– ?De verdad te creias que me queria casar con una adolescente? Hacer venir a Brittany hasta aqui fue idea de mi padre y yo accedi para no darle un disgusto.

– ?Como? Repite eso.

– Nunca tuve intencion de casarme con Brittany.

– Pero… -se extrano Daphne-. Pero dijiste que…

– Queria fastidiarte por haber dado por hecho lo peor de mi. Luego, cuando te ofreciste a sustituir a tu sobrina, decidi considerar la posibilidad.

– Yo no me he ofrecido nunca a sustituir a mi sobrina.

– Si, claro que te has ofrecido y yo he aceptado.

– No puedes aceptar porque yo no me he ofrecido -insistio Daphne sentandose-. Se que estas acostumbrado a salirte siempre con la tuya, pero en esta ocasion no va a poder ser. Te voy a hablar muy claro. No me voy a casar contigo. No me puedes obligar. Obviamente, no me puedes llevar atada y amordazada al altar y esa seria la unica forma en la que podrias casarte conmigo, pero eso no quedaria bien ante la prensa.

– No me importa la prensa.

– Entonces, ?por que te has molestado en contarles mentiras?

Murat se sento frente a ella.

– Daphne, estoy decidido a que nos casemos y nos vamos a casar. He hecho el anuncio publico para que tengas tiempo de hacerte a la idea.

– Te has vuelto loco. No estamos en la Edad Media, no me puedes obligar a casarme contigo. Estamos en un pais libre -anadio dandose cuenta al instante de que no estaba en Estados Unidos-. Mas o menos.

– Te recuerdo que soy el principe heredero Murat de Bahania y poca gente se atreve a decirme que no.

– Pues yo soy una de esas personas.

– Desde luego, no me defraudas -comento Murat echandose hacia atras-. Me encantan tus explosiones de furia. Eres como fuegos artificiales.

– Y todavia no has visto nada -contesto Daphne mirandolo con intensidad-. Como me obligues, llevare este asunto hasta la Casa Blanca.

– Me alegro. Asi podremos invitar al presidente a la boda. Somos amigos desde hace mucho tiempo.

En aquel momento, a Daphne le habria encantado tener superpoderes para haber elevado la mesa que tenia ante si y haber tirado a Murat por la ventana.

– Te lo voy a decir otra vez, a ver si lo entiendes de una vez. No me voy a casar contigo. Tengo mi vida, mis amigos y mi trabajo.

– Hablando de tu trabajo. Me parece muy interesante lo que averigue ayer cuando llame a Chicago y me dijeron que ya no trabajabas en la clinica veterinaria.

– No, lo he dejado, pero no tiene nada que ver con quererme casar contigo.

– ?Seguro que tu insistencia para que no me casara con tu sobrina no tenia nada que ver con que, en secreto, me querias solo para ti?

Daphne puso los ojos en blanco.

– Tu ego es tan grande que me sorprende que quepa en esta habitacion -comento.

Al darse cuenta de que su hermana le habia hecho la misma acusacion, Daphne se dijo que no era cierto, que Murat formaba parte de su pasado, que no se habia pasado diez anos llorando por el, sino que habia salido con otros hombres y habia sido feliz.

– Hacia anos que no pensaba en ti -contesto sinceramente-. Te aseguro, y podria jurarlo sobre la Biblia, que jamas habria venido si tu no te hubieras comportado como un hombre de las cavernas con mi sobrina. Todo esto es culpa tuya.

Murat asintio.

– Hay un anillo maravilloso esperandote.

– ?Pretendes comprarme con una joya? No soy de esas mujeres.

– Ya lo se -sonrio Murat.

Daphne volvio a sentirse furiosa, pero en ese momento volvio a sonar el telefono.

– ?Si? -contesto.

– Carino, nos acabamos de enterar y estamos encantados con la noticia -dijo su madre al otro lado del Atlantico.

