Ella asintio porque era mas sencillo que admitir que no podia dormir. Cerro los ojos e intento no pensar en nada. Eso le parecio lo mas seguro.
Pero se vio recordando la historia de su primera esposa. De como Caro lo habia traicionado. No habia excusa para lo que habia hecho. Pia no podia imaginarse mintiendole a la persona a la que querias mas que a nadie. No asi. Si no hubiera querido tener hijos, deberia haberselo dicho y haber tomado la pildora o algo asi.
Pero la parte mas dificil de lo que el le habia contado habia sido darse cuenta de que habia amado a Caro. La verdad se habia reflejado en como habia hablado sobre ella, en la emocion de sus ojos. La habia conocido, habia salido con ella, se habia enamorado y le habia propuesto matrimonio. Como tenia que ser.
Ella no tendria todo eso. No tendria la clase de amor que Nicole y Hawk compartian, ni que Denise habia tenido con su difunto esposo. Podria haber respeto y un afecto cada vez mayor, podria haber un objetivo compartido de criar a los mellizos y tal vez de tener mas hijos, pero en su relacion no existiria la clase de amor que hacia que se te acelerara el corazon, que te ponia el vello de punta.
Saberlo le dolio mas de lo que se habria esperado y la hizo querer entregarse al llanto. En parte por lo que habia perdido, y en parte por haberse dado cuenta de lo mucho que deseaba tener eso en su vida. Habia querido un final feliz.
Con Raul.
Se puso derecha y abrio los ojos. Despues de asegurarse de que el no estaba en la habitacion, le dio vueltas a la idea. ?Con Raul? Como si… ?Que? ?Es que estaba enamorandose de el?
Ese era un terreno peligroso, se dijo. Era una locura enamorarse de un tipo que le habia dejado claro que no queria implicar a su corazon en todo eso.
Se recordo que ella siempre habia sido practica y que era el peor momento para estar pensando con el corazon.
– Aun me huelen raras las manos -dijo Peter con una carcajada-. Y ya me las he lavado como cinco veces.
– El ajo tiene ese peligro -le respondio Pia disfrutando de la compania del nino. Era dificil estar deprimida en presencia de un nino tan feliz.
– Raul ha dicho una palabrota al echar los espaguetis en el agua hirviendo -susurro Peter-. Ha sido divertido.
– Seguro que si.
A pesar de sus negativas para mudarse con Raul, el sentido practico y su miedo a las escaleras habian salido ganando. El le habia hecho las maletas, la habia bajado en brazos por las escaleras y ahora estaba instalada en su habitacion de invitados.
Raul habia llamado a los padres adoptivos de Peter y les habia pedido si el nino podia cenar con ellos. Pia agradecio tener a alguien mas alli aquella primera noche porque la hizo sentirse menos incomoda por el hecho de estar en casa de Raul.
El aparecio en la puerta con un pano de cocina sobre un hombro.
– He escurrido la carne de grasa antes de anadirle la salsa.
– Si.
– Que complicado es cocinar.
Ella se rio.
– Te he dicho que no empezaras haciendo espagueti. Podrias haber calentado algo preparado, sin mas. Eso habria sido mas sencillo.
– Pero me encanta un buen desafio.
– Tipico de los hombres.
El se rio y se marcho.
Peter estaba sentado al lado de ella en el sofa.
– Raul ha dicho que estas enferma y que tenias que tener cuidado -el nino extendio el brazo, que ahora era una escayola verde-. ?Es como lo de mi brazo?
– Un poco. Aun tienes que tener cuidado con no mojarla, ?verdad?
– Si.
– Pero se pondra bien.
– ?Como tu? -pregunto Peter acercandose a ella. Pia lo rodeo con su brazo.
– Como yo -dijo y espero estar diciendo la verdad.
Capitulo 17
Liz se estiro en el otro sofa en el salon de Raul.
– En serio -le dijo-. Tienes que estar aburrida.
– Casi he terminado -admitio Pia. Era el dia cuatro y su ultimo dia de descanso-. No dejo de pensar en todo lo que hay que hacer y en lo atrasada que voy.
– Si, bueno, en cuanto a eso… Montana ha organizado un equipo de trabajo.
Pia se puso derecha.
– No me digas que ha dejado que entre gente en mi despacho.
– De acuerdo, no te lo dire.
– ?Estas de broma? ?Han tocado mis archivos?
Liz se rio.
– No es que hayan estado revolviendo tu cajon de la ropa interior. No son mas que carpetas.
Pia gruno.
– Son mis carpetas. Tengo un sistema. ?Y si me lo han descolocado?
– ?Y si solo intentaban ayudar porque se preocupan por ti?
– Ayudar es agradable, pero no si me genera mas trabajo.
– Alguien necesita relajarse un poco. Deberias estar agradecida por lo mucho que nos preocupamos por ti. Este pueblo se cuida a si mismo.
Pia entrecerro los ojos.
– No estabas tan contenta con eso cuando te mudaste. Si no recuerdo mal, querias marcharte y no volver nunca mas.
– Eso era diferente.
– ?Por que?
– Me estaba pasando a mi.
Pia se relajo en el sofa y se rio.
– Muy tipico. Estamos absortos en uno mismo.
– Eso lo diras por ti -el humor de Liz se desvanecio-. ?Como te encuentras?
– No. Estoy cansada de hablar de mi. ?Como estas tu? ?Como es la vida con tres ninos y un prometido?
– Te olvidas del perro. Es la gran idea de Ethan, aunque la culpa es mia. Di un voto. Claro que todos querian el cachorrito menos yo y ahora, por si antes tenia poco, estoy entrenando a un labrador con mucha energia que se llama
Pia se rio.
–
– ?Te lo puedes creer?
A comienzos de verano, Liz habia descubierto que tenia dos sobrinas. La mayor, de catorce anos, se habia puesto en contacto con ella a traves de su pagina
La situacion se habia visto complicada por el hecho de que Ethan, el mayor de los chicos Hendrix, era el padre del hijo de diez anos de Liz. Como consecuencia de una serie de malos entendidos, Liz haba pensado que el sabia lo de Tyler, pero no era asi. Tras unos meses algo duros, se habian dado cuenta de que seguian locamente