– ?Grant? -Molly parecio aturdida-. Grant, ?que haces aqui?

– Te estaba esperando.

Grant tenia una caja de rosas en los brazos. Dylan supuso que serian rojas, solo para redondear el cliche. Que oportuno, penso con aire lugubre. Tanto mejor. Molly ya no querria saber como se sentia y el no queria avergonzarlos a ninguno de los dos. Era mejor asi, se dijo, a pesar de que la decepcion y el dolor ascendian desde su estomago hasta su pecho.

El hecho de que quisiera despedazar a Grant, miembro a miembro, tampoco servia de nada. Ni el impulso de subir a Molly a la moto y arrancar. Aquel era el hombre con quien habia querido casarse. Que la hubiera traicionado y que no pareciera nadie especial, no era asunto suyo. Si Grant no hubiese aparecido en aquel mismo instante, Dylan habria hecho el mas absoluto ridiculo.

Molly se llevo la mano a la garganta y se pregunto si iba a dejar de respirar.

– ?Grant? -repitio, todavia demasiado perpleja como para poder hablar.

?Grant habia ido a verla, justo en aquel momento? Si no fuera todo tan terrible, se habria echado a reir. Nunca en la vida habia tenido dos hombres al mismo tiempo, y sin embargo conocia a muchas mujeres que mantenian varias relaciones a la vez. Entonces, recordo que Grant no tenia ningun derecho. Habia cancelado su compromiso y se habia ido con otra mujer. Debia odiarlo.

Por desgracia, estaba demasiado conmocionada para sentir algo. Ni siquiera enfado. Grant dio un paso hacia ella.

– Trate de explicartelo en el mensaje que te deje en el contestador -miro a Dylan, luego a ella otra vez-. ?Lo escuchaste?

– Si.

– No me llamaste.

Molly se habia olvidado de lo petulante que sonaba cuando no se salia con la suya.

– He estado fuera.

– ?Con el? -la mirada que lanzo a Dylan era claramente desafiante.

Dylan se inclino hacia delante y le extendio la mano.

– Hola, soy Dylan Black, un viejo amigo de la familia. Solia salir con la hermana mayor de Molly. Tu debes de ser Grant. Molly me ha hablado mucho de ti.

Todo lo que dijo era verdad, y su tono de voz y sus modales eran tan amistosos, que Grant reacciono amablemente. Molly sabia lo que Dylan estaba haciendo, tratando de ponerselo facil, permitirle que volviera con Grant si eso era lo que deseaba.

Miro como los dos hombres se estrechaban la mano e intercambiaban los saludos. Se sentia como si su mundo hubiera salido de su eje. Nada tenia sentido. Dylan la estaba ayudando a volver con Grant cuando lo unico que queria hacer era salir corriendo. Toda su vida habia vuelto a la normalidad. ?Que mas podia querer?

La respuesta fue rapida y sencilla. Dylan. Queria a Dylan. Queria amarlo y estar con el. Queria compartir la vida con el. Pero Dylan tenia su propia vida, y no habia motivos para pensar que quisiera que ella formara parte de su mundo. Habia aparecido sin avisar y le habia pedido que la llevara con el a alguna parte. Por sorprendente que pareciera, el habia aceptado. Habian pasado dos semanas maravillosas juntos, pero se habia acabado el tiempo y tenia que dejarle marchar.

– Debo irme ya -dijo Dylan, y le dedico una fugaz sonrisa.

– Ahora vengo -le dijo a Grant, y siguio a Dylan hasta su moto-. Gracias -le dijo, senalando con la cabeza a su ex prometido.

Dylan se encogio de hombros.

– Era lo menos que podia hacer. Seguramente ha adivinado que hemos estado juntos. No tienes por que volver con el, pero si lo haces, queria ponertelo lo mas facil posible. Un consejo, jovencita -le dijo, y le toco la punta de la nariz-. Si vuelves con el, no le digas que hemos sido amantes. Nunca lo superaria.

– ?Y se supone que yo debo superar lo que el hizo? -levanto la mano-. No importa, no me contestes. Se que la vida no es justa -estudio su rostro, observando sus facciones familiares. ?Como iba a dejar que se fuera? -. No se como darte las gracias.

– No quiero que me las des, solo quiero que te mantengas en contacto conmigo. ?Prometido?

– Te prometo que te contare hasta el ultimo detalle de mi vida. Hasta que he salido a comprarme unas medias.

– Trato hecho -sonrio Dylan-. Aunque puedo pasar sin ese detalle, me gustaria saber que decides sobre tu trabajo. Y sobre Grant -Molly no se atrevio a volverse hacia su ex prometido. No queria saber que estaba pensando. Ya tendria tiempo para eso cuando Dylan se hubiera ido-. De acuerdo, despidamonos de una vez. Dame un beso y luego saca a Romeo de su desgracia.

Molly se acerco a el y lo abrazo, luego le dio un beso en la mejilla.

– Gracias -susurro.

– De nada.

La solto y se puso el casco. Molly dio un paso hacia atras, presa de intensas emociones. No sabia que eran, pero se movian y cambiaban hasta que una de ellas salio a la superficie. Una emocion que se habia prometido no sentir otra vez. Pesar.

Dylan puso en marcha el motor.

– ?Dylan! -grito para que la oyera. Dylan volvio la cabeza. Molly dejo la bolsa en el suelo y volvio junto a el-. Espera -le dijo.

Dylan se quito el casco para poder oirla.

– ?Que pasa?

Molly lo rodeo con los brazos y lo estrecho.

– No puedo dejarte y decirte solo gracias -le dijo al oido para que Grant no la oyera. Dylan se retiro lo bastante para mirarla a la cara. Molly sentia las lagrimas en las mejillas pero no se las seco-. Me prometi no arrepentirme de nada -dijo, e inspiro profundamente antes de taparle los labios con los dedos-. No quiero que me digas nada, porque no lo hago por eso. Solo quiero que sepas que te amo. Has hecho que crea en mi misma otra vez, y por primera vez en la vida, me has hecho creer en el amor. No importa lo que ocurra o donde estes, porque siempre te llevare en mi corazon.

Aparto la mano y la sustituyo con los labios. No era un beso amistoso entre viejos amigos, pero no le importo. La pasion se mezclaba con la tristeza, creando el perfume mas dulce. Su boca, sus labios, su aroma, su sabor eran dolorosamente familiares. Trato de recordar como para poder rememorarlo en las noches largas y solitarias.

Finalmente, los dos se separaron. Molly le brindo una sonrisa vacilante.

– Tengo dos cosas mas que decirte -le dijo-. Luego eres libre de irte -Dylan miro a Grant. Molly no se molesto en volverse. Grant podia esperar o no, era cosa suya-. Primero -le dijo-, no vendas tu empresa. Relampago Black es tu alma y tu corazon y nunca seras feliz trabajando para otro. Solo es mi opinion, pero lo digo en serio.

– ?Cual es la segunda? -dijo Dylan en voz baja y gruesa, como si luchara con una emocion fuerte. Molly se alegro de que estuviera tan conmovido por aquel momento como ella.

– Esto -metio la mano en el bolsillo de sus vaqueros y saco el anillo de boda que lo habia llevado hasta el-. Si alguna vez necesitas correr una aventura, ven a verme. Pase lo que pase, ire contigo -le puso el anillo en la palma de la mano y cerro sus dedos en torno a el.

– ?Y si estas casada con el? -le pregunto, senalando a Grant con la cabeza.

Molly penso en decirle que era del todo improbable, pero no lo hizo.

– No importa. Pase lo que pase, estare dispuesta a irme contigo. No porque te lo deba, sino porque quiero.

Dio un paso atras y subio a la acera. Dylan estaba admirado de su valor. Habria sido tan facil decirle que el tambien la amaba, pero no podia. Todavia no. No cuando todo lo que habia querido siempre habia vuelto a estar a su alcance. Tal vez pensara que Grant era un estupido, pero Molly habia querido casarse con el. Le debia la oportunidad de averiguar si aquellas emociones seguian vigentes.

Tal vez mas adelante podria ver como estaba. Si habia dejado a Grant y seguia estando interesada, podrian retomar lo que habian dejado. Tal vez se estaba enganando. ?Por que iba a querer Molly un hombre como el? Se metio el anillo en el bolsillo de los vaqueros y se puso el casco. Molly y Grant se alejaban en direccion al edificio. Molly se detuvo a la entrada y se volvio para mirarlo. Grant le paso el brazo por los hombros. Hacian una buena

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