– ?Te ha llamado Laurel?

– Si. Oh, carino, que inteligente has sido. Al final, te vas a casar con Murat, el futuro rey -suspiro su madre-. Siempre he sabido que podriamos estar orgullosos de ti.

Daphne no podia ni hablar.

– Tu padre esta que no se lo cree. Esta como loco por llevarte del brazo el dia de tu boda. Por cierto, en cuanto tengais fecha decidnoslo para que podamos organizar el viaje.

Daphne se giro para que Murat no pudiera ver en su rostro el dano que le estaba haciendo aquella conversacion.

– Laurel estaba muy enfadada -consiguio decir por fin.

– Si, ella queria que su hija se casara con Murat, pero, sinceramente, Brittany es una chica maravillosa pero es demasiado joven para ser reina. Tu y yo sabemos que ser reina es una gran responsabilidad. ?Reina! -rio su madre-. Mi hija va a ser reina. Que bien suena. Bueno, carino, te tengo que dejar, pero te llamo dentro de poco para hablar. Supongo que estaras feliz. Esto es maravilloso, Daphne. Increiblemente maravilloso.

Y, dicho aquello, su madre colgo el telefono. Daphne dejo el auricular en su sitio e intento controlarse. Tenia unas terribles ganas de llorar, pero, haciendo un gran esfuerzo, consiguio aguantar las lagrimas.

– ?Eran tus padres? -le pregunto Murat.

Daphne asintio.

– Mi madre. Mi hermana la ha llamado. Esta encantada -contesto con voz tremula.

– No le has dicho que no iba a haber boda.

– No.

No habia podido.

– No te creas que eso quiere decir que haya aceptado casarme contigo -anadio en un susurro.

– Por supuesto que no -dijo Murat poniendose en pie, tomandola de los hombros y girandola hacia el.

Daphne no estaba acostumbrada a que aquel hombre mostrara sus emociones, asi que se sorprendio al ver en sus ojos que entendia por lo que estaba pasando, lo que hizo que no protestara cuando Murat la tomo entre sus brazos y la apreto contra su pecho. De repente, Daphne se encontro con la cabeza apoyada en su hombro y la proteccion de su cuerpo alrededor.

– No me hagas esto -susurro-. Te odio.

– Si, ya lo se, pero ahora mismo no hay nadie mas para consolarte -contesto Murat acariciandole el pelo-. Venga, cuentamelo todo.

Daphne nego con la cabeza.

– Es por tu madre, ?verdad? -murmuro Murat-. Te ha dicho que esta muy contenta con lo de la boda. Tu familia siempre ha sido ambiciosa. Tener un yerno rey es mucho mejor que tener un yerno presidente.

– Asi es -admitio Daphne abrazando a Murat de la cintura-. Es horrible. Mi madre es horrible. Me ha dicho que estaba muy orgullosa de mi. Es la primera vez en la vida que me dice algo asi. Yo para ella siempre he sido una oveja negra.

El dolor de una decada de indiferencia hizo presa en Daphne.

– ?Sabias que nadie de mi familia fue a mi graduacion cuando termine la universidad? Todavia estan enfadados conmigo por no haberme casado contigo y no les hace ninguna gracia que sea veterinaria. Es como si, por no haberme casado contigo, hubiera dejado de existir.

– Lo siento -murmuro Murat besandola en la frente.

– Solo soy su hija cuando hago lo que ellos quieren. No queria que a Brittany le pasara lo mismo, quiero que ella sea feliz, que sea una mujer fuerte que pueda decidir por si misma. Por eso, le he intentado inculcar desde pequena que yo siempre la querre, haga lo que haga y se case con quien se case.

– Seguro que Brittany tiene muy claro que la adoras.

– Eso espero. Laurel me ha dicho que estaba muy disgustada.

– ?Por que? -contesto Murat chasqueando con la lengua-. ?Por no casarse con un hombre que le dobla la

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