La primera liberacion le hizo convulsionarse alrededor de el. Dylan sintio las contracciones de su cuerpo y siguio penetrandola para llevarlos a los dos cada vez mas alto. La miro a los ojos, estableciendo un vinculo con ella. Molly grito dos veces mas y luego el mismo alcanzo el climax. Bajo las manos a sus caderas y la mantuvo quieta para poder terminar. Ella se incorporo un poco y dijo su nombre.
Dylan sintio que estallaba. Al penetrarla por ultima vez, el cuerpo de Molly se contraia alrededor de su miembro en una ultima convulsion. No podia imaginar estar con otra persona. Era lo mejor que tenia. Juntos creaban puro gozo.
Mas tarde, cuando ya habia recuperado el aliento, fueron al dormitorio. Molly se acurruco junto a el y suspiro.
– No quiero levantarme, pero nos hemos olvidado del champan y tengo que volver a escuchar el mensaje del contestador. Mi medico quiere que la llame manana y no he tomado nota del telefono.
– Ya voy yo -dijo Dylan, y bajo de la cama. Despues de volver con las copas y la botella y dejarlas en la mesilla de noche, fue en busca del telefono. Estaba en el mostrador, y en la sala de estar habia un bloc de notas y un boligrafo. Se los llevo al dormitorio. Molly estaba ocupada sirviendo el champan-. ?Quieres que llame yo?
– Gracias.
Le dio el numero de su casa y su clave de acceso. Dylan escucho el mensaje y tomo nota del numero de su medico. Estaba a punto de colgar cuando comprendio que habia otro mensaje.
– Ha llamado alguien mas -le dijo.
– Seguramente sera Janet -repuso ella, y le indico con la mano que lo escuchara mientras tomaba otro sorbo de champan. Pero la voz no era la de una mujer.
– Oye, Molly. Soy yo, Grant.
Hubo una pausa. Dylan sabia que debia pasarle el telefono a Molly, que lo que su ex prometido fuera a decirle no era asunto suyo, pero no pudo moverse. Se dio cuenta de que tampoco podia respirar.
– Llevo dos dias queriendo llamarte, pero no sabia que decir -continuo la voz-. Me he comportado como un canalla. No puedo creer lo estupido que he sido. Supongo que me volvi loco con nuestro compromiso. Creo que es eso que les pasa a los hombres cuando piensan que van a perder su libertad o algo asi, no estoy seguro -Grant se aclaro la voz-. La cuestion es que he vuelto. No estoy con mi secretaria. No me interesaba, solo ha sido una aventura. Quiero verte. Molly, te echo de menos y sigo queriendote. Por favor, ?podemos hablar? Habia algo especial entre nosotros y quisiera una segunda oportunidad. Se que tengo que compensarte por lo que te he hecho y…
– ?Dylan? -Molly lo miraba fijamente-. ?Que pasa?
Dylan desconecto el telefono y se lo paso. El mensaje no habia terminado, pero no podia seguir escuchando.
– No era Janet -dijo, y le sorprendio ver que su tono de voz era casi normal.
No habia forma de que Molly adivinara lo desgarrado que se sentia por dentro. Parecia que alguien lo hubiese rajado con un cuchillo y se estuviera desangrando. El problema era que no tenia ninguna herida. El dolor era real, pero no moriria por ello. Aunque deseara hacerlo.
Capitulo 14
– ?Que pasa? -pregunto Molly al ver la conmocion reflejada en el rostro de Dylan. Sintio que se le hacia un nudo en el estomago-. ?Ha vuelto a llamar mi ginecologa?
– No -Dylan tomo su rostro entre las manos-. No, nada de eso. Estas bien. Puedes llamarla por la manana y hablar con ella, pero llama a tu casa y escucha el segundo mensaje.
Hizo lo que le pedia. Estaba temblando por dentro, pero no sabia que habia pasado. Escucho la voz alegre de su ginecologa, contuvo el aliento y empezo a escuchar el segundo mensaje.
– Oye, Molly. Soy yo, Grant.
Aquellas palabras la dejaron atonita. Escucho como le decia que se habia equivocado, que no amaba a su secretaria, sino a ella y que queria otra oportunidad. Lo escucho, pero las frases no tenian sentido. Cuando el mensaje termino, colgo el telefono.
