– No, no lo sientes. Has sido tu quien les ha dicho que vinieran. Querias que vinieran.

– Esta bien, tienes razon. Pero ha sido porque no sabia si me iba a morir o no.

– Los esguinces en el tobillo no suelen ser mortales.

– Al menos, han traido comida -Willow sonrio-. Te gusta comer, ?no?

– ?Como lo sabes?

– Eres un hombre. A los hombres les gusta comer.

– Voy a por la comida del gato -dijo Kane, y volvio a la cocina.

– ?Todavia no le has dado de comer? -pregunto Willow indignada.

– Claro que le he dado de comer. Pero voy a por la comida para que te la lleves -contesto Kane conteniendo un grunido.

– No me voy a llevar a los gatos. En el edificio donde vivo no permiten tener animales domesticos, ese es uno de los motivos por los que alquile un piso en ese edificio. El otro es que tiene jardin y, despues de plantarlo, ha quedado precioso.

Kane casi nunca sufria jaquecas, pero estaba a punto de que le diera una.

– Yo no me voy a quedar con los gatos.

– No tienes mas remedio que hacerlo -lo informo ella-. Los gatitos acaban de nacer y tienen que quedarse donde estan, con su mama. Ah, y seria mejor que pusieras en la caja donde estan una bolsa de agua caliente.

– No quiero quedarme con los gatos -dijo el con firmeza-. Ni con estos ni con ninguno.

– ?Como puedes ser tan desalmado?

Willow habia hablado en tono muy quedo, sus palabras apenas audibles; sin embargo, el las sintio con el mismo impacto que una bofetada.

– Esta bien -anadio Willow-. Recoge las cosas de los gatos. Ya me las arreglare.

Kane habia liderado grupos de hombres en algunas de las regiones mas peligrosas del mundo. Habia matado para sobrevivir y lo habian dado por muerto en mas de una ocasion. Sin embargo, nunca se habia sentido tan fuera de lugar como en ese momento.

?Que le importaba lo que esa mujer pensara de el? Solo se trataba de unos gatos, que se los llevara ella.

Kane, en la cocina, metio la comida en una bolsa; luego, llevo la bolsa al cuarto de estar. Pero cuando miro a Willow, vio que se habia quedado dormida.

Willow tenia la cabeza apoyada en el brazo del sillon, sus largos cabellos rubios destacaban contra el oscuro cuero del sillon. Estaba sentada sobre una de sus piernas, la otra la tenia estirada y apoyada en el reposapies, el tobillo envuelto con una bolsa de hielo.

– Willow…

Ella no se movio. Ademas de no aguantar el dolor, los analgesicos parecian haber tenido un gran efecto en ella. Ahora no le extranaba que el medico le hubiera prohibido conducir bajo el efecto de los calmantes.

Willow se desperto sin tener idea de donde estaba. Se incorporo en el sillon y estuvo a punto de ser presa de un ataque de panico. Pero entonces recordo.

Una rapida mirada al reloj de la mesilla de noche le indico que eran casi las doce de la noche. ?La pastilla, realmente, le habia hecho efecto! Se sento en la cama y miro a su alrededor. La luz del cuarto de bano le permitio ver siluetas, incluida la cama donde estaba. Supuso que se trataba de la habitacion de invitados, advirtiendo que la cama no era enorme y el mobiliario, en vez de ser masculino, era neutro. Una pena. No le habria importado despertar en la cama de Kane… con el.

Sonriendo, se miro a si misma y vio que, a excepcion de los zapatos, estaba completamente vestida. Kane se habia portado como un caballero. ?Por que tenia tan mala suerte?

Willow suspiro. Habia algo en Kane que la inducia al descaro. Quiza fuera porque, en el fondo, se sentia a salvo con el. Era como si supiera que, junto a Kane, no podia pasarle nada malo, el la protegeria.

Nunca se habia sentido segura con nadie.

Se levanto de la cama y se puso en pie con cuidado. Aunque el tobillo aun le molestaba, habia mejorado mucho. Casi podia caminar con normalidad.

Despues de ir al cuarto de bano, fue en busca de su anfitrion.

Kane estaba en el cuarto de estar, leyendo. Al entrar ella, el levanto la cabeza y la miro.

– Lo siento -dijo Willow-. Las pastillas me han dejado grogui.

– Ya lo he notado.

– Veo que me has llevado a la cama.

– Si.

– Y que no me he despertado.

– Eso parece.

– No me has quitado la ropa.

– Me ha parecido lo mas correcto.

– Esta bien.

– ?Deberia haberte desnudado y haberme aprovechado de ti mientras dormias? -pregunto Kane con una sonrisa ironica en los labios.

– No, claro que no. Es solo que…

Kane la habia besado ya. ?No le habia gustado?

Kane se levanto y se acerco a ella. En menos de un segundo, el humor habia desaparecido de su mirada, que ahora era depredadora.

– Tu juego es muy peligroso -la informo Kane-. No me conoces.

Era verdad. El sentido comun le dictaba contencion, le dictaba volver a la habitacion de invitados y cerrar la puerta con llave. Pero… Kane la habia deseado antes. Su sentido comun debia recordar lo poco que eso le ocurria.

Kane alzo la mano y le acaricio una hebra de cabello.

– Como la seda -murmuro el. Volvio a ver pasion en los ojos de Kane. Sintio fuego, tentacion…

Capitulo 3

– No lo entiendo -dijo Willow-. No soy tu tipo.

– Eso ya lo has dicho antes. ?Como puedes saberlo?

– No soy el tipo de nadie.

– No te creo -contesto Kane sacudiendo la cabeza.

– Es verdad. Mi doloroso pasado, en lo que a las relaciones romanticas se refiere, lo demuestra. Para los hombres soy una buena amiga, alguien con quien hablar de cosas intimas.

– Yo no hablo de cosas intimas con nadie -la informo Kane.

– Deberias hacerlo. Es muy sano. Hablar de los problemas ayuda a resolverlos.

– ?Como lo sabes?

– Lo he leido en una revista, creo. Se aprende mucho con las revistas.

La oscura mirada de el continuo fija en su rostro.

– Vuelve a la cama. Te llevare a tu casa manana por la manana.

?No! Willow se negaba a que se la mandara a la cama como si fuera una nina.

– Pero ?donde vas a dormir tu?

– En mi cama, en mi cuarto. Tu estas en el de invitados.

– ?Es que no lo entiendes? Los dos estamos coqueteando, ?no seria mejor seguir?

Con la velocidad del rayo, Kane le rodeo la cintura con un brazo y enterro los dedos de la otra mano en sus cabellos. Sus cuerpos estaban en contacto.

Willow tenia la sensacion de que Kane estaba tratando de intimidarla; no obstante, le resultaba imposible tenerle miedo.

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