su secretaria.
– No tires la toalla, Molly -le dijo-. Mi vida es una serie de relaciones monogamas, pero tu puedes tener algo mas.
– ?Asi que sales con una mujer, luego cortas con ella y empiezas a salir con otra?
– Algo asi.
Molly doblo una rodilla y rodeo la pierna con los brazos.
– ?Alguna vez las echas de menos cuando ya no estan?
– Un poco, pero siempre menos de lo que deberia.
«?Me echaras de menos a mi?» Penso la pregunta pero no la formulo. Tenia miedo de saber que se olvidaria de ella facilmente. Molly sabia que lo recordaria. Mucho despues de que su viaje terminara, lo recordaria y saborearia cada dia que habian pasado juntos.
– No conecto con la gente, nunca lo he hecho. Aprendi de pequeno a mantener la distancia emocional. Mira lo que paso con Janet. Creia que queria casarme con ella, pero seis semanas despues, me alegre de haberme quedado libre -la miro-. ?Como esta?
– Muy bien. Cuando se caso con Thomas, pense que lo hacia por su dinero y su posicion social, pero han pasado diez anos y todavia esta loca por el -Molly vacilo, sin saber si debia contarselo todo.
– Sigue -dijo Dylan-, me gustaria saber que tal le va. No te preocupes, no estas abriendo viejas heridas.
– Tienen tres ninas, y todas tan bonitas como mi hermana. Janet se ocupa de las labores del hogar y le encanta. Viven cerca de San Francisco, en una gran casa. El bufete de Thomas es muy famoso. Voy a visitarlos siempre que puedo, me encanta ser tia.
Molly apreto los labios. Hubo una epoca en la que habia deseado poder tener hijos, pero ya no estaba tan segura. Y solo porque Grant la hubiese dejado plantada.
– Apuesto a que las malcrias.
– Siempre que puedo -lo miro, y vio torrentes de emocion en sus ojos, pero no pudo descifrarlos-. ?Quieres que cambiemos de tema, Dylan?
– Claro que no. Me arrepiento de cosas que he hecho en la vida, pero Janet no es una de ellas.
– ?Pensaste en casarte con alguna otra? -le pregunto a Dylan.
– No, solo con Janet. Desde entonces, fui mas cauteloso -Dylan se inclino y abrio la pequena nevera que habian llevado con ellos. Saco un refresco y se lo ofrecio, Molly lo acepto-. No se como alguien puede saber que ha conocido a la persona con la que quiere pasar el resto de su vida. ?Que se siente? ?Como se puede saber cuando es de verdad?
– ?Exacto! -Molly se incorporo en su asiento-. Eso es lo que pienso yo. ?Y si los dos estan equivocados? Conozco muchos matrimonios que acaban en divorcio, pero lo detesto. Me gustaria que fuera para siempre, pero no creo que sea posible – abrio su lata de refresco-. Eso es lo que detesto de Grant, incluso mas que el hecho de que me haya dejado por otra mujer. Me molesta no echarlo de menos. ?Como he podido estar tan equivocada? Tal vez este en estado de
– Lo siento, pero creo que sentirias el dolor si tuvieras que sentirlo.
– Entonces, ?como puede uno saber cuando es de verdad? ?Caen rayos del cielo?
Dylan levanto la vista hacia la amplia vela blanca.
– El mastil es de metal, tal vez debamos pedir otra senal.
– De acuerdo, entonces una voz del cielo.
– Eso llamaria mi atencion -dijo Dylan, sonriendo.
Molly movio la cabeza.
– Esta bien, riete de mi, pero hablo en serio. La proxima vez quiero estar segura.
– Estoy de acuerdo contigo. No pienso decirle a ninguna mujer que la amo hasta que no pueda contestar todas las preguntas de las que hemos estado hablando.
– Yo tambien. Si no, luego se pasa mal.
No odiaba a Grant por lo que habia hecho, pero estaba enfadada, no por perderlo a el sino por perder su sueno de tener una familia. Dylan le leyo el pensamiento.
– ?Quieres tener hijos, Molly?
De todo corazon, ?pero habria ninos en su vida mas adelante? Aquella pregunta podia hacerle llorar.
– No estoy segura -mintio.
– Te imagino siendo madre -le dijo-. Creo que serias fabulosa.
