– ?Laurel?

– Si, soy yo -contesto su hermana-. Daphne, siempre tienes que fastidiarlo todo. Lo has hecho adrede, ?verdad? Lo querias para ti.

Daphne tardo unos segundos en darse cuenta de que su hermana ya lo sabia todo.

– ?Te has enterado de lo de la boda?

– Por supuesto. ?Te creias que ibas a poder mantenerlo en secreto?

– Por supuesto que no. Para empezar, porque no va a haber ninguna boda.

?Como demonios se habia enterado su hermana con la diferencia horaria que habia entre Bahania y Estados Unidos?

– ?No deberias estar durmiendo?

– Claro, como si pudiera dormir despues de esto -contesto Laurel furiosa-. No entiendo como le has podido hacer esto a Brittany. Yo creia que la querias.

– Claro que la quiero -contesto Daphne sinceramente-. Por eso precisamente no queria que se casara con Murat.

– Ya veo que lo tenias muy claro, ?eh? Ahora lo tienes para ti solita. No me puedo creer que mi propia hermana me haya dado semejante punalada por la espalda.

Daphne agarro el auricular con fuerza.

– Esto es una locura. Laurel, piensa con la cabeza, por favor. ?Por que demonios iba yo a querer casarme con Murat? ?Acaso no lo deje plantado hace diez anos?

– Si, pero supongo que te arrepientes de haberlo hecho y estabas esperando la oportunidad para volver a aparecer en su vida.

– Aquello fue hace diez anos. ?No te parece que he tenido todo el tiempo del mundo para volver a aparecer en su vida cuando me hubiera dado la gana?

– No lo has hecho porque creias que te ibas a enamorar de otro, pero no ha sido asi. ?Que hombre podria estar a la altura de un principe que algun dia sera rey? Entiendo tu ambicion. Incluso la respeto, pero robarle el novio a tu sobrina es espantoso. Brittany se va a llevar un disgusto terrible.

– Lo dudo mucho.

– No deberia haber confiado en ti -se lamento Laurel-. ?Como demonios no me di cuenta de lo que te traias entre manos?

– No me traia absolutamente nada entre manos – se defendio Daphne-. Ya te he dicho que no me voy a casar con Murat. No se lo que habran publicado en los periodicos, pero no es cierto.

– No te creo.

– Cree lo que quieras, pero te aseguro que no va a haber boda.

– Quiero que sepas que nunca te voy a perdonar esto -se despidio su hermana colgando el telefono.

Daphne se quedo en silencio, colgo el auricular y se tapo el rostro con las manos. Todo aquello no tenia sentido. ?Como podia estar sucediendo? Daphne tenia muchas preguntas y sabia que solamente habia una persona que podia contestarlas, asi que se acerco a la puerta y golpeo varias veces para llamar la atencion de los guardias.

– ?Estais ahi?

– Si, senora.

– Decidle al principe Murat que quiero hablar con el.

– Le haremos llegar su mensaje.

– Le decis de mi parte que he dicho, literalmente, que quiero que venga inmediatamente.

Y, dicho aquello, Daphne volvio a su habitacion pensando en la frase «vestida para matar».

Murat se estaba terminando la segunda taza de cafe mientras leia la prensa cuando su padre entro en su suite.

– Buenos dias -saludo el rey a su hijo.

Murat lo saludo y le indico que se sentara, pero su padre le dijo que solamente habia ido a hablar de cierta noticia que habia leido hacia un rato en la prensa local.

Por supuesto, Murat sabia a lo que se referia.

– Una solucion muy interesante -comento el rey senalando la foto de Daphne.

– Te dije que me iba a casar con una mujer de la familia a Snowden y asi sera.

– Me sorprende que ella haya accedido.

– No ha accedido, pero lo hara. Al fin y al cabo, fue idea suya.

– ?Ah, si?

– Si, le dije que yo me queria casar y ella contesto que jamas lo haria con Brittany, asi que ella solita se coloco en la posicion de novia.

– Entiendo -contesto su padre -. ?Y para cuando es la ceremonia?

– Nos casaremos dentro de cuatro meses.

– Tal vez deberia acercarme a darle la enhorabuena.

– Estoy seguro de que le encantara verte, pero te sugiero que esperes unos cuantos dias, hasta que haya tenido tiempo de asimilar que se va a convertir en mi esposa.

– Supongo que tienes razon -recapacito el rey acariciando al gato que llevaba en brazos-. Has elegido bien.

– Gracias -contesto Murat-. Estoy seguro de que Daphne y yo vamos a ser muy felices.

Por supuesto, despues de que a Daphne se le pasaran las ganas de matarlo.

Eran las siete de la manana y Daphne ya estaba duchada y vestida y paseandose por el salon del haren.

Todavia no habia podido hacer ninguna llamada por la diferencia horaria con Estados Unidos, pero, en cuanto pudiera hacerla, Murat se iba enterar de quien era ella. Aunque fuera la oveja negra de la familia, seguia siendo una Snowden.

– Menudas ideas tan arrogantes, locas, machistas y ridiculas -murmuro furibunda.

– Cuanta energia -dijo alguien a sus espaldas.

Al girarse, vio que se trataba de Murat.

– No me gusta nada que aparezcas y desaparezcas asi sin mas. Te juro que, cuando encuentre la puerta secreta, voy a poner un mueble delante para que no puedas utilizarla.

– Muy bien, lo que tu quieras -contesto Murat en absoluto sorprendido por su ira.

– Si, claro lo que yo quiera -bufo Daphne-. ?Acaso has tenido en cuenta mis deseos para hablar con la prensa? -anadio lanzandole el periodico que habia sobre la mesa-. ?Como me has podido hacer esto? ?Quien te crees que eres? ?Quien te ha dado permiso?

– Tu.

– ?Como? -exclamo Daphne-. De eso, nada.

– Yo te dije que me queria casar con una Snowden y tu dijiste que no seria con tu sobrina.

– ?Y? Eso no quiere decir que fuera a ser conmigo. El hecho de que no quiera que mi sobrina se case contigo no quiere decir que la que me quiera casar contigo sea yo. En cualquier caso, no puedes ir por la vida diciendo que te quieres casar con una Snowden. No somos helados que puedas elegir a tu antojo, somos personas.

– Si, ya lo se. He accedido a no casarme con Brittany. Deberias estar contenta.

?Contenta?

– ?Te has vuelto loco? Lo que estoy es furiosa. Me tienes aqui secuestrada y vas por ahi contando mentiras sobre mi. Me ha llamado mi hermana, la madre de Brittany. ?Te haces una idea de lo que estas haciendo con mi vida? ?Te das cuenta de que estas complicandonos la vida a los dos?

– Bueno, ya se que casarse te cambia la vida, pero espero que sea para mejor.

– ?Tu y yo no nos vamos a casar! -grito Daphne.

En lugar de contestar, Murat se quedo mirandola con mucha calma, lo que hizo que Daphne sintiera ganas de estrangularlo. Para no perder la compostura, tomo aire varias veces y clavo las unas en el respaldo de la silla que tenia ante si.

– Muy bien, vamos a empezar por el principio. No te vas a casar con Brittany, lo que ya es todo un logro.

Murat tuvo la desfachatez de sonreir.

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