menciono que te habian ascendido y subido el sueldo. Enhorabuena.

– Vaya, gracias.

– La verdad es que eso encaja perfectamente en nuestros planes.

– ?En que sentido? -pregunto Molly. No recordaba exactamente cuales eran sus planes.

– Ahora, despues de casarnos y vender tu apartamento, podemos buscar una casa. Reconozco que estaba un poco preocupado por vivir aqui mucho tiempo. La direccion no es muy prestigiosa, y eso es importante en mi trabajo.

No le gustaba su apartamento, claro que no. Se dio cuenta en aquel mismo instante. Se pregunto si le gustaba algo de ella. Contemplo su rostro afable y la forma en que se balanceaba sobre los talones. No tenia sentido prolongar aquello, penso, y se puso en pie.

– Ahora mismo vengo -le dijo.

Una vez en el dormitorio, se acerco al pequeno estuche de joyas de su tocador y abrio el cajon inferior. Habia un gran anillo de rubi. Era el anillo de compromiso que Grant le habia dado. No le habia comprado un diamante porque una de las esposas de los socios del bufete le habia dicho que eran demasiado comunes. Molly recordo su decepcion porque siempre se habia imaginado llevando un bonito diamante en su anillo de compromiso. Pero no se lo habia dicho a Grant.

Cerro la mano en torno al anillo y volvio a la sala de estar. Grant seguia en el centro de la estancia. Molly se coloco detras del sofa y se inclino hacia delante hasta apoyar los codos en la parte de arriba.

– La semana en que me llamaste para decirme que te habias ido con tu secretaria lo pase muy mal -le dijo-. Seguramente han sido los peores dias de mi vida.

– Ya te he dicho que lo siento.

– Lo se y acepto tu disculpa. Pero eso no ha sido todo. Sabes, me llamaste el martes, pero antes, el lunes, me despidieron.

– ?Que te despidieron? -parecia incredulo-. Pero si hable ayer con tu jefe. No me dijo nada.

– Quieren que vuelva.

– Bien. Entonces, ?cual es el problema?

– No estabas aqui cuando ocurrio, Grant. Estaba sola. Trate de llamarte aquella noche, pero no estabas en casa. Ahora se que te habias ido a Mexico. Me llamaste al dia siguiente para contarmelo.

– No puedo cambiar lo ocurrido, Molly -dijo con los hombros caidos hacia delante-. ?Que quieres que diga?

– Quiero que me escuches. No creo que entiendas el impacto que tuvo todo esto en mi.

– Ya veo. Estas utilizando esto como excusa para explicar tu comportamiento. Algo paso con el tipo de la motocicleta.

– No estoy intentando justificar nada porque no me hace falta. Fuiste tu quien se fue con otra, no al reves - movio la cabeza-. No estas escuchando, Grant. Por favor, escuchame. Al dia siguiente de tu llamada, el miercoles, descubri que tenia un bulto en el pecho. Me estaba examinando en la ducha y…

– ?Dios mio! Tienes cancer.

Molly levanto la vista a tiempo de ver como daba un paso atras. Su expresion se volvio tensa, como su cuerpo. Parecia como si tratara de no respirar profundamente.

La ultima gota de compasion o deber o lo que fuera se seco. Aquel hombre no significaba nada para ella. Le costaba entender que habia visto en el antes. No lamentaba que su relacion hubiera terminado… mejor saberlo entonces que cuando estuvieran casados. Lo triste era el contraste entre su reaccion y la de Dylan. Dylan, que solo era un amigo, le habia dado consuelo y animos. Grant se comportaba como si acabara de exponerse a una enfermedad contagiosa.

– No tengo cancer -dijo en voz baja, y se enderezo-. Me extirparon el bulto y lo analizaron. Estoy bien.

– Debes de sentirte aliviada -dijo Grant, todavia en estado de shock.

– Lo estoy, pero han sido quince dias en el infierno. No sabia si iba a vivir o a morir. Se suponia que yo te importaba y que estarias a mi lado pasara lo que pasara, sin embargo, tuve que pasar por todo esto sola. No puedo confiar en ti y ahora se que ya no te amo. No creo que te haya amado nunca -Molly se acerco a el y le tendio el anillo. Grant se quedo mirandola fijamente.