– Era Grant -dijo innecesariamente, consciente de que Dylan ya lo sabia-. Quiere otra oportunidad.
– Ya ves -dijo Dylan-. Todo vuelve a la normalidad.
Molly se sintio como si estuviera rodeada de una espesa niebla. Podia distinguir formas, pero todo estaba borroso y no sabia a donde iba. Se quedo mirando a Dylan, consciente de que si podia enfocar su imagen, veria todo lo demas.
– ?Que quieres decir? -pregunto.
– Uno a uno, los pedazos de tu vida han vuelto a su sitio. Tienes otra vez tu trabajo si lo quieres… Bueno, en realidad es un trabajo mejor, con un sueldo mas alto. Has averiguado que estas sana, y Grant te esta pidiendo perdon. Es como si nada de esto hubiera ocurrido.
Tenia razon, era como si hubiera dado marcha atras y aquella pesadilla no hubiera tenido lugar. Su vida habia vuelto a ser como antes, pero las piezas ya no encajaban.
– No es tan sencillo -dijo lentamente.
– Sabras lo que hacer.
Parecia tan sereno, penso mientras lo observaba. Dylan se incorporo y se puso los calzoncillos con los mismos movimientos agiles y el mismo hermoso rostro. Se habia distanciado de la situacion y Molly queria gritar en senal de protesta. Aquello debia importarle, ella debia importarle… Pero no lo hacia. Bueno, se preocupaba por ella como amiga. Se habia comportado maravillosamente, lo sabia y estaba agradecida, pero no habia llegado a amarla. De ser asi, estaria furioso por la llamada de Grant, o al menos se sentiria amenazado.
Hasta aquel momento, no se habia dado cuenta de lo ilusa que habia sido. En el fondo de su corazon, habia pensado que podria haber mas, que los dias que habian pasado juntos habian hecho el milagro. Que Dylan comprendia finalmente que ella era la mujer de su vida, que estaban hechos el uno para el otro.
Noto una sacudida en su pecho y se pregunto si los corazones no podian romperse de verdad. Dylan no la amaba, nunca la amaria.
Su felicidad por la noticia de su ginecologa, la confusion generada por la llamada de Grant y la muerte de su sueno, todo junto, hizo que sintiera nauseas. Se sento entre las almohadas y acerco las rodillas a su pecho. Solo entonces se dio cuenta de que estaba desnuda, y que hacia poco tiempo, habian hecho el amor.
– ?Que piensas hacer? -pregunto Dylan.
Molly escruto su rostro, confiando en hallar un indicio de que aquello era dificil para el. Estaba conmocionado cuando le habia dado el telefono, pero no habia sido mas que sorpresa. Ojala… Bueno. Era una adulta y sabia que no debia sonar.
– Sobre Grant, no lo se. No se como me siento. Por lo que a mi respecta, esta mintiendo, no es mas un cretino traidor y no volvere a confiar en el.
– Parece definitivo, pero detecto un «pero» en esa afirmacion.
Se encogio de hombros. Le resultaba extrano tener aquella conversacion con Dylan.
– Pero no se que pensar. ?Esta diciendo la verdad? ?Deberia importarme?
– Has tenido una larga relacion con el. Ibais a casaros.
Molly reflexiono sobre eso. Dylan tenia razon, habia estado prometida a Grant y habian planeado un futuro en comun. Le parecia que habia sido en otra vida, no podia imaginarse con otro hombre que no fuera Dylan, pero el no la queria mas que como amiga. ?Iba a pasar el resto de su vida esperando a que regresara? ?Y que pasaba con su promesa de no lamentarse de nada? ?Iba a renunciar a su sueno de tener un marido y unos hijos solo porque se habia enamorado de alguien que no la correspondia?
– No se que pensar -dijo finalmente.
– No tienes por que decidirlo esta noche -le dijo. Luego tiro de las sabanas y la cubrio. Apago la luz y se metio en la cama. Su cuerpo era calido y familiar. En la oscuridad apenas lo distinguia, pero reconocia su aroma y su calor. Siempre seria capaz de encontrarlo solo guiandose por el sentido del olfato. Dylan la estrecho-. No le digas que no todavia -anadio.