tambien entro y se fue a la caja, con sus crias.

– Sientate -dijo Kane indicando el sofa.

Willow se sento. Le resultaba extrano estar alli otra vez, se habia jurado a si misma no volver a verlo. Aunque le gustaba ver el cuerpo de ese hombre, no pudo evitar pensar que aquel era otro lugar en el que la habian rechazado.

Kane le llevo una bandeja con pastas y una botella de agua.

A pesar de la presion que sentia en el pecho, Willow lo miro y sonrio.

– ?Pastas y agua?

– Lo siento, no tengo nada de bebida.

– No te preocupes.

Mientras hablaba, una lagrima le resbalo por la mejilla. Willow tuvo miedo de echarse a llorar y trago saliva.

– ?Tienes panuelos de papel? -pregunto ella.

– Si, ahora te los traigo.

Kane se marcho y volvio inmediatamente con una caja de panuelos de papel. Willow agarro un par de panuelos y se seco las lagrimas.

– No te asustes, no lloro por ti -explico Willow-. He perdido mi trabajo. No sabia nada, no me habian avisado. Yo creia que todo iba bien. De repente, me han llamado para decirme que ya no requieren mis servicios. Mucha gente les escribio diciendoles que mi comic no tenia gracia o que no lo entendian.

Willow respiro profundamente y lo miro. Kane seguia de pie junto al sofa, como si no supiera que hacer.

– Las protagonistas eran tres chicas calabazas. Eran amigas, salian juntas e iban de compras. Vivian en una granja, aunque no era una autentica granja. Habia un centro comercial y un restaurante. Salian con otras verduras. Era muy gracioso.

Willow bajo la cabeza y continuo llorando.

– ?Como es posible que la gente no le viera la gracia? Ademas, trabajaba mucho -eso era lo que mas le molestaba, lo mucho que habia dado de si misma en el trabajo.

– ?No puedes vender tu vineta en algun otro sitio? -le pregunto Kane.

– Creo que no. Se trataba de una revista de horticultura semanal. Las chicas calabaza eran de cultivo biologico, llevaban un estilo de vida holistico. Eran muy espirituales.

– ?Las calabazas?

Willow asintio.

– No ganaba mucho dinero, no era una revista de gran tirada. Pero era un trabajo. Con el dinero que me daba la vineta y con la venta de velas conseguia vivir.

– ?Vendes velas?

– Si -Willow contuvo un sollozo-. Ya se que no soy como mis hermanas, pero me gustaba mi vida. Era una vida de poca cosa, pero me gustaba. Tenia mis velas y a mis chicas. Pero ahora ya no tengo a las chicas y no se que voy a hacer. Ademas, me dijeron que no tenia gracia. Adios. Sin mas. Aunque no les ha importado todo lo que he trabajado. ?Tienes idea de las horas que me llevaba hacer la vineta a la semana? Muchas.

Kane se sento en el sofa y la miro.

– Lo siento.

– Gracias. Y no se trata de ti, esta todo lo demas. Hace un par de dias fui a comer con mis hermanas. Me dijeron que evitaba a los hombres normales porque tenia miedo de enamorarme, y creo que tenian razon. Soy una fracasada.

– No eres una fracasada, estas pasando por un mal momento.

Eso casi la hizo reir.

– ?Un mal momento? Mi vida profesional esta acabada. ?Sabias que mi hermana Julie ha sacado su licenciatura en derecho a la primera? Ahora trabaja para una empresa juridica internacional y pronto la haran socia de la empresa. Marina, mi hermana pequena, tambien es muy lista; termino el bachillerato a los quince anos y le dieron una beca para estudiar en la universidad. Esta licenciada en quimica y en fisica. ?Que te parece? ?Y sabes que esta haciendo ahora?

Willow lo miro. Lo veia algo borroso por las lagrimas.

– ?Lo sabes? -insistio.

Kane nego con la cabeza.

– Ahora esta aprendiendo lenguaje por senas, para sordos. Quiere compensar y dar algo a la comunidad por haber hecho los estudios gratis. Es una buena persona. Y yo ni siquiera puedo vender una vineta sobre calabazas. Mis dos hermanas son listas y guapas, yo no soy nada.

Kane se sintio como si hubiera descendido a los infiernos. El sufrimiento de Willow lo hacia sentirse incomodo y no tenia idea de que decirle. Lo unico que se le ocurrio fue:

– Eres guapa.

– Vamos, por favor.

– Lo digo en serio. Eres muy atractiva. Te deseaba, ?o ya no te acuerdas?

Willow volvio su hinchado rostro a el, los ojos rojos.

– Me deseabas, en pasado. Una noche. Dijiste que eso era todo lo que habria entre los dos y tenias razon. Solo valgo para una noche, pero no para volver a hacer que me desees.

?No habria sido mejor que Willow le hubiera pegado un tiro? Le habria dolido menos, penso Kane.

– No te preocupes, yo ya no quiero nada de ti -declaro Willow-. No me interesa el sexo por compasion.

– Yo… tu…

Mas lagrimas resbalaron por las mejillas de Willow.

– Maldita sea, Kane. Podrias haberte insinuado para que yo hubiera podido rechazarte. Es una cuestion de educacion.

Entonces, Willow empezo a llorar realmente, con profundos sollozos. El se sintio como si estuviera en un pais extrano, en otra galaxia. No sabia que hacer. Quiza hubiera palabras de consuelo, pero el no las conocia.

Las mujeres pasaban por su vida sin dejar huella. Conocia sus cuerpos, pero no sus almas ni sus corazones. Willow estaba dolida, realmente dolida. Aunque lo comprendia, no sabia como arreglarlo.

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