– No. El es nuevo por aqui y el tatuaje es viejo. Dakota, Nevada y yo hemos intentado descubrir quien es y mama no dice ni una palabra. Lo que quiero decir es que el amor surge. Te ira genial con los bebes y estoy segura de que Raul se enamorara perdidamente de ti. Ya lo veras.
Raul aparco delante de la gran casa.
– Se que es vieja -le dijo a Pia-, pero he hecho que Ethan la revise al completo y es genial. El suelo es fantastico, tiene muchas habitaciones, una gran cocina, que hay que tirar abajo, pero que luego podrias decorar como quisieras. Tiene un gran jardin trasero, y grandes arboles para trepar. Es la perfecta casa familiar.
Espero ansioso mientras Pia miraba la casa de tres pisos con los ojos como platos. Estaba en uno de los barrios mas antiguos del pueblo, una zona construida en los anos veinte. En cuanto habia visto la casa, el habia sabido que era exactamente lo que habia estado buscando.
– Tiene ocho habitaciones, incluyendo tres en la primera planta. La segunda tiene un gran dormitorio principal, pero he pensado que podriamos tirar abajo el muro que la separa de la habitacion mas pequena para hacerla mas grande. Tambien reformaremos el bano y agrandaremos el armario.
Ella se volvio hacia el.
– ?Porque tienes muchos zapatos?
– Se que tu si. Es cosas de chicas.
– Supongo que si.
Pero Pia no parecia tan emocionada con la casa.
– ?Estas bien? ?No te gusta este lugar?
– Tiene potencial -dijo ella abriendo la puerta del coche-. Deberiamos pasar.
El la siguio, preguntandose que pasaba con las mujeres que ocupaban su vida. Dakota habia vuelto al trabajo al dia siguiente, pero seguia sin ser la misma e insistiendo en que todo iba bien. Era una pesima mentirosa. Y ahora Pia estaba actuando de un modo muy extrano.
La siguio hasta el porche delantero, que era tan ancho como la casa y tenia varios metros de profundidad.
– ?Estas enfadada porque he ido a mirar casas sin ti?
– No. Dijiste que irias. No pasa nada.
El penso en mencionar que se habia llevado a Peter el dia antes con el y que al chico le habia encantado la casa, pero no estaba seguro de que eso fuera a servir de algo.
– Se que he estado ocupado -dijo mientras sacaba la llave del bolsillo- con Peter. Sus padres adoptivos volveran en un par de dias. La senora Dawson los ha investigado y no ha encontrado nada extrano, asi que volvera con ellos.
Ella se giro y poso la mano sobre su pecho.
– Raul, no estoy enfadada porque te hayas ocupado del pequeno. Creo que es algo maravilloso e increible. Es mas, me encantaria cenar con los dos antes de que Peter se marche. No estoy enfadada por lo de la casa. No estoy enfadada por nada.
– ?Lo juras?
– Si.
Ella se puso de puntillas y el se agacho para besarla.
Sentir su boca contra la suya, su cuerpo tan cerca, hizo que quisiera agarrarla con fuerza y aprovecharse de que la casa estaba vacia. Una noche con Pia no habia sido suficiente. Pero hasta que hablara con su doctora sobre cuando era oportuno que volvieran a tener relaciones, no haria nada que pusiera a los bebes en peligro.
– ?Esta noche? -pregunto el sabiendo que hablaban de la cena, pero deseando algo mas.
– Claro.
Abrio la puerta y entraron en el gran vestibulo. El salon quedaba a la izquierda, el comedor a la derecha y en la misma planta habia tambien un estudio, una cocina y un cuarto de estar.
– Empecemos por arriba -dijo el senalando las escaleras.
– De acuerdo.
En la planta de arriba, senalo los tres dormitorios. A lo largo del pasillo habia tres grandes armarios para la ropa blanca.
– Si quitamos este armario, podemos hacer un bano con acceso a dos dormitorios, pero ya que seran ninos, podriamos convertir este otro en un aseo.
– Aja.
Le mostro los tres dormitorios. Eran todos del mismo tamano, con techos inclinados y ventanas salientes con bancos.
– Es genial para leer.
– Sobre todo en dias de lluvia. Haran falta muchos cojines y mantas.
El la observo. Estaba diciendo cosas acertadas, pero parecia que algo iba mal. Podia captarlo.
Ella marco el camino hasta la segunda planta. El dormitorio principal estaba al fondo. Raul le mostro la pequena habitacion que podria unirsele, el enorme bano del pasillo y la cantidad de espacio que tenian para almacenaje.
– Es bonita -dijo ella-. Tiene mucha luz y espacio. Me gustan mucho los detalles de artesania.
Fueron al piso principal, donde el le conto todo lo que queria hacer con la cocina antes de llevarla al estudio.
– Esta habitacion es genial. No me suelen gustar los panelados, pero la combinacion de madera y ventanas funciona. Hay muchas librerias.
Espero a que ella pasara, pero Pia, en lugar de mirar la habitacion, se echo a un lado y se coloco las manos detras de la espalda.
– ?Pia?
Parecia perdida en sus pensamientos.
– Esta casa no es de Josh, ?verdad? Has acudido a un agente inmobiliario.
– Me recomendo a alguien. Las casas de Josh son mas pequenas y ahora que esperamos tres ninos, sabia que necesitariamos algo mas grande.
– ?Te dijo el agente algo sobre las personas que vivieron aqui antes?
– No. ?Los conocias?
Ella asintio.
– Esta casa pertenecia a mi familia.
?Ella habia vivido ahi? Menudo idiota, penso.
– ?Por que no has dicho nada? ?Por que has dejado que te la ensene?
– Queria saber lo que seria estar de vuelta aqui. Queria saber… -miro el estudio-. Mi padre se suicido aqui dentro. Yo encontre el cuerpo.
A Pia la complacio poder pronunciar esas palabras sin estremecerse. Era casi como si estuviera contando una historia sobre otra persona. Tal vez habia pasado tanto tiempo que el pasado ya no ejercia ningun poder sobre ella, a pesar de tener dudas.
Se giro de espaldas al estudio y entro en el salon. Ese espacio era mas seguro. Alli habia menos recuerdos.
– Tenia la tercera planta solo para mi. Dormia en una habitacion y tenia otra llena de sillones y con una television. Mis amigas venian mucho porque yo tenia unos padres guais a los que no les importaba lo que hicieramos. Podiamos quedamos despiertas toda la noche, hablar por telefono, e incluso robar alcohol del mueble de mi padre. Lo tenia todo. Todo el mundo me envidiaba. Creian que era muy afortunada.
El no dijo nada, simplemente se quedo alli a su lado, escuchando mientras ella miraba por la ventana porque eso le resultaba mas sencillo que ver compasion en sus ojos.
– Me llevo un tiempo darme cuenta de que no le importaba a ninguno de los dos. Yo era otra forma de mostrar su estatus. Solo nos importaba el aspecto de las cosas, y no como eran. Creci siendo egoista y mezquina. Tener mas ropa de la que jamas me pondria no sustituyo tener unos padres que nunca me quisieron. Envidiaba a los otros ninos que eran mas inteligentes o que tenian una gran familia.
Involuntariamente, ella lo miro y por suerte no vio ninguna emocion en su expresion.
– Era mezquina -dijo simplemente-. Atormente a todo el mundo que no entraba en mi circulo de amigos. Me