– Gracias -Molly tomo un sorbo de su refresco, confiando en que aquella accion fisica la distrajera-. Primero tendria que encontrar un marido, no creo que me guste ser madre soltera. Y despues de haber desechado juntos el amor, no creo que vaya a casarme a corto plazo, asi que hablar de ninos parece un poco prematuro.
Dylan le tendio la mano. Molly se quedo mirandolo y luego le tendio la suya. El se la apreto.
– Me lo estoy pasando muy bien -le dijo-. Gracias por hacer el viaje conmigo.
No sabia que decir, ni siquiera si podia hablar. De repente, se le habia cerrado la garganta y no era solo por la electricidad que le subia por el brazo.
– Gracias -le dijo, consciente de que no habria sobrevivido a aquellos dias sin el-. No podria explicarte lo mucho que esto ha significado para mi. Te debo una.
– De eso nada. Teniamos que salir de la rutina y no podria haberlo hecho sin ti -se rio entre dientes-. Te propongo una cosa. Cuando lleguemos a la orilla, echaremos un pulso para ver quien esta en deuda con quien.
– Trato hecho.
Dylan le dio otro apreton y luego le solto la mano. Molly se recosto en su asiento y sonrio. Aquel era el dia mas perfecto de todos. Si pudiera pedir un deseo, seria que el dia nunca terminara.
– Vuelvo enseguida -dijo Molly, tomando el telefono movil para luego desaparecer tras la puerta de su habitacion.
Dylan la vio marchar, preguntandose, como todas las noches, que mensaje esperaba oir en su contestador y por que. Las llamadas nunca duraban mucho, solo un par de minutos, y no se le habia pasado ni un solo dia. Dylan seguia sin respuestas. ?Acaso esperaba oir un mensaje de Grant?
Se estiro en el sofa. No podia creerlo, sobre todo despues de la conversacion que habian tenido aquella tarde en el barco. Molly no queria a Grant otra vez en su vida. Claro que eso era su opinion, y solo Dios sabia lo mucho que las mujeres lo habian sorprendido en el pasado. Tal vez habia tenido alguna entrevista de trabajo y esperaba oir los resultados. Talvez…
– Diablos, asi no voy a ninguna parte. Si siento tantos deseos de saberlo, sera mejor que se lo pregunte.
Pero sabia que no lo haria, iba en contra de las reglas. Lo mismo que tocarla o abrazarla.
El deseo no habia remitido, en contra de sus expectativas. Despues de todo, ninguna mujer lo interesaba durante mucho tiempo. Pero con Molly, cada vez se sorprendia pensando mas y mas en ella. Pasar tiempo juntos no aliviaba los sintomas, al contrario, los agudizaba.
Se puso en pie, se acerco a la ventana y contemplo la oscuridad. Detestaba cuando se encerraba en su habitacion. Detestaba que tuviera secretos. Queria que hubiera algo especial entre ellos. Cuando era sincero consigo mismo, como en aquellos momentos, reconocia que realmente se lo estaba pasando bien, pero sobre todo porque estaba con ella. Podian hablar de cualquier cosa, y se reian juntos. Tenian gustos similares en musica y comida, y les gustaba leer los mismos libros.
No podia recordar cuando habia permitido por ultima vez que alguien fuera amigo suyo, especialmente una mujer. Molly habia empezado siendo la hermana pequena de Janet, pero ya era mucho mas. Le habia tomado carino. Se preocupaba por su futuro, y, por eso, sus llamadas nocturnas lo frustraban. Y seguia deseandola.
A veces le sorprendia lo mucho que pensaba en estar con ella. Tampoco era sexo solamente. No estaba de acuerdo con Molly en que la gente no hacia el amor, que solo se liberaba fisicamente, aunque tenia que reconocer que habia tenido mas sexo que amor en sus relaciones. Pero sabia que con Molly seria algo mas, que querria disfrutar de la intimidad de poder abrazarla, tocarla, saborearla. Queria ver como cambiaba la expresion de su rostro. Queria darle placer y recordar haber estado con ella mucho tiempo despues. Luego queria que le contara que iba mal para poder arreglarlo.
La puerta del dormitorio se abrio y Molly salio a la luz de la sala de estar. Dylan no pudo interpretar su expresion. Normalmente, no hacia ningun comentario, pero aquella noche no pudo evitar preguntarle: