habian ido al festival. Parecian treintaneras y estaban charlando entre si. La alta, una morena, levanto su camara y saco una foto.

Al darse cuenta de que las habia visto, la mas baja lo saludo y fueron hacia el.

– Eres Raul Moreno, ?verdad? Te he reconocido al momento. ?Oh, Dios mio! No puedo creerlo. Eres igual de guapo en persona. Esto es muy emocionante. Hemos venido cuando nos hemos enterado de lo de los autobuses de hombres. Ha habido una subasta y todo. Que pena que tu no participaras. Habrias sacado mucho dinero.

Sus amigas se unieron a ella.

Raul tiro el helado y se levanto. Por lo general esas cosas no le molestaban, pero habian pasado meses desde que un fan se le acercaba. Alli en Fool’s Gold todo el mundo lo trataba con normalidad y ahora mismo lo unico que queria era pasar el dia con Peter no con tres mujeres que seguro que no se conformarian con una foto.

– ?Es tu hijo? -pregunto la rubia mas alta.

– No tiene hijos -dijo la morena-. ?Participas en uno de esos programas beneficos? ?Es un desfavorecido? Fijaos en su brazo roto.

Raul se situo entre las mujeres y el nino.

– Ya basta. Sacad vuestras fotos y marchaos.

La rubia pequena se acerco.

– Es un pais libre. No tenemos que hacer lo que nos dices. Podemos pasarnos todo el dia siguiendote si queremos.

– No lo creo.

Esas firmes palabras se oyeron tras el, que se giro y vio a Bella Gionni acercandose junto con Denise y otras cuantas mujeres que no reconocia. Parecian serias.

– Buenos dias, senoritas -dijo Denise con educacion-. ?Podemos ayudaros?

– No puede. Es una conversacion privada.

– Podeis decir lo que querais delante de nosotras -dijo Bella poniendo la mano sobre el hombro del nino-. Estamos muy unidos.

Sus amigas se situaron alrededor de Peter y de el.

Las mujeres mas jovenes se miraron y fruncieron el ceno.

– ?Que esta pasando? -pregunto la alta.

– Podeis saludar a Raul y sacarle una foto, pero hasta ahi todo. No lo sigais ni lo molesteis. Tampoco podeis hablar con Peter -sonrio al chico-. Chicas… -dijo en susurro.

El tenia los ojos como platos.

– Lo se -le susurro.

Raul estaba tan impactado por el rescate como por las potenciales acosadoras. Mientras que agradecia la preocupacion, su orgullo no toleraba la idea de que lo hubieran protegido media docena de mujeres de entre cuarenta y cincuenta anos.

Aunque, ?al infierno con su ego! Por el momento mantendria la boca cerrada.

Las tres mujeres le hablaron de nuevo.

– ?Lo dices en serio? ?Vas a dejar que te digan lo que tienes que hacer?

El les dedico la mejor de sus sonrisas. La misma que mostraba en los anuncios.

– Absolutamente.

– Este pueblo es estupido. Deberiamos irnos. No se por que hemos creido que podriamos pasarlo bien aqui.

– Nosotras tampoco. Conducid con cuidado, chicas.

La morena le hizo un gesto obsceno con el dedo.

– Parece que necesitas una manicura, senorita. Llevar el esmalte desportillado es vulgar, igual que su…

Las tres se marcharon.

– Gracias -dijo Raul a sus rescatadoras.

– De nada -le respondio Bella-. Seguro que habrias podido librarte de ellas, pero ?por que malgastar tu tiempo con esa basura?

– Si tuviera diez anos mas…

Bella le dio una palmadita en el hombro.

– Lo siento, pero no. Si tuvieras diez anos mas, te dejaria agotado y acabarias muriendo de un ataque al corazon, asi que mejor lo dejamos ahi.

Denise se acerco y lo beso en la mejilla.

– Admitelo. Estas un poco humillado.

– Un poco.

– Entonces nuestra labor aqui ha terminado -miro a Peter-. ?Te importa si me llevo a este hombrecito? Hay coches de choque al otro lado del parque y mis hijos ya son demasiado mayores para jugar. Te lo traigo despues.

– Claro, si a ti te apetece, Peter.

– Claro.

Peter le dio la mano a Denise y se marcho relamiendo su helado. Raul les dio las gracias a las demas y espero a que se hubieran ido antes de ir a ver a Pia.

– Habla con el chico de los cacahuetes -estaba diciendo ella cuando llego-. Siempre recoge temprano para evitar el trafico. Dile que si vuelve a hacerlo, no vendra mas. Recuerdale que puedo conseguir cincuenta vendedores de cacahuetes para sustituirlo con solo una llamada.

Sonrio a Raul.

– Ey, ?donde esta Peter?

– En los coches de choque con Denise -se sento en el cesped junto a la silla-. Acaba de rescatarme un grupo de mujeres de mediana edad.

– ?De que estas hablando?

Le conto lo de las mujeres que lo habian parado y como Bella, Denise y sus amigas se habian ocupado de la situacion.

– Que majas -dijo con una mirada divertida-. El gran jugador de futbol americano rescatado por unas mujeres mayores.

– Esto no esta bien. Puedo cuidar de mi mismo, pero he dejado que hablaran ellas.

– Eres uno de los nuestros y nosotros cuidamos de los nuestros. Es como lo de la comida que trajo todo el mundo despues de perder al bebe.

– No es asi.

– No te pongas asi. Es un gesto adorable.

Pero a el no le hacia gracia.

– No se lo cuentes a mis amigos.

– ?Que me daras si no lo hago?

– Lo que quieras.

Ella se rio y el disfruto de ese sonido mientras la miraba. Era encantadora, con sus grandes ojos y esa sonriente boca. Las ondas de su cabello resplandecian bajo el sol y era la perfecta combinacion de caracter y estabilidad.

Pero no era solo ella, penso al mirar a su alrededor Era el pueblo en si. Habia vivido en muchos sitios y aunque siempre habia disfrutado en esas ciudades, nunca se habia sentido conectado con la comunidad. No como ahi.

Aunque no le hacia gracia que lo hubieran rescatado unas senoras, sabia que significado tenia ese gesto. Alli no se tenia en cuenta ni el sexo ni la edad de las personas. Ellas habian visto un problema y habian actuado, como si Raul fuera responsabilidad suya. Se habia mudado a Fool’s Gold para encontrar un lugar en el que asentarse y lo que habia encontrado habia sido un hogar.

Capitulo 18

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