– No lo diras en serio. No permitire que rompas nuestro compromiso -fruncio el ceno-. ?Estas segura de lo del bulto? No podria ser algo, ya sabes… fatal.

– Mi medico pidio dos opiniones. Ellos estan seguros y yo tambien -se acerco a la puerta y la abrio de par en par-. Adios, Grant.

Grant salio al pasillo, luego se paro. Molly se pregunto si trataria de convencerla para que no lo despachara. El alegato final de un abogado.

– Estas cometiendo un gran error -le dijo-. No me va a costar nada sustituirte. ?Puedes decir tu lo mismo?

Le dio el anillo. Despues de tanto tiempo, no sentia nada por el. Lo unico que queria era que saliera de su vida.

– Sinceramente te digo que me importa un rabano -le dijo, y cerro la puerta tras el.

Se apoyo en el marco y espero a que el tumulto de emociones remitiera. Habia sido un dia dificil, por no decir otra cosa. No estaba segura de que haria despues, pero tal vez no hiciera nada.

En sus labios se dibujo una media sonrisa. No todos los dias entregaba una mujer dos anillos de compromiso, penso. La sonrisa se esfumo y Molly se dejo caer al suelo. Mientras doblaba las rodillas y se las llevaba al pecho, las primeras lagrimas empezaron a derramarse.

– No se que voy a hacer -dijo Molly tres dias despues. Estaba tumbada en el sofa, hablando por el telefono inalambrico. Se puso de costado-. He resuelto dos de los tres asuntos importantes de mi vida. Eso es algo.

– No quiero presionarte… -dijo Janet.

– Si que quieres -la interrumpio Molly con una sonrisa.

– Esta bien -rio Janet entre dientes-, tal vez un poquito. Lo bastante para mantenerte motivada. Estoy encantada con que no tengas nada y estoy de acuerdo con tu decision de despachar a Grant, pero tienes que decidirte sobre tu trabajo. No van a mantener la oferta para siempre.

– No les pido que lo hagan. Dije que lo decidiria a finales de mes. Mira, Janet, me despidieron. No voy a dar saltos solo porque hayan cambiado de idea.

– ?Y si contratan a otra persona en tu lugar?

– Entonces, encontrare otro trabajo -inspiro profundamente-. Cuando todo mi mundo se venia abajo y esperaba oir las noticias del medico, me prometi que nunca volveria a acomodarme. Quiero vivir mi vida. Siempre he tenido miedo y he apostado por lo seguro, pero ya estoy harta. Por desgracia, no se que es lo verdaderamente importante para mi, asi que voy a tomarme un tiempo para pensarlo.

– Te comprendo -dijo Janet lentamente-. Excepto en una cosa.

– ?Cual?

– ?Por que no me dijiste que te habias enamorado de Dylan?

Molly se incorporo. No debia sorprenderse, Janet siempre habia sido capaz de leer sus pensamientos.

– ?Como lo has adivinado?

– Cuando hablamos mientras estabas fuera, no hacias mas que decir su nombre. Lo amable que era, lo mucho que os estabais divirtiendo. Entonces, dejaste de hablar de el. No crei que hubiese dejado de ser maravilloso, asi que llegue a la conclusion evidente. Que habia pasado algo entre los dos.

– No fue lo que estas pensando -Molly agarro con fuerza el telefono-. Nosotros… -se quedo sin voz-. ?Te enfadaras?

– Molly, no te preocupes por eso. Lo nuestro termino hace mucho tiempo. No pienso en el y estoy segura de que el tampoco piensa en mi. Soy muy feliz con mi vida.

Molly sabia que era cierto, pero era agradable oir su confirmacion.

– No planee que ocurriera nada de esto, pero paso. Fue tan bueno conmigo y siempre lo habia considerado mi amor platonico. Una cosa llevo a otra y comprendi que lo amaba.

– ?Que siente el por ti?

Molly sonrio con tristeza.

– Le gusto mucho. Cree que soy especial. Por razones que todavia no comprendo, piensa que soy muy bonita.

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