– Estoy lista -dijo-. La bolsa de Natasha esta llena de panales, comida y mudas.
– Bien. Las vistas individuales no suelen durar mucho -le dijo Ainsley-.Ya he hablado con tu asistenta social. A causa de lo que esta pasando, hemos pensado que sera mejor hacer el camino en grupo. Todo el mundo se quedara en el juzgado durante el tiempo que duren las vistas y despues iremos en caravana a la embajada americana. Despues de conseguir el visado, os quedareis alli hasta que llegue el momento de ir al aeropuerto.
Liz tuvo un momento de panico.
– Pero no he hecho las maletas.
– No te preocupes. Yo me ocupare de ello. Es parte de nuestro plan de proteccion.
Liz miro el reloj y se dio cuenta de que no tenia tiempo de meterlo todo en las maletas en los pocos minutos que le quedaban. Pero al menos, podria recoger lo que habia en aquella habitacion temporal. Diez minutos despues, Ainsley le dijo que era hora de marcharse.
Mientras iban hacia el juzgado, Ainsley le senalo varias vistas de la ciudad. Sin embargo, para Liz Moscu habia perdido todo su atractivo. Para ella, era la ciudad en la que casi habia perdido a Natasha.
Solo quedaban unas horas, se dijo. Primero, la vista y despues, estaria en la embajada hasta que saliera su vuelo a casa.
– Creo que te va a gustar tu nueva casa -le dijo a Natasha-.Tienes una habitacion preciosa con mucha luz. Te he comprado una cuna, juguetes y mucha ropa bonita. Seremos muy felices.
Y estarian a salvo. En aquel momento, el hecho de no sentir temor le parecia un sueno imposible.
Las vistas se celebraban en un edificio de piedra. Liz subio las escaleras de la entrada con Natasha en brazos. Ainsley las seguia con la bolsa de las cosas del bebe.
Habia ocho parejas con sus hijos adoptivos. Ainsley coloco a Liz en medio del grupo mientras se movian por la gran sala donde iban a comparecer ante el juez. La sala podria haber albergado, facilmente, a un centenar de personas. El techo tenia una altura de tres metros y medio y sus pasos resonaban inquietantemente mientras el grupo se repartia entre los bancos y ocupaban sus sitios.
Pareja por pareja, los padres fueron llamados para presentarse al juez, un hombre de aspecto severo con el pelo gris y con gafas. El revisaba los documentos, hacia unas cuantas preguntas que les eran traducidas a los padres por un hombre situado a la izquierda del juez y despues, firmaba un papel. Cuando todo aquello terminaba, decia siempre lo mismo:
– No se exige la espera de diez dias. Enhorabuena.
Con sus preciosos documentos, la familia feliz volvia a su banco.
“-
Liz se puso en pie y apreto a Natasha contra su pecho. Maggie la acompano ante el juez, como habia hecho con todos los demas. Ella tenia en la mano la carpeta con los duplicados de los papeles de Natasha.
El juez no la miro. En vez de eso, paso las paginas varias veces. Liz noto que se le encogia el estomago. Por fin, el juez la miro y dijo algo en ruso.
Ella se quedo petrificada, incapaz de moverse ni de respirar.
– Por favor, diga su nombre completo.
Liz estuvo a punto de caer de rodillas del alivio. Era la misma pregunta que el juez habia hecho en primer lugar a todos los padres. Todo iba a salir bien.
Ella dijo su hombre y despues respondio a las otras preguntas. El ritmo de los latidos de su corazon se normalizo mientras veia al juez firmar varios documentos.
El hablo de nuevo.
– Tiene una nina preciosa -dijo el traductor-. En diez dias, podra solicitar el visado en su embajada. Hasta ese momento, no podra sacar a la nina del pais. Siguiente.
Liz se quedo mirandolo fijamente.
– ?Que? ?Que ha dicho?
Maggie tomo la documentacion que le ofrecia el traductor y guio a Liz hacia los bancos.
Liz no podia creerlo.
– Esto no puede estar sucediendo -dijo.
– Lo siento -respondio Maggie-. Algunas veces se ponen quisquillosos. Por favor, no te agobies.
Ainsley se unio a ellas. La agente no estaba nada contenta.
– Esto no me gusta nada -dijo.
Liz miro a Maggie.
– Debe de haber algo que podamos hacer. ?No podemos hablar con alguien? No puedo quedarme aqui diez dias mas. Me la van a quitar.
– No hay nada que podamos hacer -dijo Maggie-. Estoy segura de que todo ira bien.
Sin embargo, no parecia que estuviera muy convencida. Ni tampoco Ainsley. Liz miro a los otros padres, los padres felices que se marcharian aquella noche, mientras que ella se veria forzada a quedarse en Moscu.
Abrazo a Natasha y cerro los ojos fuertemente.
– No les dejare que te lleven -le susurro a la nina.
Lo decia con todo el corazon pero, ?como iba a conseguirlo?
Capitulo 9
Cuando le dijeron a David que Liz estaba en la oficina, supo que algo habia ido mal. De otro modo, Ainsley la habria llevado directamente a la embajada.
Salio de su despacho y recorrio apresuradamente el pasillo, hasta que llego a la oficina de Ainsley.
Liz estaba sentada en una de las butacas que habia frente al escritorio de la agente. Tenia a Natasha en brazos. La nina solto un gritito de alegria al verlo y extendio los brazos hacia el. Liz alzo la vista e intento sonreir, pero tenia los ojos llenos de lagrimas y de miedo.
David se sento junto a ella mientras le hacia un gesto de saludo a Ainsley. La agente tenia una expresion grave.
– ?Que ha ocurrido? -le pregunto a Liz.
– Tengo que quedarme -respondio ella con voz temblorosa-. El juez me ha impuesto la espera de diez dias, mientras que la ha pasado por alto para todos los demas.
Se seco las lagrimas que se le habian derramado por las mejillas, pero no sirvio de nada. No podia dejar de llorar.
– Esta claro que han conseguido sobornar al juez. Estoy segura. Aprobo sin problemas todas las demas adopciones, pero no la de Liz. Y no solo tiene que esperar diez dias, sino que el juez dijo especificamente que Natasha no puede salir del pais -dijo Ainsley.
Liz la miro.
– Eso no lo entiendo. ?Adonde iba a llevarla? No puedo marcharme sin el visado.
Pero David si lo entendia. Estaba furioso.
– Lo que ha dicho es que no puedes llevarla a la embajada norteamericana hasta dentro de diez dias.
Ante la mirada de confusion de Liz, Ainsley se inclino hacia ella.
– Se considera suelo americano.
Aquel miserable estaba intentando exponerlas. De aquel modo, Natasha seria un objetivo mucho mas facil.
– ?Mas requisitos? -pregunto.
– Liz tiene que presentarse en el orfanato todos los dias -le dijo Ainsley-. Con la nina.
Por supuesto. Eso haria que tuvieran que salir del hotel y serian mucho mas vulnerables. Maldito fuera quien estaba detras de todo aquello.
El se acerco a Natasha para verle la cara. La nina lo miro con sus enormes ojos azules, con una confianza completa. Tenia tres dedos metidos en la boca y estaba chupandoselos muy contenta.
– Vamos a ponerte a salvo -le prometio al bebe.