cosas.

Ahora ella respiraba aliviada ante el silencio y esperaba que pasaran horas hasta que alguien volviera a llamar a la puerta. Era mucho mas sencillo compadecerse de una misma y sentirse culpable cuando se estaba sola.

La segunda ecografia habia mostrado que los dos bebes que quedaban estaban bien y que no parecian afectados por lo sucedido a su hermano. Una de sus visitas, Nina, la enfermera del hospital, le habia llevado pollo y le habia dicho que no era extrano perder a un bebe durante la gestacion.

Pia agradecio los intentos de hacerla sentirse mejor, pero en ese momento aun se sentia culpable y algo deprimida. Era posible que con el tiempo se sintiera mejor, pero no podia imaginar que eso llegara a suceder.

Alguien llamo a la puerta.

– ?Adelante! -grito.

Denise Hendrix abrio la puerta y entro en el salon.

– Hola -le dijo la mujer con una calida sonrisa-. ?Como te encuentras?

Pia se encogio de hombros.

– Supongo que bien. Triste.

– Normal. Lo estaras un tiempo. Te he traido helado. Casi todos los sabores que hacen Ben & Jerry’s. Piensa en esto como en tus raciones de lacteos. Lo pondre en el congelador.

Volvio al cabo de unos minutos y en lugar de sentarse en la silla situada frente al sofa, lo hizo sobre la mesa de cafe y se acerco a ella.

– Se te ve hundida, como si hubieras perdido a tu mejor amiga.

– O hubiera matado a su bebe -murmuro Pia-. Lo siento. No pretendia decirlo en voz alta.

– Tu no has matado al bebe de Crystal.

– Pues lo parece. No eran reales para mi, Denise.

– ?Y que? ?Por que eso no es suficiente? Hay unos ninos creciendo en tu interior y ahora mismo tu unico trabajo es cuidar de ti y cuidarlos a ellos lo mejor que puedas -suspiro-. He criado a seis hijos. ?Crees que estuve presente cada segundo de cada dia? ?Crees que me gustaba cuando los ninos estaban pelandose y las ninas tenian un colico? ?Que no me apetecia irme a una isla tropical con nada mas que una tranquila habitacion donde poder dormir y un buen libro?

– Pero eres una madre genial.

– Gracias. Amaba a mis hijos y lo hice lo mejor que pude, pero no era perfecta. Nadie lo es. Y si los bebes que te han implantado no te parecen reales, ?que? Ya lo asumiras. Esto supone un cambio enorme en tu vida, Pia. Has renunciado a muchas cosas para honrar la peticion de tu amiga. Me caia genial Crystal, pero he de decirte que una parte de mi piensa que no tenia derecho a hacerte esto.

– ?De que estas hablando?

– No le puedes dejar tus embriones a alguien sin consultarselo primero. Esta mal. Deberia habertelo contado, asegurarse de que necesitabas. Ella te pidio mucho, pero no te dio la oportunidad de negarte.

Pia no lo habia visto de ese modo.

– Podria haberme ido.

– Marcharse siempre es una posibilidad, si, pero no para ti. Tu no eres asi. Y cualquiera que te conozca personalmente sabe que te ha hecho dano la gente que deberia protegerte. No tienes que preocuparte sobre conectar o no con los bebes que estan en camino. Sucedera. La razon por la que estas triste es que has perdido a uno de tus hijos tambien. Si esto solo tratara de Crystal, te sentirias culpable.

Pia le dio la vuelta a las palabras de la mujer.

– Tienes razon -dijo lentamente-. Si no me importara, supongo que estaria aliviada en secreto. Dos bebes seran mucho mas facil de cuidar que tres, pero no puedo alejarme de la sensacion de perdida. Y de decepcionar a Crystal.

– No se trata de tus emociones. Un embrion se ha perdido en cualquier punto del proceso. Habria sido un milagro que los tres llegaran tan lejos. ?Sabes la probabilidad que habia de quedarte embarazada? Lo has hecho genial.

– Gracias.

De algun modo, Denise habia llegado al corazon del problema y, en cierto modo, sacar el tema a la luz hizo que Pia se sintiera mejor.

– Me preocupa no hacer un buen trabajo -admitio ella-. No estoy preparada para comprar ropa premama o ver muebles de bebe.

– La mayoria de las mujeres se casan y planean tener un bebe. A ti esto te lo han impuesto sin avisar. Necesitas tiempo para ponerte al dia. Y en cuanto a la ropa premama, confia en mi, no pasara mucho tiempo hasta que no tengas eleccion -sonrio-. Muy pronto tendras hormonas fuera de lo normal recorriendote el cuerpo. Biologicamente te veras obligada a preparar el nido. Pero hasta que eso pase, no te preocupes. Estas siendo demasiado dura contigo misma.

– Intentare hacerlo mejor.

– Eso espero. Seras una madre genial. Ya lo eres. Si necesitas algo, sabes que todos estaremos a tu lado. Este pueblo te adora.

Las dos mujeres se abrazaron y mientras Denise se ponia derecha, Pia oyo pisadas en las escaleras. Unos segundos despues, Raul entro en el apartamento.

– Denise. Gracias por pasar por aqui.

– Tenia que ver a nuestra chica. Esta mejor.

Raul la miro nervioso.

– Eso espero -vacilo y anadio-: Intento convencerla de que se mude conmigo, al menos de manera temporal. Mi casa no tiene tantas escaleras.

Pia volteo los ojos.

– Estoy bien.

– No puedes subir las escaleras.

Habia una diferencia entre «no poder» y «no querer», penso Pia. Aunque se suponia que tenia que tomarselo con calma durante los proximos dias, despues no habia restricciones.

Denise los miro a los dos.

– Pia, podria ser una buena idea. Estarias mas relajada si no tuvieras que preocuparte por las escaleras. Solo sera durante una semana o asi, despues puedes volver a tu casa -enarco las cejas-. Aunque no estoy segura de durante cuanto tiempo querras subir esos tres tramos de escaleras a medida que avance tu embarazo.

Raul tenia en el rostro una expresion suplicante.

– ?Lo ves?

Seria la solucion mas practica, pero a Pia no le gustaba. Mudarse con Raul hablaba de su relacion… o tal vez simplemente hacia que las cosas parecieran mas reales. Y no es que ella hubiera querido ignorar el gran anillo de compromiso que llevaba en la mano izquierda…

– Pensare en ello -prometio. Era lo mejor que podia hacer.

Denise volvio a abrazarla y le susurro:

– Es un hombre muy guapo y excesivamente amoroso. Hay cualidades peores en un hombre…

– Lo se. Gracias por venir y hablar conmigo.

Denise la beso en la frente.

– Cuando quieras. Cuida de ella. Todos la adoramos.

– Lo hare -le respondio Raul antes de acompanarla a la puerta.

Hablaron unos segundos durante los que Pia no pudo oir que se decian. Se recosto contra el sofa y cerro los ojos. A pesar de estar agotada, no podia quedarse dormida. Cada vez que lo intentaba, volvia a ver la sangre en la silla y el terror la invadia. No era una secuencia exactamente disenada para hacer que durmiera.

En su lugar, penso en lo que Denise le habia dicho. Y lo que mas la ayudo fue su observacion sobre lo increible que era que los bebes hubieran llegado tan lejos. Tal vez estaba bien que en un principio no hubiera absorbido del todo la idea de estar embarazada. Tal vez todo eso cambiaria con el tiempo.

Abrio los ojos y vio a Raul cerrar la puerta. La miro.

– ?Por que no intentas descansar? -le sugirio el.

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