Dio la direccion del hotel y la localizacion del callejon donde se encontraba con el guardia de seguridad.

– Es Green -anadio-. Lo asigne para que protegiera el pasillo del hotel. Lo han atacado.

El guardia se movio.

– Esta recuperandose. Lo dejaron inconsciente. No, no hay sangre. Esta bien. Cinco minutos.

Se guardo el telefono en el bolsillo de la chaqueta y comenzo a desatar a Green. El hombre solto un grunido de dolor.

– ?Logan?

– Si, soy yo.

– Demonios, me atraparon por detras. Oi un ruido en las escaleras y fui a investigar de que se trataba. Un error clasico.

– Ocurre a veces.

– Si y ahora tengo un buen dolor de cabeza para recordarmelo. ?Se han llevado a la nina?

– No. Liz y el bebe estan bien.

Green se sento y se froto las munecas.

– Siento haberlo fastidiado todo.

– No se preocupe. No ha ocurrido nada.

Salvo que Liz no lo habia creido sobre lo del guardia.

David ayudo a Green a ponerse en pie y lo acompano hasta la calle principal. Unos minutos despues un coche negro se detenia frente al hotel. David ayudo al guardia a sentarse en el asiento trasero y despues se incorporo. Cuando se volvio, vio a Liz observandolo desde la entrada del vestibulo.

La policia se marcho veinte minutos despues. Prometieron que investigarian el intento de robo, pero David dudaba que fueran a hacerlo. Acompano a Liz y a Maggie a sus habitaciones y se quedo con Liz.

Ella lo dejo pasar, pero no le ofrecio que se sentara. El la miro mientras instalaba a Natasha, que estaba dormida entre una fortaleza de almohadas, sobre la cama. Cuando termino, lo miro.

Liz tenia unas profundas ojeras y estaba agotada y atemorizada. El tuvo la tentacion de abrazarla, pero las acusaciones anteriores de Liz lo mantuvieron en su lugar.

– Yo no te mentiria -le dijo.

Ella asintio y se sento al borde de la cama.

– Lo se. Lo siento. Cuando sali y no vi al guardia, no supe que pensar.

David podia ver la situacion desde su punto de vista. No se conocian bien, asi que, ?por que iba Liz a confiar ciegamente en el? Aun asi, le resultaba dificil aceptar que ella hubiera tenido miedo y no lo hubiera creido.

– Alguien engano al guardia. Lo golpearon y perdio el sentido -le explico.

– Me lo imagine cuando te vi acompanandolo al coche -ella se mordio el labio inferior-. Asi que estan dispuestos a atacar a la gente y meterse en las habitaciones para llevarse a Natasha. Debe de ser un bebe muy importante.

El se acerco a ella e hizo que se pusiera en pie para abrazarla.

– Estoy aqui -le dijo.

– Lo se.

– Todo va bien.

– No, no es cierto.

A el no le gusto el tono de resignacion que tenia su voz, ni la verdad de lo que decia. Las cosas no iban bien y hasta que el averiguara lo que estaba sucediendo, no podrian ir bien.

– Solo tengo que superar la vista con el juez -susurro Liz-. Puedo hacer eso, ?no? Solo es un dia mas.

Un dia mas y despues se marcharia. El sabia que era lo mejor, que ella estaria segura cuando llegara a casa. Pero en realidad, no queria que se fuera. La atrajo hacia la butaca e hizo que se sentara en su regazo y que se apoyara en el. Le acaricio suavemente la larga melena.

– Vas a estar a salvo. Me asegurare de que no te quedes sola ni un segundo hasta que se celebre la vista. Si yo no puedo estar aqui, enviare a alguien de la embajada para que este contigo. Tendras escolta.

– Te lo agradezco.

– ?Te ha explicado Maggie lo que ocurrira durante la vista?

Ella asintio.

– Tenemos que ver al juez. Es el ultimo paso antes de poder conseguir los visados para los ninos. Hay un periodo de espera de diez dias, pero normalmente se pasa por alto. Asi que cuando terminemos en el juzgado, iremos a la embajada a recoger los visados y despues, de vuelta al hotel a hacer las maletas. Nuestro vuelo sale a medianoche.

Un dia mas, penso el con tristeza.

– ?Quieres que nos vayamos a mi apartamento? -le pregunto.

– Preferiria no mover a Natasha. Ha estado dormida durante todo esto, pero no quiero tentar mas a la suerte.

– Entonces yo me quedare aqui.

Al darse cuenta de que ella miraba a la cama, anadio:

– En la butaca.

– No vas a dormir mucho.

– He sobrevivido a cosas peores.

– ?Pasas mucho tiempo rescatando a norteamericanos?

– Normalmente no, pero estoy feliz por esta excepcion.

– No se que habria hecho sin ti -susurro ella.

– No tienes por que preguntartelo. Estoy aqui.

Y se quedaria hasta que ella se marchara. La abrazo y le beso la cabeza. El deseo, siempre latente, se encendio. El no le presto atencion a las senales que le enviaba. No tenian importancia. Tenia que conseguir que Liz y Natasha estuvieran a salvo. En cuanto subieran al avion y se marcharan a casa, las olvidaria. O al menos, lo intentaria.

Al amanecer, David volvio a su apartamento y envio a Ainsley Johnson al hotel para que acompanara a Natasha y a Liz a la vista.

– ?Elizabeth Duncan? -pregunto Ainsley cuando Liz abrio la puerta de la habitacion-. Soy Ainsley Johnson. Trabajo con David Logan. He venido para asegurarme de que tu dia transcurre sin problemas.

– Gracias. Por favor, pasa.

Liz sonrio e intento no tirar del bajo de su camiseta. Se sintio desalinada en comparacion con la agente, que llevaba un magnifico traje de color azul claro y unas sandalias de cuero a juego.

– ?Como te encuentras? -le pregunto Ainsley.

– Cansada, pero bien.

– David me ha explicado lo que esta ocurriendo. Siento que tu experiencia con la adopcion haya sido tan dificil.

– Gracias.

Liz intento no imaginarse a David con aquella estupenda rubia desayunando en una terraza despues de haber pasado la noche juntos. Ainsley no llevaba alianza.

Intento apartarse aquellas ideas de la cabeza. Sabia que la falta de sueno era la causa de aquellos nervios. ?Que importaba que Ainsley y David tuvieran una relacion? Pero en realidad, si le importaba, lo cual no tenia sentido.

Ainsley se acerco a la cama y comenzo a hablar suavemente con Natasha.

– Asi que tu eres el motivo de todo este lio. Verdaderamente, eres una nina muy guapa. ?Estas lista para deslumhrar al juez e irte a casa con tu nueva mama?

Natasha se rio, movio los brazos y tiro al suelo su jirafa de juguete.Ainsley se agacho para recogerla.

– Eres una nina muy especial -canturreo-. Tu mama debe de estar muy feliz -dijo y se volvio hacia Liz-. Se que todo esto es muy estresante, pero terminara muy pronto.

Estupendo. Ainsley era guapa y ademas, encantadora. Aquella no era la forma en que Liz queria empezar el dia.

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