Despacio, sintiendose estupido, la rodeo con un brazo. Willow se volvio hacia el y apoyo la cabeza en su hombro. El la estrecho contra si, sintiendo los pequenos huesos de su espalda. Era muy fragil, penso. Sin embargo, en otros aspectos, era una mujer fuerte y con poder.
Las lagrimas de Willow le empanaron la camisa. Le acaricio la espalda. Quiza debiera decirle algo, pero como no sabia que, se quedo callado. Por fin, las lagrimas cesaron y la oyo respirar profundamente.
– Voy a tener una discusion con mi hermana -dijo Willow con voz queda.
– ?Por que lo tienes apuntado en el calendario?
– No, porque mi padre vuelve a casa. Mi madre me llamo anoche para decirmelo. Julie siempre se enfada y se pone a criticar cuando mi padre aparece. No es como otros padres. No esta mucho en casa. A mi madre no le importa. Estan enamorados o, al menos, mi madre lo esta de el y dice que con eso es suficiente. Yo la creo, pero Julie no. Julie dice que mama necesita algo mas que un marido que solo la visita una o dos veces al ano, se queda algun mes que otro y luego desaparece.
– ?Adonde va?
– No lo se. Ninguna lo sabemos. Lo ha hecho siempre. Marina lo acepta, pero Julie jamas lo perdonara. Son dos personas con opiniones muy firmes. Las personas deberian tener opiniones firmes.
Kane le acaricio el rubio cabello, suave y condenadamente erotico.
– ?Por que?
– Porque eso pone orden en la vida de uno. Yo soy la mediana, maldecida con la capacidad para ver las dos caras de la moneda. Me molesta y tambien a los que me rodean.
Kane le alzo la barbilla, obligandola a mirarlo. Los ojos de Willow eran del color del mar caribeno. Incluso enrojecidos eran bonitos. Esa boca lo incitaba. De repente, el deseo se apodero de el.
– Kane, ?te pasa algo?
– No, estoy bien.
?Que le ocurria? La habia poseido una noche y eso era suficiente. Siempre habia sido suficiente. Necesitaba una distraccion.
– ?Te gustaba dibujar la vineta? -pregunto Kane.
Los ojos de ella se ensombrecieron instantaneamente.
– Claro. Era divertido y creativo. Aunque algunas veces no me gustaba el estres de tener una fecha de entrega. Solia retrasarme en la entrega, lo que no era bueno.
– ?Era tu sueno? ?Era lo que querias hacer desde pequena?
Los ojos de Willow se despejaron y sonrio.
– No. No era mi sueno de nina.
– ?Cual era tu sueno de nina?
Willow se aparto ligeramente de el y se seco la cara con una mano.
– Siento haberme puesto en evidencia de esta manera. Tu solo querias que te ayudara a encontrar la gata y te he mojado la camisa.
Willow toco el humedo tejido. Kane ignoro el ardor que el roce le habia provocado.
– No has contestado a mi pregunta.
– Lo se. Es solo que… es tan insignificante. Julie hace grandes cosas y Marina quiza salve vidas, es posible que hasta el planeta. Yo no soy asi.
– ?Por que ibas a tener que ser asi?
– No lo se. Pero si no soy igual que ellas, ?no me sentire marginada?
– Siempre seras parte de tu familia -le dijo Kane-. A lo mejor, si hicieras lo que quieres hacer en vez de lo que crees que deberias hacer, no te molestaria ser diferente.
Willow parpadeo.
– Eso esta bien. ?Lees libros de autoayuda?
– No.
– Eso me parecia. Lo que yo quiero… -Willow respiro profundamente antes de continuar-. Me encantan las plantas. Me encanta que todas sean diferentes. Me encanta verlas crecer; sobre todo, las duras. Me encanta su aspecto, su tacto, su olor y sus diferentes personalidades.
?Personalidades? ?Las plantas? Bueno, se trataba de Willow.
– A veces, cuando cambian en una noche, es como magia -dijo ella-. Me gustaria abrir un invernadero.
Willow se interrumpio y parecio encogerse, como si estuviera dispuesta a recibir un ataque.
– Una tonteria, ?verdad?
– No, no es ninguna tonteria -le dijo el-. ?Por que no lo haces?
– No se nada respecto al negocio en si. No he estudiado horticultura ni he trabajado en un invernadero. Ademas, montar un negocio cuesta dinero.
– Podrias casarte con Todd. Un millon de dolares es dinero suficiente para montar un negocio.
Willow sonrio.
– Muy gracioso.
Despues, Willow se recosto en el sofa, pillandole el brazo, pero Kane no quiso apartarlo.
– Esta bien, hablare en serio. Ponte a trabajar en un invernadero y aprende el negocio. Y metete en una escuela tecnica donde se aprenda a llevar un negocio.
Willow se lo quedo mirando.
– Lo dices como si eso fuera sencillo.
– ?Por que iba a ser dificil? Cuando estaba en el hospital y uno del ejercito que reclutaba soldados vino a verme, me di cuenta de que era la oportunidad perfecta. No podia quedarme donde estaba, volverian a por mi. Ya habia falsificado la fecha de nacimiento, diciendo que tenia dieciocho anos; por lo tanto, cuando me dieron el alta, me aliste en el ejercito. Si es importante, uno hace lo que sea. No tiene por que ser dificil. Willow, has conseguido que adopte a esa maldita gata. Creeme, puedes montar un negocio.
– ?Lo dices en serio?
– Lo se.
Willow sonrio, fue una sonrisa de felicidad que le hizo desear desnudarla alli mismo y poseerla. En lugar de ello, le ofrecio una pasta.
Mas tarde, cuando Willow se hubo marchado y Kane volvia a estar solo con los gatos, miro a la gata madre, que lo observaba con gran interes.
– No te hagas ilusiones -le dijo el-. Solo llame a Willow para que me ayudara a encontrarte, no volvera a ocurrir. No me gusta nadie, ni siquiera tu.
La gata parpadeo.
– Tan pronto como tus crias se puedan defender por si mismas, os llevo a todos al lago. Que quede claro.
La gata volvio a parpadear y su ronroneo fue lo unico que se oyo en la habitacion.
Capitulo 6
Willow eligio una de las diminutas bolas que tenia encima de la mesa, agarro tambien el pegamento y, con sumo cuidado, la pego a una de las velas que habia acabado la noche anterior. Entretanto, hizo lo posible por no sonreir mientras Kane se paseaba por su pequena cocina.
Lograba cruzar la estancia con tres zancadas. Ella le habia ofrecido una silla, pero Kane parecia decidido a llevar aquella conversacion de pie.
Se lo veia incomodo, quiza fuera por la decoracion de su casa, penso Willow; era muy femenina, sobre todo, con los lazos y los frunces de las cortinas que ella misma habia hecho. Habia plantas por todas partes, asi como velas y tazones con flores secas aromaticas. Una pequena coleccion de unicornios de porcelana adornaban una de las estanterias del cuarto de estar. Los muebles eran blancos, de bambu, y los sillones tenian cojines con estampado de flores.
No, no era la clase de sitio que a Kane debia de gustarle.